-
Arquitectos: ATELIER ARSº
- Año: 2017
-
Fotografías:Onnis Luque
-
Proveedores: Metecno, Napresa
'Si encontramos un montículo en el bosque, de seis pies de largo y tres de ancho, amontonado en forma piramidal, nos pondremos serios y en nuestro interior alguien dirá: aquí hay alguien enterrado. Esto es arquitectura.' Adolf Loos.
El proyecto trata sobre el desarrollo de un campus industrial para una empresa productora y comercializadora de granos de maíz. la localización del terreno en un entorno extraurbano y su tamaño -8 hectáreas- nos hizo entender el proyecto como un paisaje en el cual debían ser considerados un conjunto de edificios en n territorio con una actividad agrícola históricamente importante para la región. Una vez resueltos los temas de funcionamiento ideal de la planta en relación a la organización de los edificios en el terreno, nos preocupaba que su emplazamiento tuviera la capacidad de establecer relaciones memorables con su paisaje inmediato y lejano. Para ello, se crearon una serie de plataformas en relación a la topografía del terreno, para dividir las áreas vehiculares de las peatonales e incluso para separar el tipo de actividades que se realizan en la planta.
Dado que el proyecto está planteado para ejecutarse en etapas, era importante separar las actividades en edificios independientes. La primera etapa esta conformada por los edificios de almacenaje, torre de producción, laboratorio, un memorial y el edificio de ingreso al campus; y la segunda etapa estará integrada por edificios de oficinas, dos plantas de secado de maíz y un edificio que contendrá viviendas temporales, comedor y aseos para los empleados. Nuestro objetivo ha sido producir un lugar en donde los edificios formen binomios con elementos naturales y propongan relaciones inusitadas con el entorno, como si se tratara de difuminar los límites entre arquitectura y paisaje. Es por ello que edificios como el motivo de ingreso es un híbrido que relaciona un promontorio de piedra con una cubierta construida con estructura metálica y bóvedas de ladrillo típicas de la región. Dicho promontorio además de aludir a la cita Loosiana, es un elemento que hace visible el sustrato mineral de aquel sitio.
Otros edificios como los graneros, que están revestidos de acero cortén, establecen fugas profundas en plena relación con las preexistencias del territorio, como vistas lejanas, arboledas y otros elementos encontrados en el sitio. Este tipo de aproximación se corresponde un poco con aquella idea de la modernidad en la cual, la arquitectura industrial puede ser monumental, aunque en nuestro caso sin el fanatismo maquinista propio de esa época y con la idea de que es posible monumentalizarla a través de su condición de paisaje. Es por ello que la torre de producción aprovecha la altura que sus procesos internos demandan, para configurarse como un faro en el territorio; como un elemento con la capacidad de establecer un punto de referencia en el entorno rural, tal como los tiros de chimenea provenientes de la industria azucarera hicieron a principios del siglo XX en aquella región, configurando así un paisaje productivo.
Para conmemorar la muerte del fundador de la empresa se ha incluido dentro del conjunto, un jardín memorial que forma el núcleo espacial principal del campus industrial. Está formado por un conjunto de Lluvias de Oro alineadas formando un recinto, dentro del cual se encuentran tres elementos construidos: un primer volumen de piedra de cuyo suelo emerge un curso de agua que rebosa sobre un primer canal, un estanque a nivel de suelo que contiene una jardinera con banca y finalmente un recinto excavado que contiene una caída de agua y una urna cineraria empotrada en un nicho.
De esta manera, una arquitectura industrial se propone como un híbrido programático capaz de aceptar usos o actividades que en principio pueden ser entendidos como no compatibles. Nosotros creemos que la arquitectura es la manifestación física de los rituales humanos más profundos y que éstos pueden ser revelados en la cotidianeidad de la vida diaria de las personas. Esa es para nosotros la verdadera condición monumental de la arquitectura.