Cuando un objeto arquitectónico toma lugar, invariablemente el medio que lo alberga se ve alterado. Parte de las responsabilidades del arquitecto es hacer de esta modificación la mejor posible, logrando una conciliación entre la obra y el medio a través de la arquitectura; si pensamos ahora en la construcción dentro de reservas naturales, la dificultad es aún mayor.
El despacho Escala Arquitectura en conjunto con el estudio de diseño gráfico Taller Ciruela, toman este reto como base de sus intervenciones en la Reserva Natural de Punta Mazo en Baja California, México. A través de la arquitectura, el colectivo apuesta por la conservación, el reconocimiento, y el diálogo entre naturaleza y objeto como parte de su labor.
Para conocer las intervenciones sigue leyendo después del salto.
Descripción de los arquitectos.
La Bahía de San Quintín está situada en la costa del Pacifico de Baja California, México. Formada por volcanes inactivos, es uno de los humedales más importantes y contiene una gran variedad de hábitats que incluye dunas, arroyos, marismas, ecosistemas tierra adentro y una bahía muy productiva. Como medida de conservación, Escala Arquitectura y el estudio de diseño gráfico Taller Ciruela construyó dos estaciones interpretativas en puntos estratégicos donde se puede disfrutar del espectacular paisaje y además encontrar información sobre la importancia y el cuidado de estos dos importantes puntos dentro de la Bahía: la barra arenosa de La Reserva Natural de Punta Mazo y el acceso a la misma en la comunidad de La Chorera.
En el diseño de estas dos estaciones donde la arquitectura y el diseño gráfico se complementan, se buscó un equilibrio entre un diseño llamativo y al mismo tiempo una estructura minimalista para producir el menor impacto visual y que el paisaje siguiera siendo el protagonista principal.
La playa de Cabo San Quintín en Punta Mazo, donde se ubica la estación ‘La Ola’, es uno de los puntos importantes para los turistas del surf en la península de Baja California. El mirador se convierte en una escultura o hito que el verla el visitante reconoce que ha llegado al sitio. Con la construcción de esta estación se brinda un espacio de confort donde se puede descansar bajo el juego de sombras que proyecta su estructura. El concepto nace de una ventana o tubo que enmarca dos vistas opuestas no solo en dirección sino también en paisaje, por un lado la playa y por otro el desierto, así al estar dentro de la estructura y fijar la vista hacia la playa podemos leer ‘La Ola’ y al acercarnos leemos información relacionada con la costa, como la marea, el viento, etc. Al fijar la vista en sentido contrario en dirección de la barra arenosa, leemos ‘Punta Mazo’ y al mirar de cerca encontramos información relacionada, como la flora y fauna, etc.
Desde el proceso de diseño se ideo un elemento que pudiera ser prefabricado por lo remoto y carente de servicios del sitio. Esto resultó en una estructura completamente de madera, con uniones metálicas y tornillos para desmontar fácilmente cualquier pieza que fuera vandalizada o que no resistiera las inclemencias del tiempo, como la humedad o el viento. Para coexistir con la naturaleza, la estructura está elevada del terreno, deja pasar el brillo del sol y es posible ver a través de ella, por lo que no fue necesario remover las plantas donde se instaló.
‘La estación del valle volcánico’ por su ubicación sirve como referencia y área de descanso para la comunidad de La Chorera, punto de acceso a Punta Mazo. El área está rodeada de ocho de los volcanes inactivos más altos en la zona. En el diseño de planta radial parten desde el centro líneas imaginarias en dirección de los volcanes formando los vértices de los volúmenes que sirven como bancas, lo que facilito su trazo en la construcción.
La construcción es a base de gaviones rellenos de piedra de diferentes volcanes para conseguir tres tonos distintos: rojo, amarillo y negro, ayudando a que el mirador se mimetice con el paisaje. Se utilizó este sistema constructivo para que la comunidad se apropie del espacio, lo cuide y a la vez adopte el sistema para la construcción de sus propias viviendas que hasta el momento construyen con la misma piedra pero sin técnica alguna.
Se construyeron cuatro bancas: las dos orientadas hacia la vista más espectacular tienen respaldo y una de ellas soporta el letrero de lámina oxidada con la información de lo que se está observando. La estación se ubica en la cima de una pequeña loma y al subir el visitante se topa con el espectacular paisaje, por un lado el humedal y por el otro las olas de la costa del Pacifico, todo esto rodeados por volcanes inactivos. El diseño permite disfrutar del paisaje sin ningún obstáculo visual.
Créditos
Proyecto y construcción: Escala Arquitectura + Taller Ciruela
Paul Cervantes, Belén Olaya, German Parma, Ulises Serrano.
Carpintería y albañilería: Enrique Alfaro, Alfredo Loya, Gabriel Manríquez, Antonio Parma, Chava y la comunidad de La Chorera.
Propietario: Terra Peninsular
Año: 2015
Ubicación: Reserva Natural Punta Mazo, Baja California
