En esta serie estoy presentando “patrones obsesivos” que viene a continuar mi trabajo de retratos abstractos de arquitectura de distintas ciudades y su relación con la experiencia emocional de sus habitantes.
Principalmente en estas obras extraigo diferentes patrones geométricos de fachadas que me parezcan interesantes para luego usarlos como matrices y así reproducir una teselación con la ayuda de montajes digitales. Es así como genero nuevas fachadas urbanas de formas exageradas que imiten edificios masivos.
Cuando hablo de patrón, me refiero a las variables constantes que se pueden encontrar en un conjunto, las cuales se repiten de forma predecible y periódica en nuestro entorno. Al replicar estos patrones sin superponerlos y sin dejar espacios libres, hablamos de una teselación, a la cual le podría atribuir la expresión latina “horro vacui” (miedo al vacío) ya que se debe llenar todo el espacio evitando obsesivamente que quede un área sin rellenar.
Para generar estas teselaciones, se deben usar transformaciones isométricas sobre la figura principal, por lo tanto ir replicando copias idénticas a través de traslaciones, simetrías y rotaciones.
Esto se ha usado constantemente en la historia humana por diferentes culturas como los persas, moros y musulmanes para formar distintos tipos de pavimentos o decoraciones en muros. Un ejemplo de esto es el mosaico, donde se usan teselas de diferentes colores y tamaños (azulejos).
Un tipo de arte en relación a esto es el mudéjar, que es muy representativo de los españoles en épocas medievales, donde se genera una mezcla hispano-musulmán (convergen las corrientes góticas, románticas y renacentistas del cristianismo). En ella se utilizaba una decoración geométrica, de una alta densidad donde se rellenaban todos los espacios de los azulejos. Estos últimos tenían distintos colores que provienen de óxidos como el cobalto, cobre, manganeso, hierro y estaño, lo cuales generaban colores como el azul, verde, negro, amarillo y blanco. Es por esto que algunos títulos de mis obras hacen alusión a estos compuestos químicos o a colores, como si cada uno fuese un tono individual que en conjunto forman un pantone.
También se practicaba el arte de los azulejos alicatado, donde se complementaban las profesiones de los alfareros (los encargados de fabricar las baldosas vidriadas) y alarifes (los que las cortaban e instalaban). En este caso podría decir que mi trabajo consta de ambas labores, ya que al tomar la fotografía y extraer un patrón de ella es donde hago el trabajo de alfarero y luego al hacer el montaje digital me transformo en alarife.
Existen otros tipos de patrones como la teselación de Penrose que utiliza la simetría. Esta consiste en una repetición finita y no una traslación que se pueda repetir infinitamente. Aquí se genera un cuasicristal, que contiene una forma estructural ordenada pero no periódica, por lo tanto se forman patrones que llenan todo el espacio a pesar de tener una falta de simetría traslacional.
Los patrones que yo elijo de distintas fachadas arquitectónicas (en su mayoría de Santiago y Nueva York), los uso para repetirlos como un motivo, por ende los transformo de cierta manera en unos cuasicristales. Con ellos pretendo generar una amplificación de la imagen hasta llegar a una totalidad, la cual debe ser analizada de manera holística y no individual.
Como referencia, uno de los artistas que ha trabajó mucho el tema de las teselaciones fue el neerlandés Maurits Cornelis Escher.