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Arquitectos: João Tiago Aguiar Arquitectos
- Área: 280 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Fernando Guerra | FG+SG
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El espacio existente solía ser una pequeña fábrica de productos de iluminación, que fue abandonada, y que daba al interior de una cuadra muy descalificada, en el barrio de Anjos, en Lisboa. El interior estaba compuesto por dos naves, una de ellas tenía dos pisos y la otra un altillo con un techo de doble altura.
La adquisición del espacio por un director de cine y un fotógrafo tenía el supuesto de transformar el sitio en un lugar de creación artística, de exposición y de residencia temporal. La morfología del espacio mostró características ideales para su uso previsto, ya que era un espacio abierto y sin paredes divisorias.
El semisótano como ubicación significó que las únicas aberturas al exterior fuesen las dos grandes puertas de hierro plegables existentes. Sin embargo, en el primer nivel, hay dos ventanas bajas por encima de estas puertas a través de la cual una luz oblicua ingresa. La intervención crea un área de trabajo en la nave izquierda y una zona más privada, de carácter residencial, en la nave derecha.
Cerca de la pared derecha del Loft, se diseñó una nueva escalera de acero que da acceso a la entreplanta, y en su extensión una cocina se abre a todo el espacio.
En la planta baja, además se crearon dos baños, uno para apoyar la sala de estar y otro para apoyar las áreas de garaje / exposiciones. En el garaje, las escaleras existentes se recuperan, aprovechando el espacio por debajo para el almacenamiento.
En la primera planta un estudio de sonido se instala en la zona de trabajo, y un baño completo en el entresuelo. Estos dos nuevos compartimentos, tienen una pared translúcida de vidrio, cada uno, lo que permite el paso de la luz. Una cortina de terciopelo separa el dormitorio del resto de la zona.
En cuanto a los materiales, se tenía la intención de recuperar las propiedades originales del entorno industrial, con las adaptaciones necesarias, a fin de no comprometer la comodidad de la vida. Las paredes existentes de yeso, resultado de diversas intervenciones al que el espacio ha sido sometido a lo largo de los años, se recogieron con el fin de exponer el ladrillo macizo o la piedra que las constituye, y luego fueron luego pintadas.
En el suelo, la chapa fue renovada, halagada y barnizada. Los elementos de hierro, tales como barandillas, escaleras, puertas, tensores (estructura) y la nueva chimenea fueron aprobadas y se recuperaron, pintadas en negro o blanco, recuperando así su importante rol en el espacio.