Les presentamos en esta ocasión el libro 'Carlos Herrera: The architecture of lines, light and luxury'; volumen que recoge la labor del arquitecto Carlos Herrera a través de su trabajo como arquitecto, y que describe una gran parte de la obra existente de Herrera con fotografías de Allan Fis.
Puedes leer un fragmento del libro después del salto.
La arquitectura es la delicada y compleja tarea de generar un ambiente que condensa emociones. El arquitecto es el creador de los espacios más íntimos de la vida, su oficio parte de imaginar trazos que llegan a plasmarse en un papel. Líneas, ritmos y cálculos se materializan con el uso de elementos inertes como mármol, madera, concreto, metal y vidrio. La obra finaliza en una escultura que encierra y representa vida.
Carlos Herrera ha dedicado gran parte de su trayectoria a buscar la voz más tranquila de la arquitectura, la misma que se encuentra en los espacios más íntimos de la vida. Sus proyectos han sido, a lo largo de estos años, escenarios de éxitos familiares, derrotas íntimas y alegrías cotidianas. Con el transcurrir del tiempo, Herrera ha perfeccionado un estilo que propone la creación de espacios sobrios y elegantes cargados de buen gusto. La mayoría de las veces el resultado ha sido la construcción de casas que equilibran lo moderno y lo funcional
Además, Herrera es conocido por todo México por las ubicaciones espectaculares de sus casa, todas diseñadas para eliminar los limites entre el interior y el exterior. Más recientemente, la población creciente de golfistas en México tienen la suerte de poder llegar a descansar en la tranquilidad de sus casas club impecablemente proporcionados. En ambos contextos, la naturaleza juega un papel primordial.
Las obras de Herrera tienen presencia en varios países del continente americano. Sin importar si están ubicadas en playas paradisiacas del Pacífico mexicano o en las calles más exclusivas de Nueva York, sus casas cuentan con un denominador común: la elegancia confortable en un mundo natural.
Por fin, tenemos este volumen magnífico y vibrante que ilustra la obra de toda una vida de este brillante arquitecto mexicano.
Fotografías exquisitas de Allan Fis nos muestran la mayoría de la obra de Herrera y nos enseñan su sensibilidad y atención minuciosa al estilo y diseño siempre dentro de un contexto orgánico natural.
Un ejemplo de la mezcla de naturaleza con construcción se puede encontrar en la casa de playa de Herrera en la costa Pacífica de Huatulco, Oaxaca.
El estado de Oaxaca, al suroeste de México, ha sido uno de los escenarios más fructíferos para la obra de Herrera. En sus costas ha encontrado la inspiración de paisajes agrestes y un estilo de vida reposado y elegante.
La ubicación de Zicarú es extraordinaria: la sala, de forma semicircular, es un espacio abierto en el que no se interponen ni muros ni cristales entre uno y la playa. La casa se desplanta a 12 metros del nivel del mar. “Una clave del trabajo de Carlos en este tipo de casas es el perfecto entendimiento de dónde está ubicada. ¿Cuál es la trayectoria del sol?, ¿cómo lo vas a vivir?, ¿cómo es la brisa, ¿qué vas a estar viendo?”, apunta Jorge. Y agrega: “Para Carlos siempre ha sido primordial la vista. Lo que ves tiene que ser importante, tiene que crear ese efecto ¡wow!”. Varios rincones de Zicarú detonan ese efecto de sorpresa. Uno de ellos es la palapa que da cobijo a la sala, el principal espacio de la casa. Su estructura está hecha de guadua, bambú típico de la zona cafetera de Colombia. Esta planta fue elegida por sus características: “noble, fuerte, de gran belleza y flexibilidad”. Además, dice el arquitecto, “crece muy rápido y utilizarlo no es un crimen ecológico, a diferencia de la palma, que tarda tanto en crecer”. La estructura fue pensada y diseñada con la ayuda del arquitecto colombiano Simón Vélez. El detalle minucioso que Herrera dedica a sus obras puede verse en esta novedosa estructura, basta ver las juntas donde se une el techo con los pilares y las bases donde estos descansan. Son detalles que los ojos pueden pasar desapercibidos. Vélez y Herrera volvieron a hacer mancuerna en 2008, cuando se unieron para la construcción del Museo Nómada que albergó la exposición Ashes and Snow, del fotógrafo Gregory Colbert, en el Zócalo de la Ciudad de México. En esa ocasión diseñaron una majestuosa galería de cinco mil metros cuadrados hecha con guadua.
Carlos siempre está pensando en aquello que puede mejorar en un espacio, o en ese detalle que puede hacerte impactante o inolvidable la estancia. Su búsqueda es para marcar y sorprender. De hacer en una palabra”.
En la introducción al libro, el arquitecto Richard Rogers nos describe impecablemente a Herrera cuando dice “Carlos es un arquitecto que trae sofisticación con una ligereza a las ricas tradiciones arquitectónicas y artísticas de México. Sus construcciones son apertura y luz con raíces profundas en el clima y el paisaje de su país y aprovechándose de una cultura que abarca más de tres mil años desde los primeros pueblos mayas hasta la tradición artesanal vigente hoy en día. … Como Barragán y Legorreta, Carlos Herrera trabaja dentro de esta tradición y la actualiza en vez de apoyarse en el lenguaje de la arquitectura moderna internacional. Sus construcciones responden al juego de luces y sombras sobre los volúmenes, dejando que plantas tropicales suavizan contornos duros formados por el sol del Pacífico. … Carlos Herrera es un poeta, un humanista, un arquitecto extraordinario, y además alguien que llamo orgullosamente mi amigo.”
Índice
- Prefacio
- Introducción
- Rancho Laureles
- La Punta
- La Peña
- El Jaguar
- La Paloma
- Cárpatos
- Amatepec
- Zicarú
- Mil Cumbres
- Los Encinos
- La Escondida
- La Vela
- Zapopan
- La Picuda
- Covarrubias
- Tarahumara
- Upper East Side
- Champ de Mars
- Teatro San Rafael
- Centro Teatral
- Proyectos Nuevos
- Epílogo por Philip George
- Posdata por Jorge Herrera
- Posdata por Heather Herrera
- Créditos – Allan Fis y Heather Herrera
- Coda por Carlos Herrera
Arquitectura / Carlos Herrera
Fotografía / Allan Fis
Diseño Gráfico / Gustavo Guerrero para Arubaa
Texto / Luis Pablo Beauregard
Coordinación Editorial / Heather Herrera