* Texto por Marco Aresta y Giulia Scialpi, de ECOhacer.
Cuando hablamos de morfologías de techos, hablamos del diseño de espacialidades conformadas por geometrías que se materializan en techos.
La forma de los techos es entendida como la presencia unívoca de la instancia de apropiación que se da en el espacio. Así, las formas de los techos trascurren del espacio determinado por geometrías, patrones y proporciones universales presentes en los reinos y dominios de los seres vivos a las cuales llamamos de Geometría Sensible.
Con esto veremos como los techos Hógan y los techos recíprocos son algo más que simple techos; son entidades simbólicas que nos conectan como arquetipos de la humanidad.
El espacio es tenido, a su vez, como contenedor y contenido de los elementos geométricos materializados en los techos. Unas veces son los interiores y otras los exteriores que se expanden por principio de fractalidad, en esa barrera tenue con el infinito macro y micro.
Pero para hablar de espacio tengo que definir primero en qué términos hablo de la relación entre espacio y forma y considerar la Geometría en el espacio no como entidad individual, sino como sistema complejo definido por sus partes, es decir, sistema que integra el espacio y la forma en una relación de equilibrio. Esta relación de equilibrio se da cuando asumimos la forma como contenedor y contenido de un espacio y un contra-espacio, o sea de una espacialidad que circunscribe a la forma y de otra espacialidad que se inscribe en la forma. La forma es tomada como la parte tangible de la Geometría, limitante y limitada del espacio. Las limitaciones no resultan restrictivas y determinantes incuestionables, sino creativas, instancias ostentadas de la apropiación del espacio. La geometría tiene una “dimensión ostentada” correspondiente al extrovertido mundo de las formas y una “dimensión ausente” perteneciente al silencioso mundo del espacio. [3]
Los techos viven exactamente en el borde entre el espacio interior y exterior, son la epidermis de ambos. La forma de los techos delimita así la espacialidad y ostenta su geometría.
GEOMETRIA DE TECHOS
Simetría y fractalidad
Tanto los techos recíprocos como los techos hógan incorporan en si geometrías con leyes de simetría y fractalidad. Como tal, hablar de techos es hablar pragmáticamente de algo que nos protege y cobija y simbólicamente de algo que nos inspira y emociona. Los techos de nuestros proyectos se estructuran mediante procesos geométricos que se encuentran en la Naturaleza compleja, tales como la Simetría y la Fractalidad. Tanto una como la otra están íntimamente relacionadas en procesos de origen y crecimiento de formas en la Naturaleza y su carácter permanente influencia nuestra aplicación en estructuras con carácter físico, imaginativo y simbólico.
Tenemos el ejemplo de la simetría de rotación que aplicamos en el diseño y construcción de los techos recíprocos, del crecimiento gnomónico1 presente en los techos hógan o la fractalidad expresa por el crecimiento geométrico de los techos hógan, etcétera. (fig.1)
La Simetría2 se asume como condición permanente en la Geometría de nuestros techos considerada como arquetipo de belleza y armonía, pero también por su manifestación permanente en la Naturaleza biológica.
De esta forma se reconoce tanto en la geometría de los techos recíprocos como los techos hógan simetrías de rotación y de ampliación/reducción.
Como sinónimo de belleza la Simetría se instaló en distintas culturas con procesos y significados distintos pero aun así unificadores. La Simetría es fundamental en todo el concepto de diseño, no solo a nivel estético como también físico como es el caso del sinónimo de “armonía” usual en Acústica y en la Música; o en las simetrías bilaterales expresadas en los animales y plantas.
A nivel matemático limitaremos el concepto de simetría a lo que se denomina isometrías (del griego isos = igual, y metros = medida). Llamaremos simétrico a aquello que coincide consigo mismo al moverlo sin deformación, o sea, que conserva inalteradas las distancias.
