Originalmente publicado en ArquitecturaAhora, la arquitecta Camila Cociña aborda el surgimiento y desarrollo concepto de "informalidad" cuando se trata de ciudades informales, de marcado presencia en el Sur Global. Desde los informes del inglés John Turner surgidos al calor de su experiencia en el Perú de los años setenta hasta las intervenciones a gran escala en el Medellín post-Pablo Escobar y las favelas de Río de Janeiro, Cociña abre la discusión sobre la verdadera capacidad de nuestra disciplina para reconocer y actuar "en sistemas de normas distintas a las institucionalizadas".
La discusión sobre el rol de los arquitectos y planificadores en la ciudad informal no es nueva. Cuando Rem Koolhaas decide dedicar, al tiempo que diseñaba edificios corporativos con tecnología de punta, un trabajo de tintes artísticos y pretensiones sociopolíticas sobre Lagos (Nigeria), presenta —en formato de video con una dosis no menor de intriga para el espectador— un manifiesto respecto a la atención que, incluso un archistar como él, le estaba prestando al Sur Global.
La pregunta que resulta más relevante debiese ser al revés: no se trata de encontrar el espacio para el desarrollo disciplinar y de autoría de obra en ciertas condiciones urbanas, sino de reconocer las necesidades en la ciudad informal que requieren de conocimientos presentes en las capacidades de diseño.
Habría que partir por entender qué es la "informalidad"; desde los años sesenta, junto con los primeros signos de crisis del proyecto moderno, la informalidad ha sido tema central para las ciencias sociales. Sin ánimo de hacer un repaso extensivo de sus múltiples definiciones, y siguiendo la que suele dar el sociólogo Jorge Fiori, se considera asentamientos informales aquellos que se desarrollan con sistemas de normas fuera de las reglas institucionalizadas, y que son además territorios con niveles de productividad muy baja. Lo relevante aquí es que se trata de "sistemas de normas", que si bien están fuera de las leyes institucionalizadas, no por eso son inexistentes.
Ya en los años setenta el arquitecto inglés John Turner, enfrentado a asentamientos informales del Perú, elaboró un extenso trabajo sobre los valores de la autoconstrucción, cuestionando el rol de arquitectos y planificadores en contextos de producción informal de ciudad, con especial foco en la idea de "proceso", en trabajos como “Freedom to build” (1972) y “Housing by people” (1976).
Desde una perspectiva de mercado, el economista peruano Hernando de Soto (2000), ha discutido cómo los activos en la ciudad informal tienen un valor cautivo, siendo necesario incorporar dichos activos al mercado formal para eliminar la pobreza urbana. En contraste, el trabajo de autores como Ananya Roy (2009), desde una perspectiva postcolonial, refiere al trabajo de De Soto como “populismo neoliberal”, haciendo un llamado por entender la informalidad como un "idioma" de urbanización, un sistema de normas con el cual la arquitectura, urbanismo, y finalmente la política, deben interactuar y no negar.
Entendiendo esto último es relevante preguntarse por el rol del diseño en su capacidad de leer y actuar sobre sistemas de normas distintas a las institucionalizadas. Desde la academia y la profesión han existido esfuerzos en esta dirección. Sin ánimo de construir un catálogo exhaustivo, la publicación de “Rethinking the Informal City” (Hernandez et al, 2010) representa un esfuerzo clave en dicha dirección; el trabajo “Spatial Agency” (Awan et al., 2011), si bien no trata directamente con informalidad, plantea un catálogo de obras que han sido capaces de tener agencia sobre sistemas (formales e informales), más allá de su propia materialidad.
En el campo de la profesión, diversas experiencias han comprendido que la manera de interactuar con territorios informales sin recurrir al paradigma moderno de la tabula rasa, es precisamente atendiendo dichos sistemas: ejemplos gubernamentales en Latinoamérica como el de Medellín (Davila, 2013) y más notoriamente por su ambiciosa escala, el programa "Favela Bairro" en Brasil (Fiori et al, 2001), se han tratado justamente de eso. En la misma dirección, el trabajo hecho en Asia desde la sociedad civil por la Asian Coalition of Housing Rights (ACHR) y su colaboración con Community Architects Networks (CAN), ha apuntado a través de procesos de mapeo y diseño participativo, así como la organización de comunidades.
En todos estos casos el diseño se vuelve una pregunta por sistemas y normas, y por la capacidad de gatillar procesos, conectar territorios, y dotar de agencia a espacios y personas. Arquitectos y planificadores han sabido históricamente adaptar su trabajo a sistemas complejísimos, incluidas tiranías y revoluciones; aprender a trabajar con los sistemas no-formalizados en los que habitan millones de personas se vuelve hoy imperativo para disminuir desigualdades e injusticias, colaborando con el conocimiento propio de las disciplinas de diseño en la construcción de una mayor justicia social y espacial.
Referencias
Awan, N., Schneider, T., Till, J. (2011) Spatial Agency: Others way of doing Architecture. London: Routledge
Dávila, J. (Ed.) (2013). Urban Mobility and poverty. Lessons from Medellín and Soacha, Colombia. London: Development Planning Unit.
De Soto, H. (2000). The mystery of capital: Why Capitalism Triumphs in the West and Fails Everywhere Else.New York: Basic Books.
Fiori, J., Riley, E., & Ramírez, R. (2001). “Physical Upgrading and Social Integration in Rio de Janeiro: the Case of Favela Bairro”, DISP 147, N.4, Zurich, 48-60.
Hernández, F., Kellet, P. & Allen, L.K. (Eds.) (2010). Rethinking the Informal City. Critical Perspectives from Latin America, Berghahn Books.
Roy, A. (2009). Why India Cannot Plan Its Cities: Informality, Insurgence and the Idiom of Urbanization. Planning Theory, 8(1), 76–87.
Turner, J. & Fichter, R. (1972). Freedom to Build: Dweller Control of the Housing Process. New York: The Macmillan Company.
Turner, J. (1976). Housing by people: towards autonomy in building environments. London: Marion Boyars.