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Arquitectos: EDU -Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín; EDU -Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín
- Área: 5122 m²
- Año: 2012
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Fotografías:Alejandro Arango
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Proveedores: Hunter Douglas, Calorcol, Colpisos, Concretodo, Quasar S.A
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En la transformación de Medellín la educación y la cultura han sido plataforma para realizar verdaderos cambios sociales, donde las infraestructuras físicas juegan un papel esencial en la inserción de políticas de calidad en territorios donde ha existido ausencia del estado y bajos niveles de desarrollo humano. Estos espacios operados desde las Secretarias de Educación y Cultura Ciudadana, buscan como premisa mejorar la calidad de la educación, disminuir los índices de deserción y repetición en los primeros grados de la básica primaria. Es contribuir al encuentro ciudadano integrando estas infraestructuras a la ciudad, a sus habitantes y a la recuperación del espacio público.
En la Transformación de MEDELLIN se le ha otorgado al espacio y al edificio público, el valor más relevante para construir el lugar para el encuentro ciudadano y el mejor escenario donde es posible construir una sociedad que desde la diversidad sea reconocida y aceptada como el camino hacia una mejor convivencia.
La coordinación del Estado con sus programas y proyectos en territorios estratégicos acotados es lo que permite transformaciones integrales de alto impacto físico y social, la planeación y el urbanismo son el vehículo.
El diseño concebido desde la Empresa de Desarrollo Urbano - EDU a través de su Taller de diseño, comprendió que el impacto en la transformación de los barrios y sus habitantes era exitoso al lograr la agrupación de programas y proyectos educativos de manera compacta, vinculadola al desarrollo de espacio público para el encuentro de la comunidad. El reto para la EDU era consolidar bajo la estrategia de nuevas centralidades educativas el trabajo conjunto de diferentes entes gubernamentales, Buen Comienzo, Secretaria de Educación, Secretaria de Cultura y Secretaría de Medio ambiente, para enfocar todas las acciones conjuntas en un mismo territorio. Un trabajo de diseño urbano creado a su vez de la mano de la comunidad y sus ideas, lo cual garantizaba una identidad y una apropiación por parte de las mismas.
La arquitectura y el urbanismo como plataformas de encuentro entre el Estado con sus programas y proyectos y las comunidades con sus sueños e ideas logrando una innovación social.
Aprendimos a ESCUCHAR a nuestros principales clientes, los ciudadanos.
Este proyecto se emplazó de manera precisa sobre la huella de una vieja fábrica de billares localizada en una antigua hacienda llamada Montecarlo, un lote baldío del barrio Las Granjas de la comuna 3 (Manrique) en Medellín. Uno de los desafíos era concentrar una serie de equipamientos que propiciaran un proceso formativo integral para la comunidad, desde la atención a madres gestantes hasta la formación de futuros músicos para la ciudad. Esto nos permite concluir que no se realizan únicamente proyectos, se realizan profundas transformaciones sociales.
La arquitectura pública debe celebrar la combinación de edades, culturas, estilos de vida y actividades, junto con la animación que proporcionan las calles, plazas y la vida informal que contienen y actuar como un dinamizador.
Este proyecto articula un programa compuesto por un jardín infantil, un colegio público de calidad y una escuela de música, los cuales quedaron envueltos en medio de la recuperación del bosque que se convierte en parque ambiental para la comunidad. En síntesis una Centralidad Educativa que respeta las preexistencias ambientales y las incorpora como parte fundamental del planteamiento urbanístico.
Respeto por la naturaleza. Árboles, arbustos y plantas existentes son la base del diseño, la arquitectura se acopla y los involucra. Cada uno incrementa el valor de los espacios generados.
Esta es una nueva versión de equipamientos para Medellín que fueron pensados desde el concepto “Contenedores de conocimiento”, la idea de una escuela que debe ser abierta para cambiar el paradigma de límite por el de espacio de transición entre lo público y lo escolar, cambiar de la reja al hall publico donde la comunidad se encuentra y la escuela acoge. Para esta centralidad se trata de conformar una gran cubierta que posibilita el acto básico de educar y reunir los estudiantes y la comunidad en torno al conocimiento.
