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Arquitectos: PPA architectures
- Área: 275 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Philippe Ruault
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situado en un barrio residencial al norte de Toulouse, el proyecto se posa sobre un sitio de 34 x 34 metros, en un callejón sin salida, y entre dos compactos terrenos en una zona suburbana heterogénea y aleatorizada.
El entorno en el que el edificio intenta formar parte, en sí se caracteriza por un marcado contraste entre la expansión desordenada del loteo suburbano y el campo internacional de gold de Toulouse. Ambos elementos, distintos, llevaron a una radical estrategia de aplicación, por un lado, relativa a los límites, la proximidad y vis-à-vis, y el curso por el otro. Dentro de las limitaciones reguladoras de esta situación, se buscó explotar el potencial del sitio lo más posible.
El concepto arquitectónico atípico define este pabellón como un soporte para usos y propósitos múltiples. El edificio pretende ser un lugar de recepción, reunión, trabajo, exposición, creación o alojamiento, mientras que puede ser disfrutado y considerado como un espacio de vida.
El proyecto consta de tres cajas superpuestas y abiertas en una dirección única hacia el paisaje artificial del campo de golf, y ofrece un espacio central más exclusivo. Cada espacio tiene como objetivo disponer de limitaciones técnicas para acoger diversas funciones; específicas y de adaptativas al mismo tiempo. Así, las habitaciones como los dormitorios con baño / oficinas no se identifican fácilmente por sí mismos, sino que son más bien caracterizadas por su ambiente y la coherencia con el proyecto en su conjunto. La gran volumen transparente de la sala de estar/sala de reuniones/sala de reuniones sociales, se abre completamente hacia el patio empedrado y su piscina en un lado, y hacia la terraza con vistas al campo de golf en el otro. El taller es una unidad autónoma, de ahí su tratamiento específico. Resuena, sin embargo con el concepto común, ofreciendo un espacio de usos múltiples. Este gran volumen está iluminado por un gran ventanal con orientación norte, mientras que el revestimiento de policarbonato añade una cierta vitalidad a las paredes. Se extiende hacia afuera como una "plaza exterior" para acoger recepciones o exhibir piezas de arte.
Un edificio sin pretensiones, cuya sobriedad no puede pasar por la austeridad dado sus generosas dimensiones, materiales, texturas, luz y vistas, esta casa todavía revela un alto nivel de exigencia y mucha precisión. Dos cualidades que, sin embargo, no lo convierten en un proyecto rígido, frío o definido. El objetivo de los arquitectos no fue ser minimalista o excesivamente estético, a pesar de que la imagen resultante es ambigua debido a la ausencia de signos y para la evanescencia de funciones. El proyecto muestra una espacialidad fluida marcada por aberturas discretas y rutas de circulación, una escalera oculta y ventanas que parecen desvanecerse para abrazar de mejor manera el paisaje.