Zaha Hadid muere a los 65 años de edad

Escrito por Pola Mora
Publicado el 31 de Marzo, 2016

La destacada arquitecta Zaha Hadid, ha fallecido hoy jueves 31 de marzo a la edad de 65 años, producto de un ataque al corazón en un hospital de Miami, mientras estaba siendo tratada por un cuadro de bronquitis desde comienzos de esta semana.

Convertida en la primera mujer en recibir la Medalla de Oro del Royal Institute of British Architects, también fue la única mujer en ganar el Premio Pritzker de manera individual. Tras su inesperada muerte, Zaha Hadid Architects publicó un sentido comunicado oficial que puedes leer después del salto.

Cuando Zaha Hadid recibió la RIBA Royal Gold Medal, Sir Peter Cook alabó su trabajo en la ceremonia de premiación: "si Paul Klee tomó una línea para dar su paseo, Zaha tomó las superficies impulsados por esa línea para lograr un baile virtual y con destreza, las dobló una sobre otra para llevarlas por un viaje al espacio".

Zaha Hadid fue ampliamente considerada como la mujer arquitecta más grande del mundo en la actualidad. Nacida en Bagdad en 1950, estudió matemáticas en la Universidad Americana de Beirut, antes de empezar su travesía arquitectónica en 1972 en la Architectural Association (AA) de Londres.

En 1989 fundó su propia oficina en Londres -Zaha Hadid Architects- ganando una reputación alrededor del mundo por sus innovadores trabajos teóricos, incluyendo The Peak en Hong Kong (1983), el Kurfürstendamm en Berlín (1986) y el Cardiff Bay Opera House en Gales (1994).

Trabajando junto a su socio Patrik Schumacher, su interés estuvo entre la arquitectura, el paisaje y la geología; y su trabajo integró el uso de tecnologías innovadoras, a menudo dando resultados a inesperadas y dinámicas formas arquitectónicas.

El primer encargo importante de Zaha Hadid, aquel que aseguró su reconocimiento internacional, fue la Estación de bomberos Vitra en Weil Am Rhein, Alemania (1993); otros notables proyectos incluyen el Museo MAXXI (2009), el Centro Acuático de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (2011) y el Centro Heydar Aliyev en Bakú (2013), los cuales ilustran su búsqueda por el espacio fluido y complejo. Edificios como el Centro Rosenthal de Arte Contemporáneo en Cincinnati (2003) y el Guangzhou Opera House en China (2010) también han aclamado una arquitectura que transforma nuestras ideas del futuro con conceptos espaciales visionarios definidos por el diseño, los materiales y los procesos constructivos.

En 2004, Zaha Hadid se convirtió en la primera mujer en recibir el Premio Pritzker. Ganó dos veces el premio de arquitectura más importante del Reino Unido, el RIBA Stirling Prize. En 2010 fue por el Museo MAXXI en Roma, un edificio para la puesta en escena del arte del siglo XXI, la destilación de años de experimentación, una madura pieza de arquitectura transmitiendo una calma que desmiente la complejidad de su forma y organización; y el Evelyn Grace Academy (2011), un diseño único, inserto en un predio extremadamente estrecho que demuestra a los estudiantes, trabajadores y residentes locales que ellos sí son valorados como usuarios y además, celebra la especialidad de la escuela a lo largo de su tejido, con vistas de estudiantes participando en todo momento.

Otros galardones obtenidos por Zaha Hadid incluyen la Orden de las Artes y las Letras de la República de Francia, el Praemium Imperiale de Japón y su nombramiento como Dama Comandante de la Orden del Imperio Británico en 2012. Fue miembro honorario de la Academia Americana de Artes y Letras y del Instituto Americano de Arquitectura.

Llevó a cabo diversas funciones académicas, incluidas el Kenzo Tange Chair en el GSD Harvard y la cátedra Sullivan en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Illinois. Hadid también ejerció la docencia en Columbia, Yale y la Universidad de Artes Aplicadas de Viena.

Recientemente Zaha Hadid había sido galardonada con la RIBA Medal Gold, convirtiéndose en la primera mujer en recibir el prestigioso honor. En la ocasión, Sir Peter Cook declaró:

"En nuestra actual cultura de andar completando checklists, Zaha Hadid triunfa, ya que (citando los criterios del Royal Gold Medal) ella es alguien "que ha hecho una significativa contribución a la teoría y práctica de la arquitectura... logrando un cuerpo sustancial de trabajo en lugar de hacerlo para lo que actualmente está de moda". Sin duda, su trabajo, si bien está lleno de formas, estilo y manierismos imparables, posee una cualidad a la cual nos gusta referirnos como "un ojo impecable", elemento fundamental para la consideración de una arquitectura especial que raramente se satisface con la mera "moda".

Ciertamente, su trabajo es especial. Durante tres décadas, se ha aventurado a lo que pocos se atreven: si Paul Klee tomó una línea para dar su paseo, Zaha tomó las superficies impulsados por esa línea para lograr un baile virtual y con destreza, las dobló una sobre otra para llevarlas por un viaje al espacio. En su período más temprano ya había una sensación de vigor que compartía con sus admirados suprematistas y constructivistas rusos, intentando con ellos poder capturar esa dinámica del movimiento evasivo al final de la era de la máquina.

