Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en las verdes Laurentides de Quebec, la residencia Estrade se revela discretamente a orillas del lago de la Cabane en St-Adolphe d'Howard.
Es estudiando la topografía escarpada y rocosa del lugar que MU Architecture decidió resaltar las peculiaridades de este sitio con una intervención arquitectónica adaptada y cautivadora. El primer objetivo fue diseñar una casa en total armonía con su entorno.
La singular topografía del proyecto toma la forma de una cresta rocosa que se sumerge en el lago. Con el fin de crear un camino de descubrimiento, una serie de volúmenes animados vienen a anclar, bordear o levitar sobre esta topografía. Su distribución escalonada y superpuesta genera una multitud de terrazas que abrazan el sitio. Este despliegue crea un rico diálogo entre la arquitectura y el paisaje salvaje.
El Estrade da lugar a largas paredes de piedras naturales que parecen nacer de la profundidad del suelo. Como parecen proyectarse hacia el paisaje, estas paredes largas generan y protegen los apartamentos en la planta baja, mientras que dan a los usuarios acceso directo a la tierra abajo. Las rocas extraídas durante la excavación fueron reutilizadas en el paisaje alrededor de la casa, convirtiéndose también en actores de esta narrativa arquitectónica.
Discreta e intrigante gracias a sus masas ciegas; la residencia Estrade se revela lentamente, volumen tras volumen. Un amplio receso bajo lo que parece ser un cubo flotante nos invita a penetrar en el lugar. Desde la entrada, una escalera aérea y magistral da la bienvenida al visitante y se despliega en un amplio espacio luminoso. Alineada precisamente en grandes aberturas, conecta todos los niveles en tramos asimétricos. La ausencia de columnas en el diseño hace levitar a los barandales de vidrio, dando así la impresión de gran ligereza. Minimalismo y atención a los detalles aportan a la residencia una cierta pureza y comodidad que da inmediatamente el tono al proyecto. Cada pasillo conduce a una apertura luminosa y nos hace descubrir una residencia más grande y más compleja que a primera vista. Los espacios ofrecen tanto convivencia e intimidad a través de una atmósfera diferente en cada nivel.
En el nivel de la planta baja, el espacio abierto está bien definido y ofrece impresionantes vistas del lago. Bañada de luz natural, la planta principal termina con una terraza que extiende la cocina al exterior. Este gran volumen de la planta baja se extiende perpendicularmente a la cresta natural para maximizar el panorama sobre más de 60 pies de largo. La cocina de color negro ceniza y muebles integrados contrasta con la blancura de las paredes y rompe la monocromía. Además, la chimenea de doble frente situada en el centro de la sala común acentúa la sensación de calidez del lugar. Los suelos, cubiertos de madera natural, así como la terraza permiten una transición suave y sutil desde el interior hasta el exterior. Este volumen principal revestido con cedro natural forma el corazón del proyecto y reúne a la familia. Marca la transición entre la actividad de los espacios inferiores dedicados a los niños y la tranquilidad de la suite arriba.
En la parte superior, una segunda masa de cedro negro domina espectacularmente la entrada y el entorno. Alberga el apartamento principal, completo con un cuarto de baño y un closet walk-in grande.
El aspecto volumétrico y vernáculo de la residencia Estrade combinado con su materialidad atestigua una escritura arquitectónica que compone con su entorno. Esta composición tripartita, repartida en varios niveles, se mezcla con la naturaleza siguiendo las estaciones. Además, la articulación de sus áreas dentro de sus masas integra la casa suavemente y reduce el impacto de sus 330 m2. Su calidad espacial se debe al confort y a la sensación de bienestar, reflejando la imagen de la tranquilidad del lugar.
via v2com