- Área: 68000 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Takuji Shimmura
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Para llevar a cabo esta intervención y elaborar el proyecto, el oficio de Bruno Gaudin primero tuvo que comprender, interpretar y clasificar los temas específicos de este conjunto. Tuvieron que literalmente "descomponerlo en sus partes constituyentes" para poder reconstruirlo mejor y resaltar sus cualidades intrínsecas.
Los estudios históricos y estructurales, obviamente indissociables, pusieron de manifiesto una extraordinaria yuxtaposición de espacios de todo tipo, desde áreas de reserva y galerías hasta escaleras y rotondas y mucho más. Por lo tanto, el hecho de que algunos de los espacios estuvieran listados, como la Salle Labrouste por ejemplo, o que otras partes fueron inventariadas, eran datos insuficientes para poder describir la rica naturaleza y complejidad de este sitio. La evaluación reveló la necesidad de tener en cuenta una multitud de lugares, que este proyecto tuvo que restaurar a su vida original y esplendor. Así, la insistencia del arquitecto en confiar en estos testigos a veces modestos pero magníficos a la historia estratificada del Cuadrángulo. Lanzar el proyecto de rehabilitación del Cuadrángulo de Richelieu fue, por lo tanto, aceptar los retos de un edificio polimórfico cuyos estratos arquitectónicos requerían la elaboración de no uno sino varios proyectos diferentes: uno destinado a la gran escala del sitio, el relativo a Distribución y recepción; Y otros proyectos dirigidos a la renovación de habitaciones individuales, cada uno con sus problemas específicos y los requisitos.
El proyecto arquitectónico del Cuadrángulo se basa tanto en la naturaleza histórica muy potente del sitio como en la campaña para actualizarla de acuerdo con los códigos: técnica, seguridad, accesibilidad y funcionalidad.
Para implementar este proyecto, Bruno Gaudin de ce desarrolló diferentes tipologías de "tejidos", que configuraron, según el tipo de espacio, una variedad de diálogos entre Arquitectura, Historia y Técnicas. Fue esta "conversación tripartita" la que guió y acompañó los cambios necesarios y profundos que debía sufrir la Biblioteca.
Aunque las limitaciones inherentes al proyecto técnico ocasionaban a veces una inmensa dificultad porque el edificio era tan complejo, el arquitecto se esforzó por aprovechar estas mismas limitaciones y utilizarlas como herramientas de proyecto. De hecho, los elementos técnicos no están necesariamente ocultos: también se revelan, e incluso se organizan. Apoyando el proyecto, determinan los sobres, justifican las decisiones espaciales y estructurales tomadas, e incluso se convierten en objetos arquitectónicos integrales. Dependiendo del tipo de espacios a tratar, se desarrolló toda una gama de soluciones, desde el vestíbulo / vestíbulo, hasta las salas de lectura, a través de las pilas y otras áreas de almacenamiento de todo tipo.
La extrema diversidad de espacios a tratar, las variaciones de tipologías de intervenciones, incluso dentro de estas diferentes salas, las tipologías propias caracterizadas por múltiples interfaces, requerían una metodología de trabajo adaptada, así como herramientas gráficas específicas de representación. Estos recursos necesarios debían ponerse a disposición de los diversos actores involucrados en la operación para que pudieran describir, calcular y finalmente implementar el proyecto.