- Área: 210 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Jesus Granada
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Proveedores: Lopez Soto, elZinc
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Casa del Acantilado tiene dos elementos complejos que han sido económicamente viables gracias a la técnica: la cubierta, que utiliza un sistema estructural novedoso aportado por el ingeniero Manuel Rojas, y que ha sido realizada con un sistema de encofrado artesanal muy eficiente de mallas metálicas deformables, que se ha fabricado a un coste muy inferior con respecto a las opciones que se emplean habitualmente en construcción (encofrado de madera o estructura de acero), y la cubierta de escamas de zinc, que han sido fabricadas artesanalmente a partir de material en bobinas suministradas por ASLA y colocadas sobre rastreles, reduciendo el coste en comparación con los sistemas prefabricados que ofrece la industria de
cubiertas y los instaladores.
Así mismo, la fabricación de los muebles es completamente artesanal a partir de modelos digitales.
Un edificio bello no tiene por qué ser un edificio caro
Los industriales de la construcción y grandes promotores que han ido produciendo edificios de muy baja calidad y poco valor añadido han creado una cultura arquitectónica de baja exigencia y resignación por parte del usuario, instalando la idea de que la arquitectura que nos rodea es una consecuencia inevitable del control de costes y de la profesionalización de la construcción. Esta casa demuestra que otra construcción es posible, y que el promotor y el usuario tienen la posibilidad de obtener un mejor producto.
Es una cuestión de ilusión, trabajo y compromiso entre el promotor y el arquitecto conseguirlo junto al resto de los profesionales que han participado en la obra, quienes consideraron que el reto valía la pena y no han dudado en hacer un esfuerzo extra y participar creativamente en la definición y ejecución de los trabajos.
Recuperar la artesanía y el trabajo profesional
Es común considerar que la mano de obra y el trabajo artesano en edificación es algo a evitar porque aumenta los costes y es ineficiente. La industria de la construcción nos dice que es mejor trabajar con productos y procesos industrializados. ¡Pero esto es un error! Hay buenos profesionales de la construcción, albañiles, carpinteros, herreros,..., y de otras disciplinas cercanas, como la construcción naval, la aeronáutica, la mecánica y las artes escénicas, que pueden prestarnos un servicio excelente y a precios similares e incluso mejores que los que ofrece la industria.
La Casa del Acantilado ha querido devolverle a la mano de obra la dignidad perdida, mediante un proyecto ambicioso que suponía un reto profesional para todos, comprometiéndonos con la cultura de la calidad y la excelencia, y ofreciendo más oportunidades de trabajo a la contra de la industria de la construcción, que tiende a automatizar procesos.
La vivienda como un teatro doméstico
La vivienda se desarrolla en dos plantas, un gran salón aterrazado, siguiendo la ladera de la montaña, unido a una terraza en voladizo con piscina, y una segunda planta con las habitaciones que tienen miradores volados. La vivienda está enterrada en la pronunciada ladera y aprovecha una temperatura constante de 20 grados del subsuelo durante todo el año. Está cubierta por una lámina curva de hormigón armado sin apoyos intermedios que juega con la geometría del terreno y, que gracias a las escamas de zinc que la cubren, producen una calculada ambigüedad entre lo natural y artificial, entre la piel de un dragón contorsionándose, que desde arriba parece reproducir el color y la espuma del oleaje del mar, y desde abajo parece continuar la ladera natural, aunque con una materialidad contrastante. Esta cubierta permite la creación de un gran teatro doméstico, una planta baja diáfana de 150 m2 que puede llegar a funcionar como un auditorio para 70 personas, acoger grandes fiestas o simultanear las actividades de varios grupos de personas (tomar el sol en la terraza, comida junto al fuego, hacer una barbacoa, cocinar, hacer una siesta y ver un partido).
Un cueva gaudiniana contemporánea: enfoque ambiental
En cuanto a rendimiento energético, la casa se inserta en el suelo y hemos utilizado para nuestro beneficio la temperatura constante de la tierra, 19,5 º C durante todo el año. Entre el interior y las paredes de retención hay una cavidad de aire 40 cms que se utiliza para regular la cantidad de aire a 19,5ºC que entra en la casa, ¿cuánto va a la pre- refrigeración o de pre- calentamiento al sistema HVAC, y la cantidad tiene que ser ventilada a fin de controlar los niveles de humedad. La cámara de aire se controla de forma inteligente y Sensorizada con utilización manual cuando sea necesario. Otra característica importante es que el techo es una placa de hormigón de doble curva, cada curva de hormigón tiene de 7 cms y tiene 40 cms de aislamiento en el medio que sirvió como el encofrado para el hormigón de la cubierta superior. Este es un método de construcción barata, que permite una magnífica mezcla de aislamiento e inercia térmica. En consecuencia de estas dos características, la casa no utiliza ningún tipo de calefacción o enfriamiento durante el año.
La planta de hormigón que entregó al sitio se encuentra a menos de 10 kilómetros de distancia y supone una gran reducción de las emisiones de carbono.
La casa en el contexto de la arquitectura en España
La industria de la construcción y los grandes desarrolladores que han estado produciendo edificios de mala calidad y poco valor añadido en las últimas dos décadas en España han creado una cultura de baja demanda y negación, la instalación en la sociedad de la idea que la mala arquitectura que nos rodea es una consecuencia necesaria de nuestra era. Esta casa muestra que otra construcción es posible y que el desarrollador y el usuario tienen la posibilidad de obtener un mejor producto a un precio asequible. Es una cuestión de ilusión , el talento y el compromiso con una idea entre todas las partes.