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Arquitectos: Sancho Madridejos
- Año: 2001
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto, con sus cuatro piezas principales – Vivienda, Capilla, Pabellón de Caza y Vivienda del Guarda -, se sitúa en la cima y en la ladera Norte de una pequeña colina que domina diferentes límites del paisaje: el lugar, los valles y el horizonte quebrado, roto y difuso. Las piezas quieren poner de manifiesto el lugar, con el establecimiento de nuevas relaciones, nuevos episodios en relación al recorrido y a la visión: a través de lo que se oculta o se resalta. Estas piezas así dispuestas se debaten entre una doble vertiente paradójica: la de completar el lugar en relación conjunta a él, o la de independizarse como objetos móviles, con escalas diferentes o contradictorias entre sí. Así, además de esta estrecha vinculación entre paisaje, objetos, recorrido y visión, cada objeto se expresa con diferente protagonismo, desde lo más simbólico a lo más silencioso o privado. El vínculo que va a unir todo ello será el concepto de pliegue: el pliegue como generador oculto de los diferentes objetos, de los diferentes espacios.
La pieza de la Capilla se desarrolla alrededor del estudio y manipulación de un “pliegue-caja”, tensionado focalmente.
Se sitúa en lo alto de una ligera loma, convirtiéndose en punto de referencia en el paisaje que se domina desde el acceso a la finca – a una cota más baja y a dos kilómetros de distancia -, mostrando distintas visiones desde todo el recorrido. Al llegar a la zona de residencia se rodea la Capilla, convirtiéndose ésta en pieza de giro del acceso. La Capilla se orienta, con un ligero desplazamiento, según el eje Oeste-Este. La entrada se realiza en ascenso por la fachada Oeste, hasta llegar, ya interiormente, al punto focal, en frontalidad no simétrica.
En este intervalo de recorrido la escala variable del pliegue hace que el volumen, aunque compacto en un cierto momento, se rompa ofreciendo una sucesión de espacios - cerrado–compacto, abierto–fragmentado, en constante cambio de tiempos.
La capilla está pensada desnuda, sin luz artificial, como un lugar en donde la relación espacial exterior-interior determina su atención, su sentido: solamente una cruz y una imagen en el punto focal refuerzan los aspectos simbólicos que conlleva el proyecto.
Al plantear un pliegue en la caja - en la “boite” lecorbusierana – surge un único material: hormigón dorado, capaz de capturar todos los matices exigidos al volumen: desde atrapar la luz directa, que irrumpe como un plano más en la composición del espacio, hasta transmitir el aroma inestable y coloreado del alba.
La luz se somete así al papel de un segundo material de la Capilla: un material, en contraposición al hormigón, frágil, cambiante, móvil e inestable, que domina o se desvanece.
Nota: Este proyecto se publicó originalmente el 16 de diciembre de 2016.