Desarrollado por el arquitecto chileno Diego Muñoz Cáceres, este proyecto nace como respuesta a una investigación relacionada con el espacio público en entornos rurales, con la hipótesis de que son las canchas de fútbol los que los definen inicialmente. El territorio estudiado es el sector de Purísima, en Talca, Chile, y se buscó responder a la siguiente pregunta: ¿qué formas adquiere lo público en entornos rurales asociados a este deporte?
Descripción por el arquitecto. En los territorios rurales el espacio público se establece en aquellos lugares que propician el encuentro social de la comunidad, debido a la presencia de programas preexistentes, actuando como puntos de atracción específicos o nodos concentradores dentro del tejido territorial rural. Estos puntos corresponden en su mayoría a colegios, juntas de vecinos y canchas rurales, siendo estas últimas las que presentan un espacio más amplio y un carácter polifuncional en cuanto pueden albergar distintos programas y actividades.
Es en las canchas rurales dónde el espacio público se desarrolla.
Si se recorren los callejones del sector se llega a un punto en el que el camino público se transforma en el camino de la parcela, en una transición difusa en la que no queda claro el límite de una y el comienzo de otra. El camino del peatón es el camino del vehículo y a la vez el camino de la maquinaria.
Esta particularidad es la forma en la que este territorio se habita y se construye, sin límites claros, y con espacios en los que la yuxtaposición y la polifuncionalidad de las actividades caracterizan tanto al paisaje como al espacio público, dándole al concepto de borde gran relevancia.
Los bordes en el espacio rural son las zonas polifuncionales en las que se superponen actividades distintas como lo productivo y lo doméstico. Es en esta condición de borde en las que se desarrolla el espacio público rural.
La localidad de Purísima, en San Vicente, es un sector ubicado en el Km 12 de la ruta k-55 (compuesto por varios callejones perpendiculares a esta ruta), a aproximadamente 25 minutos en vehículo de la ciudad de Talca, cerca del límite político administrativo con la comuna de San Clemente. Se trata de una zona netamente agrícola.
Como nodo público de la zona se identifica la Cancha San Vicente, ubicada en el callejón del mismo nombre. En este espacio juega regularmente el Club Deportivo Estrella San Vicente, siendo ocupada de manera masiva cada fin de semana en los partidos del campeonato ANFUR: Asociación de Fútbol Rural. Como club deportivo, la única infraestructura con que cuentan es una mediagua que oficia de sede, bodega y quiosco de ventas.
La cancha es en sí misma un espacio que media entre el carácter productivo del terreno de las viñas que la rodean y su lado más doméstico, que se evidencia en la presencia de viviendas alrededor de la cancha.
El lugar escogido a intervenir es la zona donde se ubica la mediagua que, aunque en su lectura general se entiende como borde, carece de una forma definida y que se comporta más bien como un margen, lo que quedó de este borde más o menos conformado.
Retomando la pregunta inicial ¿Qué forma adquiere lo público en entornos rurales? Se plantea que en estos territorios lo público se mueve en espacios ambiguos, tanto en su uso como en su propiedad; espacios donde se yuxtaponen actividades, espacios que son “entre actividades” pero no funcionan como límites, y es esta condición la que define la forma de lo público que adquiere la forma de un borde.
La obra consolida el borde más conflictivo de la cancha mediante la construcción de un pabellón en madera que funciona como remate, articulador del lugar, punto de encuentro social e infraestructura que a futuro se irá habitando y modificando. El pabellón propuesto servirá como soporte para las ventas realizadas los días de partidos, además de como sede, bodega y como vestidores para el club deportivo en su parte posterior.
El proyecto busca darle aire a la vieja bodega de adobe mediante el retranqueo de la antigua sede del club, y de este modo se recupera un muro perdido de la bodega. La mampostería en adobe del muro se pone en valor con la presencia de un suelo pétreo en base a hormigón y ladrillos, que media entre la bodega y el nuevo volumen en madera, lo que conforma un espacio de circulación y encuentro social.
Mediante una banca larga, ubicada de manera perpendicular al proyecto, se busca establecer el límite del borde, construyendo una circulación que va desde la cancha hacia el vestidor propuesto en la parte posterior de la obra, y relacionándose con las bancas de tronco existentes en el lugar.
La banca larga, el pabellón y la banca de tronco demarcan la zona exterior más pública del proyecto, que con la presencia de un fogón de ladrillos, conforma un punto de reunión bajo el follaje de los árboles, constituyendo una especie de bóveda con la proyección de la cubierta que hace un gesto hacia el cielo en esta zona.
El carácter dinámico del territorio se ve interpretado en la capacidad en que el proyecto, mediante tabiques móviles de corredera, se puede abrir expandiendo su espacialidad, generando nuevos espacios como vestidores (al abrirse) y bodega (al cerrarse).
El pabellón busca ser mucho más ligero que las demás construcciones. Para acentuar esto, las cerchas se separan de los pilares por medio de capiteles metálicos que enuncian una cualidad que se le da al proyecto; cada uno de sus elementos puede ser leído individualmente siendo elementos que se van superponiendo y son amarrados por la barra y la banca que destacan en color rojo.
Arquitecto: Diego Antonio Muñoz Cáceres
Ubicación: Cancha San Vicente, Ruta K-55 Km 12 Sector Purisima, San Vicente, Talca, Chile
Profesor Guía: Eduardo Aguirre León
Propietario: Club Deportivo Estrella San Vicente
Superficie: 66 m2
Costo: $2.367.106 (USD 3.598,00)
Proceso Diseño: Marzo-Diciembre 2015
Proceso Construcción: Febrero-Agosto 2016