A partir de los “movimientos rígidos de transformación”, tales como la traslación, rotación, reflexión y ampliación/reducción se generan diferentes tipos de simetría. Además tenemos los movimientos combinados como son el de rotación/reducción expreso en los techos hógan. (fig.2)
La rotación fija un punto axial y todos los puntos giran en el mismo ángulo en torno a ese punto y sin cambiar su dimensión en relación a ese centro. Puede también ser un eje, llamado eje de rotación. La simetría rotatoria o axial “es una operación tal que iterada, lleva la configuración a su posición original.” [9] Para evitar ambigüedades, se supone que las rotaciones en sentido contrario al de las agujas del reloj son positivas.
Tanto en los techos recíprocos como en los techos Hógan se asisten movimientos de rotación. En el plano, las figuras más simples que exhiben simetría rotatoria son los polígonos regulares, tal como el cuadrado del techo de la vivienda P&L. (fig.3)
La extensión/reducción es una variación monótona por multiplicación/división o suma/sustracción de un motivo desde un punto singular. Tenemos el ejemplo de circunferencias concéntricas cuyos radios crecen con regularidad y en la progresión geométrica dada por los cuadrados de los techos Hógan.
Una progresión geométrica es una proporción que se obtiene multiplicando cada término por un factor constante llamado “razón”. A partir de un cuadrado con lado y área igual a uno y diagonal igual a raíz de dos podemos generar un cuadrado de lado igual a raíz de dos y área igual a dos que es exactamente el doble del primero. Esta progresión geométrica pone en una relación de causa-efecto el cuadrado y su diagonal y simboliza la conexión entre la unidad y la multiplicidad.
La raíz de 2 tiene un valor numérico que corresponde al número irracional 1,4142…, y su proporción se conoce como razón argentum, que en latín significa “plata”. La raíz de dos es una proporción geométrica que además incorpora la metáfora de la raíz que en la naturaleza es el símbolo de la transformación.
A nivel de los techos Hógan existe la progresión geométrica con “razón” √2 propia de la diagonal del cuadrado. (fig.4). Con lo cual la diagonal del primer cuadrado tiene de lado 1 y de diagonal √2. El lado de la cara del segundo cuadrado es igual a √2 y la diagonal es igual a 2. La proporción entre la diagonal y el lado del cuadrado sigue siendo la misma cualesquiera que sean los cocientes (a/b) de la progresión. El crecimiento de las diagonales del cuadrado puede ser descrito por una sucesión tal como: 1, √2, 2, 2√2, 4… Esto provoca un crecimiento progresivo. La forma, en esta instancia, se constituyó por un movimiento rígido de extensión.
Esta relación de progresión mediante la división por √2 se puede escribir:
Por otro lado, la Fractalidad la encontramos en el crecimiento de la forma y sus movimientos de transformación armónica. El Crecimiento gnomónico es fractal en la medida en que el movimiento simétrico de extensión/reducción verifica la propiedad de auto-semejanza del elemento o figura geométrica contenida dentro de la nueva, como es el ejemplo de los cuadrados que se suceden en el espacio y configuran los techos Hógan. Según D’Arcy Thompson [11] es la forma en que los tejidos más permanentes del cuerpo animal, tales como los huesos, dientes, cuernos se desarrollan con la máxima eficacia. Esta relación fractal puede explotar o implosionar pero queda siempre inalterada y actúa como el fenómeno de división celular de los organismos vivientes.
Como tal la fractalidad la encontramos a partir de los movimientos rígidos que generan distintas simetrías. En relación a la Geometría Euclidiana los procesos de Simetría son aplicados a las formas más simples, como las rectas, los planos o los espacios. Los fenómenos de la Naturaleza de orden física más sencillos se dan también cuando alguna cantidad, como la presión, la temperatura o la velocidad, están homogéneamente distribuidas.
Refiriéndose a la homogeneidad espacial euclidiana, en su libro “La Geometría Fractal de la Naturaleza”, B. Madelbrot [6] dice:
“La distribución homogénea sobre la recta, el plano o el espacio tiene dos propiedades muy interesantes. Es invariante por traslaciones, y es invariante por cambios de escala. Al pasar a los fractales, hay que modificar y/o restringir el alcance de estas invariancias. Por tanto, los mejores fractales son los que presentan el máximo de invariancia.”
