Descripción enviada por el equipo del proyecto. Grandes voladizos de hormigón blanco definen un nuevo club de tenis en medio de la naturaleza. Un conjunto de 17 pistas de tenis de distintas superficies, hierba, tierra y pista rápida, con una casa-club como vertebrador de la actividad social.
El fuerte contexto natural define el concepto del proyecto. La topografía del terreno exige una estrategia de terrazas con el fin de colocar las diferentes pistas, así como el edificio, siguiendo la pendiente de la colina. Se sigue así la tradición mallorquina de crear bancales o “ marges” en el terreno para el aprovechamiento de la superficie horizontal.
La privilegiada situación de la casaclub en el punto más alto de la parcela le permite funcionar como un gran mirador desde el que poder observar todo el complejo: las pistas de tenis, los jardines, la piscina y ,especialmente, la pista central, el corazón del proyecto donde se jugarán las finales del torneo Mallorca Open.
En la pista central una serie de niveles tallados en la colina crean un graderío de piedra natural, un nuevo “teatro de Epidauro” para un complejo de tenis del siglo XXI, con una capacidad para unos 1500 espectadores. Fue un punto importante de partida en el concepto del proyecto diseñar el graderío de la forma más natural e integrada posible; es por ello que las distintas terrazas que forman las gradas se construyen con mampostería tradicional Mallorquina: bloques macizos de piedra natural tipo Marés. De esta forma, da la impresión de que se ha hecho un corte natural a la montaña y el marés ha aflorado.
El edificio central no está concebido como una casa club al uso, sino como una prolongación del graderío desde el cual observar el complejo y, sobre todo, la pista central. Al estar el edificio en el punto más alto de la parcela, éste se ha diseñado con unos grandes voladizos de hormigón blanco que “ vuelan” sobre la pista central, para así ofrecer grandes terrazas y crear distintos ambientes dentro del edificio con una visión privilegiada sobre la pista central.
La planta baja, totalmente acristalada, recibe al visitante desde el salón y el restaurante a través de un espacio continuo "interior-exterior", donde el usuario disfruta de las terrazas, los jardines y la piscina; siempre rodeado y en contacto visual con las pistas de tenis. En la parte trasera se encuentran las zonas que requieren mayor privacidad: los vestuarios y los servicios. Una escalera abierta de acero conduce a la primera planta, un salón multifuncional, panorámico, en conexión con el exterior a través del balcón en voladizo. El balcón amplía el tamaño del salón, permitiendo que la planta entera se proyecte al exterior, acomodando así a los espectadores durante los partidos de la pista central.
Una malla metálica tensada envuelve toda la planta, garantizando seguridad y completa transparencia. La cubierta también es accesible y puede ser utilizada por el público en general.