Ya estamos aquí en el Espacio Escultórico #SalvemosElEspacioEscultorico pic.twitter.com/fNXovBjwRM
— Salvemos el E.E. (@Salvemos_el_EE) 12 de febrero de 2016
Un silencio al sur de la Ciudad de México se envuelve sobre sí mismo en la Reserva Ecológica de Pedregal de San Ángel; entre piedras volcánicas y cielos extensos descansa el Espacio Escultórico.
Diseñado por un grupo de artistas, integrado por Mathias Goeritz, Helen Escobedo, Miguel Felguérez, Hersúa, Sebastián y Federico Silva e inaugurado en 1979, el Espacio Escultórico nació como una obra creativa colectiva que hoy se enfrenta a una nueva nota en el horizonte de su particularidad. El edificio H de la UNAM ha sido emplazado al oriente del Espacio Escultórico, poniendo "en riesgo" la conservación del espacio más allá del objeto y convocando voces de artistas, académicos y defensores de este sitio que se han movilizado para restaurar el valor esencial de la pieza.
Para conocer la situación a la que se enfrenta este clásico de la arquitectura mexicana, sigue leyendo después del salto.
El monumento
La topografía del entorno del espacio escultórico permite vistas muy distantes. Por el sureste están los volcanes; el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, al sur, el Ajusco, al oeste la sierra de las cruces y al norte gran parte de la ciudad de México con los perfiles de algunas edificaciones de la ciudad universitaria en primer término: Todo un espectáculo. (Carlos Mijares)
El área que ocupa el Espacio Escultórico comprende alrededor de 100 metros de diámetro enmarcados por una secuencia perimetral de 64 prismas triangulares de concreto colocados sobre un círculo de arena de tezontle. Esta escultura habitable y de proporciones magistrales concebida desde 1977, se erige como evidencia del valor espacial que alberga el sitio, un lugar privilegiado entre fauna endógena y piedras volcánicas provocadas por la erupción del volcán Xitle. Hoy en día se enfrenta, no por primera vez, a acontecimientos que van desde planes hasta intervenciones concretas que atentan contra su integridad y la de su entorno.
Un espacio circular que hundido en su parte central por su conformación nos recuerda inquietantes similitudes con lo que en náhuatl llamaban los antiguos xico, centro u ombligo. (Lily Kassner)
El Edificio H
A finales del año 2015 y bajo la administración del rector de la Universidad Autónoma de México, José Narro Robles, el Edificio H que albergaría la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPS) de la universidad fue emplazado a unos 300 metros del perímetro que comprende el Espacio Escultórico, que si bien no se encuentra dentro del área de la Reserva Ecológica del Pedregal, se ubica dentro de la ‘zona de amortiguamiento que establece la declaratoria del Campus Central como Patrimonio Cultural’ desde 2007.
El edificio H, diseñado por el arquitecto y exfuncionario de la universidad Raúl Kobeh Hedere requirió una inversión de aproximadamente 55 millones de pesos para su construcción. Es un volumen vertical de 7 niveles, completamente blanco, y también completamente visible desde el Espacio Escultórico. El Edificio H cuenta con 10 aulas, 65 cubículos y 12 oficinas pensados para albergar a un total de 560 usuarios entre alumnos, profesores y cuerpo administrativo de la Universidad.
Este edificio, junto a otros trece más fueron planeados durante el mismo periodo, y aunque la inconformidad frente a estas intervenciones se manifestó de distintas maneras, incluso con cartas fechadas desde marzo y septiembre del 2015, no fue sino hasta que el artista Pedro Reyes, en uno de sus recorridos por el Espacio Escultórico, hizo presente en su visita la incidencia del Edificio H sobre éste. Preocupado por el estado y conservación del sitio, invitó a un grupo de críticos de arquitectura, como Miquel Adriá, Alejandro Hernández y Fernanda Canales, para buscar y plantear una solución a esta intervención.
El movimiento
A partir de estas conversaciones, se suscitó en febrero del 2016 una petición digital a través de la página de internet change.org titulada como ‘Salvemos el Espacio Escultórico’ y que hoy en día cuenta con casi 32,000 firmas de simpatizantes internacionales, entre los que se encuentran artistas, curadores, promotores, galeristas y defensores de la causa.
