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Arquitectos: taller 9s arquitectes
- Área: 1059 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Adrià Goula
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Rehabilitación integral de dos curtidurías en el barrio del Rec, una área industrial situada al sur de Igualada, formado por antiguas fábricas de curtidos de piel, edificios de arquitectura modesta, sin un destacado valor patrimonial, pero de una gran importancia para la ciudad desde el punto de vista de memoria histórica.
El proyecto se emmarca en una operación estratégica de ciudad que busca aprovechar sus activos patrimoniales, siendo el proyecto el primer paso en su recuperación. El objetivo de la actuación es crear un espacio de difusión del curtido en el siglo XXI.
La rehabilitación de las curtidurías no se plantea como la simple recuperación de un edificio aislado, desvinculado de su entorno, sino que desde un punto de vista funcional, completa el Museo de la Piel contiguo y dota la ciudad de un futuro polo de atractividad.
Se proyecta un edificio-puerta, que tanto desde su permeabilidad física como a partir de la disposición del programa, genere un recorrido museográfico que haga participar al propio espacio urbano. A su vez, éste se abre al Rec para que el nuevo equipamiento ejerza de motor en la recuperación de la acequia como eje vertebrador del recuperado barrio.
El proyecto apuesta por vestir el edificio por fuera, para conservar en su interior los elementos constructivos preexistentes y el conjunto de paramentos tal y como se encontraron. Se devuelve a las fachadas su estado original: se recuperan las dimensiones y ritmo de huecos, y se colocan nuevas carpinterías y celosías de madera. Se apuesta por un doble cromatismo, con los colores del barrio (ocre y mangra) que explicita los dos edificios.
Por dentro se respetan las soluciones constructivas preexistentes, los refuerzos y las heridas en los muros… La historia de un edificio fabril se expresa en el interior, y en este sentido, la intervención preserva esta memoria evitando emascarar, rascar, pulir… La actuación sobre la estructura existente se plantea de mínimos, aprovechando al máximo todos los elementos, reforzándolos, si era necesario, con soluciones simples y económicas. Con este objetivo se estudia en detalle el funcionamiento de todos los elementos para buscar la solución más óptima para cada uno. Los nuevos refuerzos se expresan como una fase más de la transformación funcional del edificio, mientras que los refuerzos preexistentes no se esconden ni disfrazan.
Se respeta la configuración espacial de las naves y se evita partir o fusionar espacios, desconfigurar la estructura muraria y modificar la pendiente de los forjados propia de las curtidurías. Para la colocación de los espacios servidores del nuevo programa se diseñan un conjunto de ‘cajas’ que se insertan en la estructura actual, sin tocarla ni fagocitarla. Estas cajas de madera, prefabricadas, montadas en seco, de fácil desmontaje y reciclabilidad, reproducen el sistema constructivo de los antiguos tendederos que colonizaban el interior del edificio, y permiten resolver los requisitos específicos a nivel de prestaciones de estos espacios.