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Arquitectos: Gartnerfuglen Arkitekter, Mariana de Delás; Astrid Wang, Olav Lunde Arneberg, Ole Larsen, Mariana de Delás
- Área: 11 m²
- Año: 2016
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Proveedores: Bauhaus
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Las tradiciones en Mallorca tienden a menguar convirtiendo la isla en un centro neurálgico del turismo. Se levantan hoteles, restaurantes y discotecas para dar un espejismo de paraíso a aquellos que buscan sol y diversion rápida. Conviviendo con el turismo todavía existen (y resisten) zonas donde la gente local decide vivir con tranquilidad, donde el tiempo parece que se encuentra parado y donde se respeta y ensalza el valor de la tierra y los placeres que ésta aporta.
Una de las formas de seguir con las tradiciones y disfrutar del campo es la que desarrolla semanalmente un grupo de cazadores de la isla utilizando perros autóctonos -Podencos ibicencos- para cazar conejos y perdices que luego después cocinan y comparten en una gran comida con familiares y amigos.
(Los conejos y las perdices se promocionan a lo largo de la finca mediante caza sostenible ya que se alimentan, dan de beber y se controlan con revisiones veterinarias)
El emplazamiento que se escoge es un pozo que se encuentra dentro de un antiguo patio de naranjos semi-enterrado creado en el 1920. El pozo se utiliza por los cazadores como lugar de descanso para rellenar cantimploras, dar de beber a los podencos e irrigar los naranjos. Las piedras que conformaban el pozo han ido desapareciendo a lo largo de los años y al inicio de la intervención el pozo solo estaba protegido por una trampilla en el suelo.
El emplazamiento que se escoge es un pozo que se encuentra dentro de un antiguo patio de naranjos semi-enterrado creado en el 1920. El pozo se utiliza por los cazadores como lugar de descanso para rellenar cantimploras, dar de beber a los podencos e irrigar los naranjos. Las piedras que conformaban el pozo han ido desapareciendo a lo largo de los años y al inicio de la intervención el pozo solo estaba protegido por una trampilla en el suelo.
Para los mallorquines el agua es oro. Al ser una isla con escasez de ríos y lagos; los pozos, las albercas y los aljibes son elementales para el día a día: El pozo aporta hidratación y un punto geográfico donde desarrollar actividades sociales.
Pozo Podenco funciona como una parada en el camino y se construye con la intención de manifestar la importancia del agua en zonas agrícolas. La construcción se compone de una cuadricula de 3x3 hecha mediante una estructura de madera reutilizada. La torre central lleva un sistema retráctil que protege al pozo cuando se cierra y lo hace accesible cuando en uso. Cuando se encuentra todo la estructura abierta se crean ventilaciones cruzadas y en chimenea convirtiendo el nuevo punto de encuentro en una parada agradable para hidratarse bajo la sombra. Para los aventureros , en el interior de la torre se encuentra una escalera que lleva al mirador superior con excelentes vistas sobre los campos de trigo adyacentes.