En la presente colaboración, la arquitecta Amanda Rivera narra la experiencia del equipo de profesionales de la Escuela de Construcción en Tierra ECoT -de la cual es fundadora- tras analizar el estado de las viviendas de adobe afectadas en la localidad de Canela por el reciente terremoto de magnitud 8,4 en Chile. La ausencia de una formación educacional sobre la construcción en tierra "genera reiteración en la ignorancia (de demoler viviendas en buen estado), y por lo tanto, una reiteración en esta irresponsable acción", explica Rivera.
El pasado 16 de septiembre de 2015 se desató en la costa de la región de Coquimbo (Chile) un terremoto de magnitud de 8,4 en la escala sismológica de magnitud de momento. En la comuna de Canela -epicentro del sismo- y en sus alrededores, las edificaciones construidas en tierra representan entre un 80% y un 90% del total, principalmente en adobe.
El adobe es una técnica constructiva que data de por lo menos 11 mil años de antigüedad, y que en Chile representa una gran parte del patrimonio construido. El adobe es un bloque de tierra y agua, que generalmente tiene paja y se le da forma a través de un molde. Es un ladrillo sin cocer, que luego se apareja como una albañilería. De hecho, es una albañilería de tierra cruda, que en Chile tiene particularidades antisísmicas probadas.
Luego del terremoto un equipo de profesionales dedicados a la construcción en tierra de la Escuela de Construcción en Tierra ECoT fuimos a la zona contactados por habitantes de Canela, para dar nuestra visión sobre el estado actual de viviendas de adobe afectadas por el terremoto.
El 26 de septiembre junto a Anne Lemarquis visitamos una decena de casas constatando su buen estado, a pesar que la mayoría contaba con orden de demolición, tal como expresa el ingeniero civil estructural Gerardo Fercovic en una reciente carta:
"En ninguno de los inmuebles de adobe visitados, la situación recomendaba demolición. Muy por el contrario, resultaba evidente que el daño registrado era de baja cuantía, perfectamente reparable y más aún cabiendo la posibilidad de incorporar refuerzos que limitan las deformaciones, aumentan la percepción de seguridad de los habitantes y elevan la vida útil de los inmuebles".
Las órdenes de demolición han sido decisiones tomadas por profesionales dedicados a la construcción: Dirección de Obras Municipales (DOM), Servicio Regional de Vivienda y Urbanismo (SERVIU) o el Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU). Sin embargo, estos profesionales no cuentan con las competencias pertinentes para pronunciarse sobre el estado de las construcciones en tierra, y en particular, sobre el adobe. Debido a esta generaliza falta de información sobre una de las técnicas constructivas más antiguas y tradicionales del país, nuestro patrimonio es hoy casi inexistente. La ausencia de estas materias en los planteles de formación formal, principalmente universidades, genera reiteración en esta ignorancia, y por lo tanto, una reiteración en esta acción irresponsable.
El mismo fin de semana una comitiva del Consejo de Monumentos Nacionales, la DIBAM y la Escuela Taller Fermín Vivaceta realizó una visita oficial a la zona para constatar el estado de las construcciones patrimoniales afectadas por el terremoto, visitando también la comuna de Canela y sus construcciones en adobe. Después de esta visita, la misma Escuela Taller Fermín Vivaceta junto con Consejo de Monumentos Nacionales y el INJUV organizaron los “Trabajos Voluntarios en Canela” entre el 16 y el 18 de octubre en Canela, iniciativa que fue apoyada por la Red Protierra Chile del Colegio de Arquitectos y la Escuela de Construcción en Tierra ECoT.
Al respecto, Fercovic relata en su carta:
“La zona es una mina de oro para quienes reconocemos el valor del material tierra y los sistemas constructivos asociados. Se trata de un sector casi único del país donde existen inmuebles de dos niveles materializados en adobe, algunos de los cuales datan de 140 años, con tipologías tradicionales y que se encuentran en excelente estado. Esto resulta ser un hallazgo significativo, (considerando que Canela) está emplazada próxima al epicentro de un sismo de magnitud 8,4 y profundidad focal 23 km y que pertenece a una región de sismicidad importante”.
Ese fin de semana más de 70 jóvenes voluntarios trabajaron durante tres días en más de diez viviendas de adobe. Junto a ellos asistieron cinco profesionales dedicados a la construcción en tierra, cuatro arquitectos y un ingeniero, que visitaron cerca de 70 viviendas construidas en adobe para evaluar su estado. Todos estos profesionales coincidieron en el favorable estado de las construcciones de adobe de la zona y en la injustificada demolición de viviendas de este material. En la visita se realizaron 3 reuniones con vecinos y autoridades para exponer experiencias anteriores de reconstrucción y formas de reparación.
A pesar de los esfuerzos de la comunidad y de organizaciones de la sociedad civil por luchar por el patrimonio familiar, social y de nuestro país; por luchar por nuestra identidad y por nuestro futuro, no se ve reflejado en las decisiones de las instituciones de nuestro país.
Instituciones como el Ministerio de Vivienda y sus respectivos Servicios Regionales -que han actuado durante los últimos 5 años en el trabajo de recuperación y reconstrucción del patrimonio luego del terremoto del 2010- debieron aprender los mecanismos y dificultades, pero hoy vemos que actúa como si el patrimonio en adobe no existiera, como si no tuviera valor y como si ellos no tuvieran la información para actuar a la altura de las circunstancias.
Hoy, con una nueva norma de reparación para la construcción en adobe, lanzada por el Colegio de Ingenieros el año 2014 (Norma Chilena NCH 3332), estas instituciones actúan como si no hubiese información. Hoy no existe ninguna universidad en nuestro país que enseñe dentro de sus cursos de edificación regular la construcción en tierra o el adobe como un sistema constructivo tradicional o siquiera patrimonial.
Todos tenemos mucha responsabilidad por nuestro patrimonio, por nuestra construcción en tierra, por la construcción en adobe. Edificios de casi 400 años como el convento San Francisco en plena Alameda de Santiago nos lo recuerdan todos los días. Para los que no ven eso están los terremotos que nos azotan y azotarán siempre, para sacudir un poco a las construcciones de los estucos de cemento y recordarnos que este territorio ha sido construido en tierra desde que el hombre lo ha habitado.
Amanda Rivera es Arquitecta. Con experiencia en arquitectura y construcción en tierra, es fundadora y docente de la Escuela de Construcción en Tierra ECoT, co-autor del video educativo “El adobe” como parte de la sociedad de ideas mutuas RIVERA+MUÑOZ. Actualmente desarrolla la formación de postgrado DSA-Terre en CRAterre ENSAG, Francia.
