En Italia, el Ayuntamiento de Bressanone convocó a un concurso de arquitectura para escoger el diseño de la futura escuela local de música, cuyo primer lugar recayó en la propuesta del equipo de los arquitectos Michel Carlana, Luca Mezzalira y Curzio Pentimalli.
Entre las tres menciones honrosas entregadas por los organizadores, la propuesta de Tomas Ghisellini Architects plantea "un sensible cuerpo arquitectónico que absorbe, baraja y reinterpreta algunas de las características más íntimamente ligadas a la imagen colectiva de la ciudad de Bressanone".
Conoce esta propuesta ganadora de una de las menciones honrosas en la competición italiana.
Según los arquitectos: un sensible cuerpo arquitectónico absorbe, baraja y reinterpreta algunas de las características más íntimamente ligadas a la imagen colectiva de la ciudad de Bressanone: la belleza de sus arcos y galerías, la preciosidad y el refinamiento de los detalles urbanos, los perfiles sincopados de las escenas arquitectónicas, el calor provocado por las superficies doradas que cubren a todos los símbolos arquitectónicos y urbanos más importantes de la comunidad.
La nueva escuela de música en Bressanone es un paisaje dentro del paisaje, un tipo de extensión del ambiente a medio camino entre ciudades y montañas. No es un margen insuperable, no es un límite definitivo o un objeto en sí mismo finalizado o auto-referencial, sino un cuerpo penetrable, diáfano y transparente, habitando el espacio urbano y -al mismo tiempo- el extraordinario contexto natural.
La nueva presencia arquitectónica es un cuerpo continuo, pero poroso: balcones, pórticos, patios, terrazas, voladizos y volúmenes suspendidos capturan la luz natural y espectaculares vistas panorámicas, creando espacios para los cuales la calidad del aire está llamado a ser un decisivo valor agregado.
Un delgado sótano de cristal, cubierto con paneles de vidrio en diferentes porcentajes de translucidez, se contacta con el suelo urbano. Esta "almohada" brillante, que multiplica el espacio de la plaza en una atractiva y evanescente doble reflexión, abraza un patio medio abierto donde la piazza en sí misma parece expandirse como una sustancia fluida. Acá, una sorpresiva e inesperada sala a la intemperie -que el visitante reconoce al momento de recorrer los dos niveles- da acceso a la escuela, siendo sin embargo un lugar de representación, reunión, espera, contemplación y descanso.
La base de cristal, la cual incluye en el primer nivel las principales áreas comunes para la banda y los estudiantes en adición a las oficinas administrativas, idealmente se extiende en volúmenes subterráneas. Esos son parcialmente expuestos en el primer nivel del patio donde un segundo espacio -más íntimo- establece una especie de claustro secreto y un intrigante hall al aire libre que puede ser usado en verano . El primer nivel, donde un árbol es plantado como un símbolo de crecimiento y raíces culturales, también servirá como espacio seguro para escapar en caso de emergencia.
Dentro de la base de cristal, un gran "pórtico de luz" dibuja un espacio no convencional de transición entre la nueva plaza, el estacionamiento subterráneo y los espacios comerciales. El sendero no rectilíneo del pórtico lleva a una secuencia de episodios arquitectónicos: los volúmenes de baños públicos, el acceso a la galería comercial climatizada, el balcón con vista al patio del árbol, el pasaje medio abierto al patio del colegio, la conexión (a través de un ascensor) al último piso del parque y el arribo a la piazza caminando a través de una puerta de la ciudad que mide 8 metros de alto.
Como se establece en la almohada de cristal, el cuerpo arquitectónico albergando los espacios educativos de la escuela de música asume una actitud formal y material radicalmente diversa. Una piel de aluminio envuelve un objeto en tres dimensiones con forma de L, ubicado en los bordes norte y oeste del sitio de edificio.
La composición de esta manera prepara una gran iridiscente y misteriosa escena arquitectónica que abre la plaza al perfil de las montañas, dejando a la vista de la gente increíbles vistas panorámicas y construyendo un silencioso diálogo con el cuerpo metal del club de climbing Vertikale.
Detrás de la membrana dorada hecha de espesos elementos verticales -similar a un gigante y fascinante pentagrama musical- reposa un tejido dinámico de aberturas protegidas que el ojo percibe durante el día como una rica trama secundaria de luces y sombras, y durante la noche lo ve como una nube de cambiantes luces y sombras.
La nueva escuela de música, vestida en oro y luz, se convertirá en un ícono para la ciudad. El carácter irresistible, fuerte e inusual del edificio abrirá una nueva era de regeneración para la arquitectura de la ciudad. Bressanone tendrá una preciosa y brillante joya.
Revisa la cobertura total en nuestro sitio de este concurso acá.
Concurso
Scuola di musica di Bressanone competizionePremio
Mención HonrosaArquitectos
Ubicación
BressanoneColaboradores
Lucrezia Alemanno y Andrea AndreottiEstructuras
Mezzadringegneria srlSustentabilidad
Andrea Boz, TBZ by Gunther GantiolerLandscaping
Tomas Ghisellini ArchitectsConsultores
Christian Moser, Lignoalp - Damiani Holz&Ko SpAPresupuesto
5.400.000 €Año Proyecto
2014Fotografías
Cortesia de Tomas Ghisellini Architects