Los vidrios inteligentes son vidrios que cambian sus propiedades y su apariencia, permitiendo optimizar las condiciones ambientales de un espacio según el uso y las necesidades de sus ocupantes.
Esta tecnología de vidrios electrocrómicos funciona al cambiar la polarización eléctrica entre algunos de sus componentes, y su variante más utilizada es la conocida como PDCL. Esta consiste en una película muy delgada de cristal líquido que se ubica entre dos capas plásticas transparentes conductoras (generalmente de vidrio laminado), que cambia su apariencia de un tono transparente a un tono opaco.
Cuando están desenergizados, los cristales líquidos están en un estado desordenado, desalineado y fractando la luz, entregando un tono blanco opaco. Cuando se energizan con un voltaje de entre 24 y 100 voltios, los cristales se ordenan y entregan una transparencia de entre un 55% y 85%.
Esta innovación se encuentra actualmente disponible en un gran cantidad de colores, y la estabilidad ante los rayos ultra violeta -que era uno de los problemas de la primera generación de estos vidrios-, está prácticamente solucionado.