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Arquitectos: estudio de arquitectura hand ; estudio de arquitectura hand
- Año: 2014
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Fotografías:Adolfo Gosálvez
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Construir en el excepcional centro histórico de Palma de Mallorca supone reconocer la oportunidad, encontrar el apropiado carácter de la ciudad. Las calles allí muestran atributos homogéneos, intemporales, cuidadosamente medidos y preservados. Sus aperturas fluctúan entre vanos que intercambian lo privado y lo público. Conmueven los patios, esos centros aparentemente casuales, siempre generosos, nada inmediatos. Los tonos, pétreos y luminosos. El regalo de las sutiles transparencias que entreveran sus muros.
Nuestra misión era transformar un vetusto edificio de los años cuarenta, apéndice lateral del antiguo convento de San Francisco, en la nueva sede del Archivo del Reino de Mallorca. Respetando el cuerpo de fachada a la calle principal, catalogado por formar parte de la cuidada secuencia de monumentales frentes históricos, se nos permitió demoler todo su volumen interior, rodeado en todo su perímetro de una edificación muy fragmentada. Una acción tan delicada como precisa dada la densa ocupación circundante.
Hacer un archivo es localizar un tesoro. Albergar la historia documental del lugar, la que debe ser resguardada, custodiada, para poder ser consultada, estudiada. Por tanto, en su interior se deben acomodar áreas destinadas al uso público, pero también, de manera atenta, se ha de disponer un cofre cuidadosamente acondicionado, contenedor de los numerosos depósitos documentales.
Así, en consecuencia, la distribución interna viene dada por la lógica secuencia de accesos y recorridos. Desde la calle principal, y adaptando en vertical la crujía histórica de tres niveles, se disponen las áreas de ocupación directa del público y del personal. Los usos culturales y de reunión en la planta baja.
La gran sala de consulta en la primera. Y las áreas dedicadas al trabajo del personal interno en el bajo cubierta. Contigua a la crujía histórica, por su parte interior, se construye un cuerpo anexo, con cinco niveles, que actúa como elemento de distribución y servicio, en él se ordenan los núcleos de comunicaciones, se canalizan las instalaciones y se localizan las dependencias complementarias. De forma paralela, retirado en el fondo de la parcela, se erige el volumen de seis niveles de los depósitos, más denso y estanco, contiguo al acceso rodado de la calle lateral para posibilitar el ingreso de los documentos, la clasificación y el tratamiento en su nivel inferior.
Un volumen cúbico extraordinariamente bien aislado y protegido, que se conecta al edificio de uso público mediante un cuerpo aéreo de pasarelas. Finalmente, formando parte de la concatenación de piezas funcionales, entre el cuerpo de depósitos y la zona abierta al público, en el centro, se libera un espacio exterior, un patio, un silencio. Un lugar amplio y sorprendente que recoge el eco de la forma de la ciudad.
Superados los inconvenientes derivados de las preexistencias, se procedió de manera ordenada a ejecutar la estructura portante, los cerramientos, las instalaciones y los acabados. Se tomaron las decisiones que permitían construir los diferentes ambientes funcionales atendiendo al carácter adecuado y a la naturaleza de los espacios. Tanto la elección de los materiales, los colores, las texturas, como la optimización de los diferentes sistemas de instalaciones, especialmente la iluminación y la climatización, y finalmente la elección cuidadosa de los muebles, procuraron en todo momento modelar las sensaciones, reconducir intencionadamente el recorrido y la experiencia del edificio.
Para poner en valor la arquitectura que aquí se propone debemos entender lo que aporta al conjunto histórico de la ciudad y a la atenta construcción del futuro. Aunque por su carácter interior el edificio no sea visible, en toda su extensión, desde las calles adyacentes, tanto el tratamiento de la fachada principal mediante nuevas carpinterías y envolventes, como la modificación estratégica del punto de acceso, predisponen al usuario ante la actual configuración formal y funcional del nuevo edificio. Una vez en el interior la convivencia de las trazas históricas con las presentes se produce de manera armónica y acompasada, no en vano todo el esfuerzo constructivo de rehabilitación y consolidación no se muestra, no se percibe, queda oculto entre sus paramentos.
Los diferentes espacios quieren ser contemporáneos, pero participan de las claves sensoriales de las mejores edificaciones del entorno. Construimos ambientes donde la inclusión de materiales ligeros, como el vidrio y los panelados de tonos suaves y luminosos, alternan con los cierres que aunque pesados se presentan porosos, formando umbrales entre el interior y el exterior cercanos a las etéreas transparencias que esconde la ciudad. Las salas y dependencias son amplias y plenamente equipadas, formando un conjunto grato y funcional que celebra y facilita el moderno cometido del edificio.
La mejor arquitectura nos enseña que las presencias además de ser significan. Quisiéramos representar con éste edificio la más serena evolución entre lo que fue y lo que puede ser.