“Arquitectura sin límites; las transformaciones públicas borran las barreras, rechazan los espacios “encerrados” y privilegian los espacios abiertos. Levantarse en los primeros pisos, generar umbrales, lograr que los edificios sean el cerramiento en sí mismo.”
Estos equipamientos localizan estratégicamente en sus primeros niveles, los programas arquitectónicos que son de mayor uso comunitario, los cuales son prestados y utilizados por los habitantes del barrio, la sala de computo, La zona recreativa (cancha de futbol) y restaurante escolar entre otros.
Arquitecturas que valoran lo cotidiano y potencian la vida del barrio, balconear, divisar, jugar en la calle, conversar en la terraza, tomarse un café en la tienda, el barrio nos ha enseñado a valorar esta riqueza cultural y de llevarla a nuestros proyectos.
Cuatro premisas arquitectónicas estructuran la idea de estas centralidades:
1. Módulo de ensamble: La regularización de elementos constructivos replicables, que permiten gracias a su disposición, construir entre ellos espacios dinámicos para el encuentro. Generar sistemas de arquitecturas tranquilas de fácil construcción acoplables entre sí.
2. Vacios Integradores: Patios, pasillos, bosques, nichos, plazas, accesos, dotados de cualidades que estimulan la experiencia de los ciudadanos, producen ganas de entrar a estudiar.
3. Espacio + Experiencia Vivida: La construcción de espacios educativos, lúdicos que estimulan el aprendizaje a diferentes escalas. El color, las formas, texturas, dimensiones, los espacios de interacción y encuentro.
4. Sostenibilidad y Edificios Limpios: La sostenibilidad es una obligación y deber de lo público, la buena arquitectura por sí misma debe ser sostenible desde lo técnico, lo social, lo económico y lo ambiental.
Desde el punto de vista formal y material, la centralidad consigue ser un ícono que se identifica desde diversas zonas de la ciudad gracias a los colores intensos de su acabado. En el caso del Colegio y la Escuela de Música, las fachadas en lámina micro perforada de Aluzinc se convierten junto a sus cubiertas en una superficie que envuelve los interiores y las circulaciones, como una caparazón translucida soportada por un sistema estructural de columnas metálicas agrupadas en ramilletes que evocan los árboles del bosque. Estas a su vez son parte integral del sistema de evacuación de aguas lluvia.
La arquitectura pública tiene la capacidad de convertirse en símbolo de las principales políticas de una ciudad, lo público toma valor y se vuelve referente haciendo evidente territorios por años olvidados.
Este contenedor velado trabaja como un sistema de altísimo confort bioclimático en temas térmicos y acústicos, además de generar espacios de cuádruple altura para el encuentro de los estudiantes, como el hall de acceso y el patio de recreo. Bajo ésta cubierta, el programa arquitectónico se construye como módulos aporticados simples y serializados, con cerramientos en mampostería de bloque de concreto con agregado cerámico y pisos en baldosas monolíticas de micrograno color ocre. La materialidad de estos equipamientos se orienta al uso de materiales de pocos mantenimientos y altas resistencias en el tiempo.
“No existen malos materiales sino mal utilizados. Construir pensando para los 100 años, obras que soporten mínimos mantenimientos y que trasciendan generaciones.”
En el caso del Jardín Infantil, la estrategia formal se basa en un “Edificio Juguete”, que mediante aulas modulares se acopla a la topografía y brinda una experiencia lúdica a los niños y niñas, un espacio diseñado enteramente a la medida de los pequeños. Aquí la materialidad cambia hacia un sistema de muros tipo Durapanel (poliestireno expandido reforzado), revocados y pintados los cuales permitieron una rápida ejecución y aislamiento acústico y térmico. Este edificio es un laboratorio bioclimático en sí mismo al diseñar cada una de sus fachadas según rangos de iluminación, ventilación y percentiles de ergonomía exclusivos para la primera infancia.
El reto constante es hacer arquitectura que emociona, cada proyecto es una gran oportunidad de crear espacios de máxima calidad que brinden al usuario y a la ciudad sensaciones positivas. Los edificios públicos deben ser dinamizadores urbanos, arquitecturas de primeros pisos abiertos que protegen e invitan a entrar y con contenidos amables que resignifican los lugares donde se emplazan.