- Área: 365 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Nico Saieh
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Proveedores: Tecnopanel, marmoleria Cedolin
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La “Casa Chilena” está definida por una serie de elementos constructivos y arquitectónicos. Corredores, patios, zócalos, zaguanes, dobles recorridos, etc. corresponden a soluciones térmicas y domésticas que explican su forma y su emplazamiento. Estos elementos fueron parte del requerimiento inicial de este proyecto por ser una opción válida y vigente para habitar la zona. Luego vino la intención arquitectónica de hacer que estos elementos, de génesis pragmática, incluyeran los sentidos, el tiempo y la geografía en el proyecto.
La primera operación definió una planta cuadrada en torno a un patio cerrado artificialmente por 3 de sus lados y confinado geográficamente por la Cordillera de los Andes. Este patio es duro en su pavimento (baldosa de arcilla) y es duro en su cerramiento (vidrio). Todo sobre un zócalo de 60 cms. que aleja la humedad inagotable del predio y alza la casa en búsqueda de las montañas.
La baldosa en el suelo convierte este patio en un oasis por su cualidad de ser una superficie (en 160 ha.) que no levanta polvo en verano y no es barro en invierno. Esta dureza se complementa con una franja inundable que genera un espejo de agua que replica el horizonte cordillerano desde el interior y sirve como estabilizador térmico en los meses de extremo calor. Los cerramientos de los 3 lados artificiales están conformados por galerías vidriadas que están gran parte del día a contraluz, esto genera la reflexión del entorno y por tanto la inclusión del huerto en el patio ampliando el horizonte orgánico y geográfico. Esta condición reflectante del patio en 4 planos sirve además para contener la intimidad doméstica al ocultar el interior de la casa.
Desde el interior la percepción es otra, el vidrio tamizado por la estructura de pilares de raulí permite una transparencia panorámica de la casa que acorta las distancias de los máximos recorridos y manipula la percepción del tiempo en los desplazamientos. La conexión interna de los dormitorios mantiene la intimidad de la vivienda y propicia un funcionamiento térmico independiente. Este factor es relevante considerando la polaridad climática de la zona con una oscilación en la sensación térmica de más de 30° C entre invierno y verano.
Un ventanal absolutamente desplazable en el living-comedor diluye el límite del cerramiento en los meses de verano y justifica la viga reticulada que cubre una luz de casi 12 mts.
La geometría de los techos se distorsiona para realzar la presencia de la cordillera y un régimen de lucarnas de revestimiento metálico interrumpen la textura de las tejas para complementar la iluminación dada por los vanos de medidas acotadas en los dormitorios. La luz interior de estas lucarnas es tamizada por una densa repetición de cerchas interiores a la vista.