En la petición original se solicitaba la demolición de los últimos cuatro pisos del edificio denunciando el daño que éste ocasionaba al Espacio Escultórico. Fue a través de una página en Facebook bajo el mismo nombre de la petición que ésta se difundió, y a partir de la cual también se ha llevado un seguimiento puntual de todos los eventos, publicaciones, declaraciones y acontecimientos pertinentes en torno a la petición y protección del Espacio Escultórico.
Esta plataforma dio lugar a nuevas posibilidades de diálogo y de encuentros para facilitar el análisis y resolución del problema que representa el Edificio H; entre ellos, se celebró un mitin en el mismo Espacio Escultórico el 12 de febrero 2016; un debate sobre el tema como parte de ‘Viernes del Cetto’, organizado por el Taller Max Cetto de la Facultad de Arquitectura de la UNAM; un diálogo entre profesores y alumnos en torno al espacio escultórico el 18 de mayo 2016 en las instalaciones de la Universidad, y más.
Entre las sugerencias y especulaciones que en algún momento se propusieron para solventar el problema de presencia del Edificio H, se hablaba de cubrir el volumen con espejos para salvaguardar todos los niveles y disolver de alguna manera el impacto visual del edificio; otros más, proponían envolverlo con plantas extrañas a la zona para hacer del volumen uno más discreto frente al entorno natural que impera en la zona.
Sin embargo, estas propuestas demostraron no ser viables, por el contrario, como lo especifica el biólogo Raúl García Barrios en una entrevista publicada por la revista Proceso el 08 de mayo 2016, la implementación de flora extraña al sitio representaría un problema para la conservación del espacio que de entrada se enfrenta a otras amenazas como 'especies invasoras, animales ferales, incluso personas que van ahí a cosechar distintos tipos de especies o daño indirecto de las personas que la visitan'.
Finalmente, los integrantes del comité encargado de evaluar oficialmente el destino del Edificio H, y por lo tanto, del Espacio Escultórico fueron: Marcos Mazari, Arquitecto (UNAM); Luis Álvarez Icaza, Ingeniero (UNAM); Luis Zambrano, Biólogo (UNAM); Louise Noelle Gras, Historiadora del Arte (UNAM); Raúl Delgado, Arquitecto (Secretaría de Cultura); Pedro Camarena, Arquitecto de Paisaje; Yvonne Domenge, Escultora; y Luis Arnal, Arquitecto (UNAM).
La resolución
Durante el periodo comprendido desde la publicación de la petición hasta el jueves 30 de junio 2016 no hubo declaraciones públicas sobre la resolución de la petición por la Secretaría de Cultura, ni por parte de la UNESCO; sin embargo, el último día de junio fue anunciado oficialmente (página 24) a través de la Gaceta de la Universidad que el Edificio H no sería demolido ni parcial ni totalmente.
La noticia evidentemente no ha sido grata para los defensores del Espacio Escultórico que hoy no solo demandan una solución ante el atentado directo sobre la integridad del sitio, sino que la exigencia se ha extendido hasta solicitar actualizaciones en las políticas de conservación, restauración y construcción en el sitio, así como permitir la participación de estudiantes y académicos en tomas de decisiones al respecto y fomentar un papel activo de las autoridades en el tema para agilizar y clarificar procesos como el del Espacio Escultórico.
Aún con la resolución publicada oficialmente, hoy resuenan voces en rotundo desacuerdo, como la del artista Anish Kapoor, la escritora Elena Poniatowska, uno de los coautores Manuel Felguérez, el arquitecto Mauricio Rocha, la arquitecta Fernanda Canales, y Teodoro González de León, entre muchos incontables más. Estas voces apelan entonces a la incertidumbre, que en casos como éstos donde los comunicados oficiales se han dado, pueden ser un nuevo pie a discusión sobre una de las áreas de conservación urbana más grandes del mundo.
Queridos lectores:
¿Cómo la sociedad y el gremio arquitectónico será capaz de revertir lo declarado oficialmente cuando las regulaciones técnicas avalan correctamente lo ya construido?