El fotógrafo barcelonés Víctor Enrich (1976) se define a sí mismo como un "profesional de la visualización arquitectónica" desde 1998. Sus fotomontajes de altísima calidad engañan al ojo. ¿Es cierto que hay un Guggenheim en la periferia de Bogotá? No, es una obra de Enrich. ¿Y esa copia de la cúpula del Chrysler en un barrio residencial? Tampoco, es Enrich.
En la actualidad trabaja en tres proyectos simultáneos: el fiasco del caso 'Castor' en España, una serie sobre el fenómeno de la gentrificación y una última sobre el momento político que vive Cataluña. Todo esto mientras entra en el mundo de la pintura al óleo. "Pero esto es otro mundo", explica Enrich en la siguiente entrevista.
¿En qué momento empezaste a explorar en el campo de la manipulación fotográfica?
Víctor Enrich (VE): A mediados de 1998. Por aquel entonces, los recursos informáticos eran muy limitados y buena parte del trabajo consistía en retoque fotográfico puro y duro para conseguir los efectos deseados y/o satisfacer las demandas de mis clientes. Esos años, en total 10, sirvieron de gran ayuda en mi mejora y optimización de las técnicas implicadas en la manipulación fotográfica con motivos arquitectónicos.
Allá por 2007, tras algunos años sintiendo cómo las demandas de mis clientes no se alineaban con mis inquietudes técnicas, estéticas y conceptuales, decidí dar un paso a un lado, aparcar mi carrera profesional, con el riesgo que eso implicaba para mi economía y empezar a trabajar exclusivamente en proyectos personales. En consecuencia, se podría decir que son dos, y no uno, mis nacimientos en cuanto se refiere a la práctica del retoque fotográfico.
NHDK parece ser un ejercicio plástico, pero tras las elecciones presidenciales estadounidenses en 2016 te has centrado en Donald Trump, sin dejar de lado la arquitectura en tus obras. ¿Cómo has visto esta evolución?
VE: Efectivamente, todos los proyectos anteriores a mis trabajos sobre Donald Trump tienen una elevada componente de estudio geométrico. Era el momento de la exploración de los límites que mis recursos, tanto técnicos como de imaginario, podían ofrecer. También era el momento de sacar todo el músculo productivo, acumulado durante mi etapa como profesional, aprovechando, por encima de otros aspectos, cierta velocidad en el modelado tridimensional sin pérdida de detalle constructivo.
Sin embargo, lo de Trump no tiene absolutamente nada que ver con todo lo anterior: Trump se ha convertido en el centro de la diana de toda sátira política internacional provocando una marea de creatividad entre los colectivos de artistas nunca antes vista sobre un político. Esta marea ha sido tan fuerte que ni yo mismo he podido evitar contagiarme de ella. El ejercicio al que me someto, no obstante, es complejo porque, en el marco de la caricaturización política, el uso de elementos arquitectónicos no es un recurso habitual. Por suerte, Donald Trump, antes de ser presidente, había sido promotor inmobiliario, hecho que me permite caricaturizarle a través de la estética de sus edificios.
Cuando publicamos el fotomontaje del Guggenheim en ArchDaily en Español, muchos lectores se preguntaron en qué parte de Bogotá lo habían construido. Tus montajes realmente engañan a la vista. ¿Cuánto tiempo dedicas a un montaje?
VE: El tiempo dedicado a insertar el Guggenheim en cada fotografía —intentando emular al máximo la iluminación ambiental— no dura más que 2 ó 3 días. Lo que realmente fue largo en este proyecto fue la creación del modelo tridimensional y posterior texturización del museo, proceso que me mantuvo ocupado casi 4 meses. Por otro lado, para efectuar el reportaje fotográfico fueron necesarias varias visitas a la ciudad de Rafael Uribe Uribe, todas ellas acompañado por guías locales, ya que muchos de los barrios que había que recorrer —, como Diana Turbay— se caracterizan por una altísima criminalidad, por lo que era en todo momento indispensable saber dónde y cuándo meterse.
¿Qué buscas con tus obras?
VE: Supongo que de forma inconsciente busco alterar —con mayor o menor éxito— el curso normal o preestablecido de las cosas. Las ciudades son esencialmente depósitos estratificados de historia, información, cultura y economía. Su estratificación las hace difícilmente alterables si no es a base de grandes actuaciones urbanísticas, de grandes consensos políticos o en la línea de satisfacer los intereses económicos de los más poderosos, los cuales, hacen uso del tejido urbano para alimentar esta ilusión de diversidad que todos vivimos como ciudadanos.
Mis intervenciones no se fundamentan en ninguno de los aspectos anteriormente mencionados, sino que surgen de un profundo espíritu crítico por lo que, a primer vistazo, pueden parecer como fuera de lugar o hasta cierto punto algo naif. Soy plenamente consciente de ello, pero aún y así intento usarlo en mi favor.
Todas las obras de Víctor Enrich están disponibles en la galería online Unframed Photo, siguiendo este enlace.
