- Área: 250 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Fernando Guerra/FG+SG
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Proveedores: Bashmor Engineering, Baumit, Cortizo, Griesser, MADERGIA, Saunier Duval, Stora Enso, Tierra
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Una pareja aficionada al deporte se pone en contacto con nosotros con la firme idea de hacerse una vivienda en una tranquila urbanización a las afueras de Madrid y desde la que poder entrenar para los próximos maratones.
El objetivo es hacer una casa práctica, funcional, resistente y cuyo proceso constructivo sea respetuoso con el medio ambiente. Por supuesto también es importante que la vivienda sea energéticamente eficiente y la construcción ágil y limpia.
Fue una sorpresa saber que los clientes compartían nuestro interés por la Casa Pasiva, aquélla que por su morfología y acabados es capaz de funcionar con el mínimo aporte energético. Así que la vivienda se desarrolla con el objetivo de minimizar la demanda
Se escoge entonces una estructura semiprefabricada de paneles de madera contralaminada ya cortados en fábrica, que se montan en sólo cuatro días como si fuera una maqueta. La fachada, por su parte, se resuelve con un sistema SATE de 10cm de aislamiento que proporciona un eficiente abrigo a la vivienda con un acabado de mortero acrílico impermeable, estable y duradero.
En el primer contacto con el solar descubrimos además que la topografía en pendiente permite disfrutar limpiamente de la sierra de Madrid, así que incorporamos este condicionante al proceso proyectual. De esta manera la pieza se encaja en la ladera y se configura en dos plantas, la baja de acceso relacionada con la parcela y la planta primera de dormitorios relacionada con el paisaje. El volumen se modela estratégicamente para conseguir orientación sur en todas las estancias y se proyectan grandes ventanales que potencian estas conexiones con el entorno. La planta baja se gesta pensando en la zona que se prevé será la más utilizada: la cocina, que se concibe como un gran espacio de encuentro, para compartir en familia y desde el que se sale al porche invadido por media piscina. Se incluye además un sistema de nado contracorriente para aprovecharla como parte del entrenamiento, además de la instalación de agua caliente desde los paneles solares para poder usarla todo el año.
La vegetación también juega un papel importante en el proyecto. Dos cubiertas ecológicas vinculadas con sendos dormitorios que se presentan como alfombras verdes a los pies de la cama, un gran talud cubierto por especies aromáticas y culinarias como telón de fondo del jardín Sur o la plantación de árboles de gran porte para compensar las emisiones de CO2 generadas en el proceso constructivo.
El color elegido para la mayor parte de la envolvente es el gris claro, con lo que se pretende evitar el recalentamiento por radiación solar y aportar un tono neutro y poco llamativo desde la calle. Esta decisión enfatiza los colores vivos de los patios: verde y amarillo, que sólo se descubren cuando ya se ha entrado en el recorrido de acceso a la vivienda. El contraste cromático potencia la importancia de estos espacios de transición entre vivienda y jardín, a la vez que los define como lugares más domésticos e independientes del resto de la fachada. Ambos patios están ubicados de tal manera que es imposible verlos a la vez salvo si se está en la cocina que, no por casualidad, es la estancia con más actividad de la vivienda.