"Creo que la arquitectura es un deber cívico que se relaciona con la humanidad, un deber social que afecta a la sociedad y un deber ético, ya que la arquitectura puede representar valores relacionados con la forma en que vivimos"
Comenzó su trabajo a los 16 años y hoy celebramos su cumpleaños numero 73. El arquitecto Suizo Mario Botta se ha convertido en un artesano del espacio, diseñando de una enorme variedad de lugares de culto, casas particulares y museos, tal vez sobresaliendo el Museo de Arte Moderno de San Francisco y la Iglesia de San Giovanni Battista en Mogno, Suiza. Su uso de la mampostería tradicional sobre el acero aerodinámico y vidrio de la arquitectura moderna crea, edificios seguros de sí mismos que contrastan el peso de sus materiales y la ligereza de sus diseños.
Estudiando arquitectura en las ciudades italianas de Milán y Venecia, Botta comenzó su carrera profesional trabajando bajo gigantes de la arquitectura como Louis Kahn, Carlo Scarpa y el propio Le Corbusier, cuyos edificios religiosos en Ronchamp, entre otros, influyeron en los objetivos de Botta.
Botta es más conocido por sus museos; atrayendo la atención internacional para el Museo de Arte Moderno de San Francisco en la década de 1990. Los museos se adaptan perfectamente al geométricamente puro, contra-intuitivo estilo ligero de Botta y a su capacidad de aprovechar las tradiciones clásicas profundas que corren a través de la arquitectura occidental - perfeccionadose después de casi 50 años de trabajo continuo que muestra pocos signos de desaceleración, con sus proyectos más recientes, como el Museo de Arte Moderno Bechtler en Charlotte.
Como tal, su reputación como arquitecto de materiales tradicionales es impresionante, algo sólo ayudado por su gran capacidad de reconocer e incorporar estilos vernáculos de la zona en su trabajo, sin dejar de crear un edificio reconocidamente distinto. Ha trabajado en proyectos en todo el mundo, desde Tel Aviv a San Francisco, y más recientemente se ha extendido a Asia.