- Área: 279 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Luis Diaz Diaz
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo se centraba en la rehabilitación de un antiguo secadero que formaba parte de una curtiduría, situada en los terrenos del actual parque de Belvís. Se trataba de resolver un equipamiento cultural con un programa muy abierto; la intervención buscaba poner en valor una edificación catalogada disponiendo de espacios multifuncionales para exposiciones, reuniones, salas de conciertos, proyecciones, etc. Asimismo los aseos debían servir al parque.
La intervención en el parque de Belvís había incorporado los vestigios de diversas edificaciones y de los muros que delimitaban huertos, caminos, regatos, etc. como elementos estructuradores del mismo. En los planos históricos se comprueba que originalmente la edificación y la parcela situada al norte de ésta formaban una unidad “aislada” y que la cota del terreno en esta fachada (norte) mantenía la cara exterior del muro en planta baja al descubierto.
Del edificio original quedaban los muros de mampostería protegidos por una cubierta provisional, a un agua, de placas de fibrocemento ondulado. Se había modificado el terreno adyacente a la fachada norte con objeto de resolver las circulaciones necesarias. El cierre de mampostería que continuaba la fachada sur había sido derruido parcialmente y también el remate de la fachada norte; ambos habían sido estabilizados y coronados con mampostería granítica. En el límite oeste había desaparecido el cerramiento original, y en su lugar habían construido un tabique de fábrica de ladrillo. Los grandes huecos de la fachada norte, característicos de este tipo de edificaciones por estrategias de ventilación, también estaban tapiados.
La propuesta recupera el volumen de la cubierta original, a dos aguas, apoyándose en las trazas que marcaban las lajas que resolvían el encuentro de la misma con el muro testero. No se llega a reconstruir el volumen completo, enfatizando así el carácter de pieza inacabada abierta al parque. Para las cotas de piso se adoptan como válidas las que marcan los accesos originales y las huellas de apoyo de la estructura de piso.
Se recupera, en parte, la topografía original en la fachada norte con objeto de facilitar, ahora, la accesibilidad y la habitabilidad del edificio. Los huecos tapiados de esta fachada son ocupados, en el nuevo proyecto, por unas cajas de madera que se proyectan hacia el exterior. A éstas se accede desde una plataforma que se instala como un mirador dentro del parque. Esta disposición permite una permeabilidad que establece una relación directa del edificio con el exterior y sugiere diversas posibilidades de uso.
En el límite oeste se desecha la opción de reconstruir o completar la fábrica granítica. Un cerramiento de madera y vidrio acoge la escalera, un gran hueco acristalado en planta alta y el acceso de planta baja. Estos elementos se organizan en distintos planos manteniendo la sensación de construcción inacabada y enfatizando su permeabilidad y direccionalidad.
En el interior, los distintos tipos de madera, junto con los paneles absorbentes de los techos y los de virutas orientadas de las cajas se presentan bajo un orden que responde a sus dimensiones y al carácter seriado de la edificación.
La disposición de la escalera en la planta, cerrada a la altura del primer tramo, y la solución del forjado intermedio que resuelve el aislamiento térmico y acústico, facilitan la posibilidad de un funcionamiento independiente de ambas plantas.
Toda la estructura horizontal se soluciona con piezas de madera apoyadas sobre los muros existentes que, en la fachada norte, se arriostran mediante elementos metálicos. Tanto en el piso como en cubierta se busca que un solo orden estructural modulado resuelva toda la superficie. Para la cubierta se ha optado por una estructura a par-hilera que descansa sobre estribos de madera atirantados con elementos metálicos. Para el piso se ha proyectado una estructura mixta de madera y hormigón, de forma que conseguimos una rigidez suficiente teniendo en cuenta que la sobrecarga se corresponde con un edificio de pública concurrencia. Asimismo, en ambos casos, se ha optado por colocar una placa de virutas de madera y mortero enrasada con la cara inferior de las escuadrías aislando con lana de roca en el espacio entre este cielo-raso y el tablero de la cara superior. Con esta solución, además de resolver el aislamiento térmico y acústico, resolvemos los niveles de protección exigidos frente al fuego.