Ampliando necesariamente los esfuerzos a través de una producción de estudio, en lugar de trabajar como una artista en solitario, Zaha entendió el potencial del computador con el fin de convertir el espacio en sí mismo. De hecho, existe un mito urbano que sugiere que las “cajas” de Apple Mac seguían siendo lo suficientemente “crudas” como para trazar la matemática improbable; así y todo, Zaha, con sus conocimientos en matemáticas, aprovechó esto para hacer proyecciones futuristas en proyectos en Hong Kong y otros similares.

A pesar de esto, a través de pinturas y pequeños dibujos, Zaha siguió adelante. Fue lo suficientemente inteligente como para impulsar su talento computacional sin verse sobrepasada por sus formas.

Así, la evolución de su arquitectura fluida, en lugar de una arquitectura "puntiaguda” (spikey), fue avanzando por etapas, al igual que la escala de sus encargos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, permaneció clara en el control y la identidad de cada proyecto.

Cuando trabajó en la estación de bomberos en Vitra, el usuario podía ser consciente de estar dentro de uno de esos primeros dibujos, y claro, se podía llevar a la realidad.

Sin embargo, quizás en su nivel más alto, los que tuvimos la suerte de visitar el Centro Heydar Aliyev en Bakú, podemos asegurar que nunca antes hemos estado en un espacio tan onírico, con un vocabulario que va más allá de la “arquitectura normal” que evaluamos o racionalizamos.

Por lo que le estamos presentando con esta medalla como una institución británica: como Dama Comandante de la Orden del Imperio Británico. En consecuencia, ella puede ser vista como miembro de nuestro establishment británico. Aunque en realidad, muchos de nuestros compañeros arquitectos la han tratado con elogios característicamente débiles. O cuando la premiamos con el RIBA Stirling Prize por el colegio en South London -su segunda victoria consecutiva- nosotros, el jurado, fuimos ridiculizados por un número de distinguidos arquitectos. Por supuesto, en nuestra cultura de modestia y circunspección, su trabajo no es ciertamente modesto y ella en sí misma es lo opuesto a la modestidad. De hecho, su vociferante crítica sobre el pobre trabajo o la estupidez recuerda las quejas del deportista John McEnroe sobre las líneas laterales en la cancha de tenis. Aunque es ciertamente característica su seriedad con la que se toma el negocio, la dejadez y el capricho le duelen y no puede jugar el conformista juego británico del cliché que es la auto-convicción, preferida por muchas personas. Sus métodos y quizás gran parte de su psicología permanecen mesopotámicos, da algo de miedo, pero es ciertamente claro.

Como resultado, tal vez sea solitario estar en la cima, rodeada ahora por talentos muy considerables en la oficina, pero temida un poco y distante de los jóvenes. Sin embargo, en privado Zaha es chismosa y divertida, realmente interesada en el trabajo de sus colegas talentosos quienes hacen una arquitectura muy distinta, como Steven Holl. Ella fue la primera en llevar a Londres talentos como Lebbeus Woods or Stanley Saiotowitz. Ella es excepcionalmente leal a sus viejos amigos: muchos de los cuales venían del período de Alvin Boyarsky de la Asociación de Arquitectura: lo que parece seguir siendo como su zona de confort y su período de oro de la amistad. Alentada y promovida a una edad temprana por Boyarsky, fue premiada con la AA con una lealtad incesante y por afición hacia ella.

La historia de la medalla de oro debe incluir sin duda muchas de las principales figuras que comandaron un gran barco y que uno reflexiona sobre la operación involucrada que recibe este tipo de conceptos fuertes como el MAXXI de Roma - en la que el poder de la organización es tan claro - o el Bergisel en Innsbruck, donde la dinámica es por fin capturada- o el Centro Acuático para los Juegos Olímpicos de Londres, donde las líneas de los trampolines eran tan fluidas como el movimiento de los buceadores - todas estas hechas realidad. Y ella lo ha hecho una y otra vez en Viena, Marsella, Beijing y Guangzhou. Nunca ha sido tan prolífica, tan consistente.

Nos damos cuenta de que Kenzo Tange y Frank Lloyd Wright no podrían haber dibujado cada línea o verificado cada articulación, sin embargo, Zaha comparte con ellos el rol de ser una influencia imponente, distintiva e implacable sobre a todos a su alrededor, y que establece los resultados por fuera de la norma. Tal confianza en sí mismo es fácilmente aceptado por cineastas y entrenadores de fútbol, pero hace que algunos arquitectos se sientan incómodos, tal vez estén celosos secretamente por su indiscutible talento. Seamos realistas, podríamos haber dado la medalla a un personaje digno y cómodo. Nosotros no los hicimos, hemos premiado a Zaha: más grande que la vida, audaz como el bronce y desde luego el caso.

Nuestra heroína.

Cuán afortunados somos de tenerla a ella en Londres".

Recordando su legado, te invitamos a conocer en detalle algunas de sus principales obras: