La maravillosa Zaha Hadid: Un homenaje de Patrik Schumacher

Fue en 1988, en el Tate Gallery de Londres durante la conferencia titulada Decontructivism, llevada a cabo anticipando la exposición epónima del MoMA, que me encontré en persona por primera vez con Zaha Hadid. Estaba exponiendo junto a seis: Peter Eisenman, Rem Koolhaas, Frank Gehry, Wolf Prix, Bernard Tschumi, y Daniel Libeskind. Me había topado con su trabajo unos cuantos años antes siendo un joven estudiante de arquitectura (en la Universidad Stuttgart) y estaba pasmado y emocionado por el grado sin precedente de libertad compositiva, versatilidad, y dinamismo en su trabajo. Hasta ese momento no había estado seguro de que la arquitectura fuera una buena elección profesional para mí. Me encontraba poco impresionado y bastante aburrido de la arquitectura pero, a través de mi encuentro con el increíble trabajo de Zaha, el diseño arquitectónico se convirtió en una aventura. Los límites de las posibilidades arquitectónicas habían cambiado. Treinta años después, este sentido de aventura continúa. Zaha cambió nuestra profesión y cambió todo para mí.

En la conferencia de 1988 también me impresionó la genuina apertura de Zaha en comparación con el comportamiento pretencioso de los demás (¡hombres!) protagonistas. Ellos alardeaban, mientras que ella mostraba lo que estaba intentando hacer. O por lo menos esto fue mi impresión. Me quedó claro que estos arquitectos representaban la tendencia más significativa de la arquitectura en ese momento, y Zaha parecía ser la más vigorosa y accesible del grupo. También era la más joven de ellos. En ese momento yo era un estudiante de intercambio en Londres con planes de regresar a Stuttgart ese año para continuar mis estudios. En vez de eso, cambié mis planes y me uní al despacho de Zaha. Cuando me contrataron solo éramos cuatro o cinco personas trabajando en una habitación: Studio 9 en No. 10 Bowling Green Lane, en donde tres años antes ella había montado su primer oficina real.

Zaha había contratado a algunas de sus estudiantes pasados y la oficina en ocasiones se hinchaba de ex-estudiantes adicionales que pasaban a ayudarnos temporalmente cuando se aproximaban las fechas de entrega de concursos. En ese tiempo, nuestro trabajo consistía mayormente de concursos y exposiciones, aunque también trabajamos en el proyecto Berlin IBA y en dos pequeños proyectos en Tokio.

Zaha expandió el repertorio de la disciplina de una manera sin precedentes, ofreciendo nuevos grados de libertad a los diseñadores. Siendo sus colaboradores, rápidamente nos apropiábamos de y corríamos con las audaces posibilidades que ofrecía. Zaha siempre nos daba bastante libertad creativa. Dentro del estudio, el diseño era un proceso de búsqueda colectivo e internamente competitivo. Era feroz al demandar nuevas formas de belleza y brutal al rechazar nuestros intentos. Exploró un universo inexplorado de la forma vía bosquejos muy abstractos que no intentaban aproximarse a soluciones de diseño, sino descubrir nuevas expresiones formales o conceptos espaciales. Nuestra tarea era "traducir" estas pistas atmosféricas y conceptuales a bosquejos más concretos de diseños. Trabajaba con estructuras formales de dos dimensiones y nosotros trabajábamos con composiciones tridimensionales inspiradas en sus exploraciones formales. Los movimientos compositivos que podíamos emplear en estos intentos se basaban en sus anteriores descubrimientos, dando una nueva libertad de composición. 

Zaha Hadid y Patrik Schumacher en 2004. Imagen © Martin Url

Lo que aún no entendíamos en ese tiempo—y dudo que Zaha misma o alguien más lo haya entendido del todo entonces—era el empoderamiento performativo que estas nuevas opciones y grados de libertad nos entregaban como solucionadores de problemas. Zaha había expandido el universo de posibilidades de la arquitectura, como el espacio de búsqueda del diseñador al explorar soluciones, en el cual se podrían encontrar soluciones sin precedentes. Desde la perspectiva de un espacio de soluciones expandido, los límites de espacios anteriormente restringidos se convertían en dogmas arbitrarios. 

¿Cuáles fueron los actos mayormente expansionistas de Zaha? Por supuesto está el abandono del ángulo recto a cambio de cientos de nuevos ángulos que podían ser utilizados. Sin embargo, esto era una característica general (no tanto única de ella) de lo que en ese tiempo ya se había nombrado "deconstructivismo". Es por eso que prefiero enfocarme en tres 'descubrimientos' completamente originales y empoderantes que Zaha le regaló a la disciplina. Estos actos parecían ser totalmente surrealistas y absurdos en un inicio. Supongo que es por eso que nadie más los había intentado antes. 

Antes que todo, el primer 'descubrimiento' es el movimiento de traducir literalmente la curvelinearidad dinámica del rápido croquis caligráfico en un dibujo arquitectónico que luego fuera leído como una geometría intencionada para ser construida. Esto es en oposición a tratar la curvatura de un dibujo rápido como una indicación accidental y áspera de una forma geométrica ideal, la cual estaba destinada a ser racionalizada en arcos y líneas rectas.

Las líneas de Zaha exhiben curvaturas en constante cambio, y en consecuencia, ofrecen más versatilidad. Además, como una función de la cambiante fuerza centrífuga de la rápida aceleración y desaceleración de la mano y el lápiz, las curvas y las composiciones curvilíneas despliegan trayectorias dinámicas que podemos reconocer como figuras coherentes y legibles, donde cada una de ellas tiene su propio equilibrio, dinamismo y grado de fluidez. Había nacido un nuevo lenguaje arquitectónico con una mayor versatilidad al momento de resolver problemas, y con un repertorio de organización y articulación mucho más enriquecido, más expresivo y más comunicativo. El movimiento surrealista fue redimido y instrumentalizado tomando estas curvas esbozadas, forrándolas con el uso de un amplio rango de “plantillas Burmester”, y luego tomándolas en serio como los elementos con los cuales resolvemos la planta.

Hubo un segundo movimiento, igualmente surrealista, y sorprendente fertilidad performativa. Construimos espacios dentro de los cuales fusionamos múltiples construcciones de perspectiva en una dinámica textura sin costuras. Una forma de entender estas imágenes es intentar emular la experiencia de moverse a través de una composición arquitectónica, revelando una sucesión de diferentes puntos de vista. Otra forma, más radical, de leer estos lienzos es abstraerlos de las vistas implicadas y leer los enjambres de formas distorsionadas como un peculiar mundo arquitectónico en sí mismo, con sus propias formas, leyes de composición y efectos espaciales. Una de las sorprendentes características de estos grandes lienzos es su fuerte sentido de coherencia, a pesar de la riqueza y diversidad de formas que están contenidas en su interior. Nunca es el orden de la repetición monótona; sino que se transforma continuamente su grano de articulación. Las transiciones de gradiente median entre grandes áreas tranquilas y zonas muy densas e intensas. Usualmente, estas composiciones son policentrales y multidireccionales. Todas estas características son el resultado del uso de perspectivas múltiples y compenetradas. A menudo la intensidad dinámica del campo en general se incrementa al usar líneas de proyección curvas, en vez de líneas rectas.

La geometría proyectiva nos permitió traer un amplio y diverso set de elementos arbitrarios en su propia ley coherente de disminución y distorsión. El espacio gráfico resultante anticipa los posteriores -y todavía muy actuales- conceptos de field y swarm. El efecto último alcanzado es mucho más parecido al que actualmente se persigue con los “cambios gravitacionales”, aquellos curvilíneos y digitalmente simulados que aprietan, alinean, orientan y luego adhieren un set de elementos o partículas dentro del modelo digital. El tercer movimiento fue la introducción de las inclinaciones en el repertorio de la arquitectura.

Estos tres movimientos se unieron en la potente analogía que Zaha posicionó como guía de inspiración. En vez de diseccionar y ordenar los espacios por muros, la analogía sugiere un espacio continuo donde las zonas se mezclan entre sí, donde las transiciones son suaves, donde un relieve topográfico estructura relaciones espaciales, en vez de definir severos bordes.

Fue a través de estos inesperados y, de hecho, milagrosamente productivas y persuasivas estrategias de diseños que Zaha Hadid conquistó y transformó su campo, dándole una nueva magia.

Sobre este autor/a
Cita: Schumacher, Patrik. "La maravillosa Zaha Hadid: Un homenaje de Patrik Schumacher" [The Miraculous Zaha Hadid: A Tribute by Patrik Schumacher] 31 mar 2017. ArchDaily México. (Trad. Valencia, Nicolás) Accedido el . <https://www.archdaily.mx/mx/868073/zaha-hadid-un-homenaje-por-patrik-schumacher> ISSN 0719-8914

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