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Arquitectos: 10˚84˚ Arquitectura
- Área: 188 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Adrián Aguilar González
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Proveedores: Lamitech, Extralum, Holcim
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La constante búsqueda por conectar los espacios con su contexto inmediato, nos ha permitido brindar condiciones particulares de adaptación para los usuarios de cada una de las residencias proyectadas por nuestra firma.
La Residencia VV no es la excepción, ya que para su diseño se aprovechan las condiciones del entorno con el fin de generar una conexión visual con el paisaje circundante y, a la vez, facilitar el confort higrotérmico a los residentes mediante el uso de estrategias pasivas de adaptación climática.
El proyecto se localiza en el cantón de Naranjo, cerca del borde oeste del área metropolitana de Costa Rica, caracterizada por ser una zona apta para el cultivo de uno de los mejores cafés del mundo. A pesar de encontrarse ubicada en un condominio residencial, la vivienda está rodeada de naturaleza, con acceso visual hacia el valle central enmarcado por tres de los volcanes que lo limitan hacia el norte.
El enfoque programático de la vivienda se basa en las necesidades de la pareja por priorizar la funcionalidad de los espacios habitables. El programa principal está compuesto por un dormitorio, espacio para oficina y la integración de las áreas sociales con la cocina; pasando así las áreas de servicio a un plano secundario.
Como decisiones preliminares en el diseño, se opta por elevar las actividades de permanencia a un segundo nivel, con el fin de aprovechar las visuales existentes desde los diferentes espacios; dejando así las actividades de apoyo en el nivel inferior y articulando ambos niveles por medio de la circulación vertical, la cual precede el acceso real a los espacios de habitación.
Habiendo definido de manera general la distribución programática, se realiza un estudio exhaustivo de las condiciones y factores climáticos de la zona, la cual se caracteriza por una combinación de altas temperaturas (cerca de los 30˚C) con elevados porcentajes de humedad relativa (alrededor del 80% o más), lo que genera una sensación de calor húmedo, localmente conocido como “bochorno”. Esta condición se ve agravada cuando se suma la variable de la actividad física y metabólica de los residentes (met), sumado también al factor de arropamiento (clo), pues la zona de confort se ve reducida a un período muy corto y se encuentra comprendida dentro de las últimas horas del día.
Se define así que la necesidad de ventilación y generación de sombras se hace indispensable para compensar la sensación térmica. Por esta razón se proyectan parasoles, tanto horizontales como verticales, tomando en cuenta la geometría solar y la orientación de la residencia; cuyo eje longitudinal se inclina 16˚ del eje este-oeste, con el fin de generar sombras e impedir las ganancias térmicas a lo interno de los espacios por radiación directa del sol.
La protección contra este tipo de radiación en la primeras horas del día ayuda a disminuir la ganancia de cargas térmicas, evitando que estas sean excesivas en horas de la tarde, cuando las temperaturas alcanzan sus valores más elevados. Es por esta razón que se protege la fachada que enfrenta el este desde las 6:00 horas en los meses más cálidos; y desde las 9:00 horas en el resto de los meses. Estos parasoles permiten, además, acceder las visuales hacia los alrededores de la vivienda y que el sistema de ventilación funcione aún en la época lluviosa.
Por su parte, las fachadas que enfrentan el norte y el sur se encuentran protegidas del ingreso de radiación solar directa desde las 6:00 horas durante todo el año, con el fin de evitar las ganancias térmicas. Como estrategia para disminuir la conductividad térmica hacia el interior, se colocan las áreas de servicio hacia el oeste, permitiendo que estas actúen como barrera y eviten aumentar la temperatura en el dormitorio principal cerca de las horas donde este va a ser utilizado. Mediante la colocación de un material aislante bajo la cubierta, se logra reducir la conducción de calor hacia el interior de la vivienda, producto de la radiación recibida en el techo.
Para facilitar el ingreso de aire fresco y hacer más eficiente el enfriamiento por convección o roce con la piel, se genera una zona de amortiguamiento que baje la temperatura del viento. Para este fin se aprovecha la sombra generada por la cubierta de la doble altura de la escalera de acceso y así disminuir su temperatura antes de que ingrese a los dormitorios, logrando refrescar de manera eficiente los espacios. De igual forma, se aprovechan los aleros pronunciados tanto para la protección del sol como de las precipitaciones durante la época lluviosa.
Se facilita el ajuste de la cantidad de ventilación mediante un cerramiento de celosias, el cual permite su manipulación para adaptar la cantidad de viento que ingresa de acuerdo con las condiciones de temperatura deseadas. En los aposentos de mayor permanencia, se da prioridad a la ventilación cruzada de modo que esta incida a la altura del cuerpo de los usuarios, que es donde realmente funciona para las condiciones climáticas mencionadas.
El sistema de recolección y almacenamiento de agua llovida permite utilizar este recurso para la descarga de los servicios sanitarios de la residencia, lo cual reduce los costos de operación de la misma al aprovechar de manera sostenible uno de los recursos naturales de los que se dispone. También se aprovechan las condiciones de radiación solar del sitio para elevar la temperatura del agua de las duchas de manera pasiva, mediante un calentador solar, lo cual también colabora en la reducción del consumo de energía.
Se aprovecha el recurso vegetal existente y se define un alto porcentaje de áreas verdes, con el fin de facilitar la reducción de las temperaturas radiantes del entorno inmediato a la vivienda. Se propone el uso de una paleta vegetal con especies nativas, de manera que reduzcan al mínimo el consumo de recursos para el mantenimiento de las áreas verdes.
El aprovechamiento de la luz natural se establece como prioridad para el proyecto, lo cual colabora con la disminución del consumo energético al no tener necesidad de luz artificial durante el día. Esto se apoya además con el uso de luminarias de bajo consumo para las horas de la noche.
A pesar de generar el 5% de emisiones de Co2 a nivel mundial, con el uso del concreto aparente se logra reducir los costos por mantenimiento en el largo plazo, debido a que no requiere de aplicación de pintura, a su larga vida útil y a su condición de material fácilmente reciclable una vez que el edificio cumpla su ciclo de vida. Este material posee además una alta inercia térmica y funciona como buen aislante acústico.
La utilización del acero como parte del sistema estructural, obedece principalmente a su trabajabilidad y resistencia. El hecho que representa el generar un 3% de las emisiones de Co2 a nivel mundial, se puede compensar con la condición de ser un material 100% reciclable con una larga vida útil. Su cualidades permitieron hacer uso de la prefabricación y corte de las piezas para acortar los tiempos de transporte e instalación, reduciendo además los impactos al entorno generados en el sitio durante el proceso de construcción.
Es de esta manera que el proyecto logra un alto desempeño en términos de confort higrotérmico así como en su impacto en el sitio y el consumo de energía durante su vida útil, sin sacrificar aspectos importantes como la conexión con el contexto, con la naturaleza y con el paisaje circundante.