A mediados del mes de marzo, se produjo un fenómeno ambiental sobre la ciudad de Medellín que alteró la calidad del aire obligando al alcalde Federico Gutiérrez Zuluaga a declararla en alerta roja. Debido a factores geográficos, climáticos y producto de la descarga de gases emitidos por la industria, una espesa y tóxica neblina se posó sobre el área urbana afectando terriblemente a sus habitantes. Después de recibir los resultados sobre las actividades meteorológicas del mes, emitidos por las 8 estaciones de monitoreo que se encuentran en el Valle de Aburrá, cuenca natural del Río Medellín, se formularon una serie de restricciones en las dinámicas urbanas y de diferentes sectores de la industria y la movilidad.
La implementación de estas medidas durante los primeros días de abril lograron mitigar superficialmente la problemática, pero esta condición ambiental no ha sido una atribución reciente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) posicionó a Medellín como la novena ciudad más contaminada de Latinoamérica, luego de Belo Horizonte (Brasil), Tegucigalpa (Honduras), Guatemala, Toluca (México), Monterrey (México), Río de Janeiro (Brasil), Lima (Perú) y en primer lugar Cochabamba (Bolivia).
Según los estudios hechos en la Universidad Nacional, esta crisis se dio debido al cambio de la temporada seca a una repentina temporada de lluvias, lo que generó una capa espesa de neblina que obstruyó la incidencia solar sobre la ciudad. Esto impidió la liberación de las emisiones de gases, como lo explicó Eugenio Prieto, Director del área metropolitana del Valle de Aburrá para el periódico El Tiempo: “en condiciones normales, la radiación haría que asciendan sobre las montañas todos los contaminantes y allí nuevos vientos los expulsarían, pero están atascados”
Los altos niveles de contaminación arrojados por las estaciones de monitoreo, detectaron un incremento hasta 2,5 pm, que denota un incremento en partículas finas que flotan en el aire e ingresan a las vías respiratorias causando graves enfermedades. Estas partículas, que al ojo humano son imperceptibles, son el producto en un 80 % de fuentes móviles, como vehículos, motos y buses, mientras que el otro 20% son por emisiones de fuentes fijas como las producidas por las industrias y construcciones. Estas generan graves implicaciones en la salud pública, generando la muerte de 8 personas al día y se ha convertido en la principal causa de ausentismo escolar y laboral, acarreando también implicaciones económicas para la ciudad, asegura Daniel Carvalho urbanista y concejal de Medellín en la entrevista al canal Youtube Al Poniente.
Las medidas tomadas por el Alcalde para los primeros días de abril establecieron la prohibición de ciclovías programadas, el cierre del servicio de los escenarios deportivos de orden municipal, la realización de actividades físicas y recreativas al aire libre, la restricción durante 27 horas en un fin de semana, de vehículos y automotores, mientras que a las volquetas se les negó el paso por el perímetro urbano.
Por su lado la red de Metro funcionó con normalidad y no tendrá costo en las horas valle hasta nuevo aviso. Como un consenso administrativo se hizo una petición de parte de la alcaldía a la Secretaría de Medio Ambiente y de Desarrollo Económico de Medellín, para reestructurar de manera coordinada con el área metropolitana y el sector empresarial e industrial, un plan estratégico a corto, mediano y largo plazo para disminuir los factores contaminantes por las fuentes fijas.
En Medellín, ambientalistas ponen tapabocas a esculturas de Botero, para hacer visible problemática de contaminación pic.twitter.com/k44TtYFdLx
— DIEGO JAIMES (@jaimes_avellan) 8 de abril de 2016
Hasta ahora, la contingencia atmosférica no ha disminuido en su totalidad. La jornada de restricciones dictada por Gutiérrez ayudó a esclarecer un poco el área perimetral, pero no fue realmente significativo el mejoramiento en el centro de la ciudad colombiana, y aún así el pasado 9 de abril se habilitaron de nuevo las restricciones nombradas, menos el pico y placa, como se le llama al sistema de restricción vehicular en Colombia.
Entonces, ¿cuáles son las medidas más asertivas para evitar el aumento de esta problemática de salud pública?, ¿cuál es el grado de contribución que debe hacerse por parte de los habitantes y los sectores económicos y administrativos?
Si bien están establecidas unas normativas en pro del mejoramiento de la calidad del aire, es necesario que se haga un seguimiento más estricto de las dinámicas urbanas contaminantes y se reporte a quienes lo incumplen, generando controles sobre el combustible que se utiliza en las fuentes móviles, la implementación del uso de la bicicleta y el servicio público. Al endurecer estas medidas de control, es de suma urgencia replantear una planificación urbana en donde se incluyan actividades que controlen estas amenazas. Así, de una manera constante será cuestión de que las condiciones climáticas favorezcan la dispersión de las partículas contaminantes y se genere un verdadero cambio a largo plazo.
