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Arquitectos: RE+D
- Área: 275 m²
- Año: 2016
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Fotografías:César Bejar
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Proveedores: Holcim, Tecno Lite, Tubo Plus
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El sitio, que originalmente era un rancho familiar dedicado a la crianza de caballos friesian, se adecuo para convertirse en un jardín para eventos de todo tipo, puesto que la naturaleza innata del lugar permite ofrecer experiencias únicas en bodas, bautizos, hípicos, etcétera.
Se diseñó una infraestructura multipropósito enclavada en la topografía natural, estratégicamente emplazada para aprovechar las vistas de la Laguna de Cajititlán y de la Sierra Madre Occidental, que logra generar un recorrido que explota las bondades del rancho. La infraestructura tiene 2 objetivos principalmente:
1.- (Público) Vinculación en la llegada desde el apeadero hasta la recepción del sitio, en donde una hostess indica el sitio de cada asistente al evento. De esta manera, se crea un vínculo armónico y un recorrido excepcional, desde el punto de llegada hasta la asignación del lugar de cada invitado, logrando, de igual manera, jerarquizar poéticamente el arribo de los invitados especiales.
2.- (Privado) Además de vincular ambos puntos importantes en el rancho, al interior de este recorrido se encuentran enclavados los baños, que prevén la capacidad de demanda para solucionar la parte de infraestructura necesaria para llevar a cabo los eventos.
La mezcla de estos dos objetivos principales genera una armonía entre los espacios a través de la vinculación de los mismos, donde, en la parte de la cubierta, se encuentra una terraza de bienvenida para cóctel que ofrece espectaculares vistas hacia el picadero, sitio en donde se realizan eventos hípicos. Además, logra explotar exponencialmente la vista al lago de Cajititlán y marca un recorrido para los invitados donde, sin darse cuenta de que se encuentran sobre los baños, cuidando de no mezclar los flujos de quienes van al baño a través de un laberinto de piedra en talud, genera espacios de interacción pública a lo largo de todo el recorrido con fugas y remates inesperados, se convierte más en un espacio de convivencia con elementos naturales del sitio, tales como piedras y muros que lloran a través de la topografía y humedad natural. Asimismo, al interior, la piedra natural del lugar mimetiza y acentúa las entradas de luz natural, dejando ver entre sí elementos natos del sitio.