- Área: 996 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Onnis Luque
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Proveedores: Predecon
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Un marco para el cielo sobre un bosque de columnas dan forma al Pabellón Quinta Montes Molina, un lugar para contemplar el diálogo de dos épocas, la integración de lo contemporáneo a un contexto histórico existente.
La Quinta Montes Molina es una construcción de la época del Porfiriato de finales del siglo XIX y parte esencial de la identidad de Paseo Montejo en Mérida, Yucatán. La casa catalogada por el INAH, tiene como uso principal un museo y el uso de su espacio de jardín como centro de eventos sociales y culturales que oscilan de 200 hasta 1,200 personas. Hasta meses recientes, La Quinta había acomodado estos eventos mediante el uso de lonarias desmontables. La propuesta de proyecto fue la conceptualización de un pabellón cuyo lenguaje se integrase y enalteciera la construcción existente, ligando íntimamente a los jardines y acomodase diversos tipos y tamaños de eventos. Adicionalmente, el pabellón debía de proveer una cubierta de protección para la lluvia.
El pabellón se manifiesta como una delgada y ligera hoja de concreto suspendido por una serie de columnas esbeltas que como los árboles del sitio, parecieran ubicarse de manera azarosa sobre el terreno y se disponen creando un espacio que abraza los eventos. La geometría de la cubierta delimita el contorno del cielo y enmarca La Quinta mientras que las columnas crean un juego permeable entre el jardín y la plaza.
La estructura es la tectónica y el acabado propio del proyecto, por lo que la manufactura y detalle de los elementos cobran enorme relevancia. La denotación de la junta y de la intersección de los planos a través de entrecalles, rebajes, manejo de texturas y el contraste con elementos de acero permite enfatizar un trabajo de minuciosa integración y reinterpretación de la arquitectura pre-existente.
El concreto blanco, con agregados locales, dispone de un tono que genera una inmediata integración con la cromática de la edificación antigua. La simplicidad de un solo material y sus variables logra unidad de lenguaje arquitectónico de dos tiempos y resalta la presencia verde de los jardines y el cielo. El proceso de prefabricación permitió un tiempo de obra en sitio de solo 2 meses aminorando al máximo el impacto sobre el cese temporal de operaciones de La Quinta.
Las columnas diseñadas junto con su dado de cimentación expresan sus superficies y el momento de desplante de su base por medio de un anillo martelinado dando paso a una sección de entrecalles que marcan la escala humana, cuatro de éstas, producto intencionado de la ingeniería del molde, continúan hasta el punto más alto y doblan en los paneles de la cubierta. La columna reduce su radio en su cabezal e incorpora un anillo de acero que genera el efecto de flotabilidad a la cubierta. Las cubiertas son paneles de solamente 17 cms de espesor el cual se reduce a 7cms en los bordes para generar un filo visual. Estructuralmente la columna atraviesa el panel de concreto y se liga a un marco superior metálico que realiza la función de amarre y absorción de movimiento lateral y se aprovecha como sistema de carriles para la cubierta retráctil que de ser necesario cubre la totalidad del espacio central.
El proyecto cumple con el propósito último de generar “lugar” permitiendo la apropiación del mismo por los usuarios. El Pabellón y sus elementos sirven como medidores y moduladores de la luz y como un marco del inigualable cielo yucateco que por consecuencia se torna en el evento propio del espacio.El Pabellón muestra la capacidad de integración de arquitecturas de dos tiempos y lenguajes y resalta el carácter de La Quinta. Se vuelve ícono al ser un proyecto cuyo programa es el espacio en sí mismo enfatizando e integrando al contexto. Su impacto ambiental es muy bajo y honra el oficio y trabajo de materiales propio de la región.