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Arquitectos: PYO arquitectos
- Área: 414 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Miguel de Guzmán
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Antes de su conversión la casa, la casa estuvo intacta por más de cinco décadas y necesitaba una remodelación completa para ser adaptada a las necesidades contemporáneas. Había dos obras para intervenir: la casa principal y el establo. La casa principal se encontraba en muy mal estado, cubierta de vegetación y se tuvieron que hacer numerosas reparaciones para hacerla habitable. La estructura de piedra y madera del establo estaba significativamente deteriorada por lo que la mayoría de las paredes fueron sustituidas.
Se mantuvo la posición y materialidad de la arquitectura existente aunque dado el estado de ruina de la granja, la fachada principal de la casa fue reconstruida con hormigón blanco y piedra de la zona.
En la casa principal, el revestimiento aislante forma la nueva estructura de soporte de carga, la que refuerza los viejos muros de piedra y proporciona el aislamiento térmico. Las partes de la fachada que antes eran de piedra y ladrillo fueron reemplazadas por una pared monolítica de hormigón con encofrado que reproduce la antigua textura de la madera. Las ventanas se encajan en huecos profundos detrás de grandes persianas de madera que hacen referencia al estilo de puertas del establo.
Situada en una empinada ladera de montaña que domina el valle con orientación sur, la casa principal se aferra a un sitio con una diferencia de 2 metros de altura entre el norte y la fachada sur. En armonía con la pendiente del terreno, la disposición escalonada de los niveles de la planta baja ofrece una secuencia de espacios conectados evitando particiones interiores convencionales. En el interior, las paredes de apoyo fueron sustituidas por pilares metálicos ligeros, abriendo el living con una gran triple altura de toda la extensión del edificio, lo que permite entrar la luz del día. Una generosa escalera de metal da acceso a las diferentes estancias de la casa.
Una mezcla de vigas hormigón y hierro blanco, conviven con la piedra gastada, madera curtida y piedra local. El espacio interior se organiza en torno a cuatro elementos en forma de diamante que corren verticalmente a través de la casa: las cuatro musas, personajes principales en esta casa de vacaciones ya que hacen referencia a las cuatro hijas del cliente. En el primer piso, dos habitaciones están conectadas a través de un espacio de doble altura , con vista sobre el valle, lo que lleva a la terraza esquinada de la pieza principal.
En el establo, los pajares de la planta superior se convirtieron en dormitorios para liberar espacio en la planta baja y dejar un gran salón central que sirve para distintos propósitos.