En los techos proyectados procuramos que sean invariantes por traslación, así como invariantes en ciertos cambios de escala. Un fractal que sea invariante por la transformación geométrica de semejanza se dice auto-semejante, o sea, son fractales en cuyo elemento en transformación aparece idéntico en diferentes escalas. [9]
¿Y cuál es el conjunto de las transformaciones de semejanza? Son exactamente los “movimientos rígidos” de rotación, reflexión, traslación, extensión/reducción y los movimientos combinados, ya descritos.
Cuando trabajamos con geometrías rigurosas, como los polígonos regulares, hablamos de “fractales deterministas” y con un proceso lógico de transformación como la Simetría Dinámica, las estructuras fractales, decurrentes del proceso de producción de la forma y del espacio, van a ser auto-semejantes exactas.
Veamos los ejemplos de techos y sus tipos de fractalidad y simetría.
TECHO HÓGAN
“Los troncos de árboles que van a formar la estructura de un techo Hógan se colocan horizontalmente en el suelo formando un diseño circular, hexagonal u octogonal, dependiendo de cómo va ya a ser la planta. En los extremos de los troncos se hace una hendidura donde se encajarán los postes superiores, y así sucesivamente, hasta alcanzar la altura deseada. Sobre esta base se comienza a hacer el tejado del hógan, que está hecho también con troncos de árboles que gradualmente convergen hacia el centro, donde se deja la abertura para que salgan los humos del fuego que estará situado en el centro del suelo. (…)“
“Todo el tejado se recubre de una capa de cortezas de árbol sobre la cual se coloca una capa de barro mojado. Otras veces aparecen también hógan con las paredes hechas de troncos colocados de manera vertical. Muchas veces, como hemos mencionado anteriormente, en los lugares donde escasea la madera, aparece otro tipo de hógan con paredes formadas por pequeñas piedras mezcladas con adobe.”[1]
Así describe los tradicionales techos Hógan de la tribu Navajo, María Alonso-Nuñez en su artículo sobre techos Hógan. Desde la antigüedad hasta la actualidad los techos Hógan siguen la tradición en relación a su proceso de construcción y diseño geométrico. Esto se da por la eficiencia a nivel físico en lo que se refiere a cubrir un área sin apoyos en el medio.
En el caso de nuestros techos sirve exactamente para el propósito de cubrir un espacio dejándolo libre de apoyos, pero también por su dimensión estética y espacial que se traduce en intenciones simbólicas como hemos visto en el anterior capítulo.
El techo de la Vivienda T&E cubre un área de 25,5m2, un octógono de radio=3,00m. Esto es posible con un techo Hógan con 5 cuadrados. Con un movimiento rígido de reducción/rotación y una progresión geométrica de extensión se origina una simetría bilateral con 8 ejes de simetría. (fig.5)
Su fractalidad es dada por un crecimiento gnomónico traducido en una progresión geométrica de la diagonal interna del cuadrado, la cual se puede traducir en:
También en el proyecto de la vivienda A&JL se materializa un techo Hógan cuya relación entre los lados y la diagonal interna de los cuadrados obedece a una progresión geométrica determinando en su totalidad un fractal auto-semejante. La simetría presente es una simetría bilateral y una vez más obedece a un movimiento rígido de reducción/rotación. La rotación de cada cuadrado es de π/4 (45º) al mismo tiempo que se da la reducción. Este techo Hógan apoya en un cuadrado que funciona como anillo de compresión. (fig.6)
La morfología ha sido generada por la aplicación de una geometría de simetría rotatoria: polígono regular central (octógono). La octava es el símbolo de la renovación periódica, ya que tiene más divisores que cualquier otro número de la década. Es divisible por 1,2 y 4. En la antigüedad se le asociaba con la justicia ya que podía dividirse sin perder su proporción. En sanscrito o-catasrah significa “doble cuatro” y esto nos indica otra de maneras de definir el octógono regular: por la duplicación y rotación de un cuadrado. Las caras cuadradas de la octava, del cubo y también del rombicuboctaedro expreso en el proyecto están relacionados con el simbolismo de la tétrada, el elemento natural “tierra”, así como la forma manifestada, las fases cristalinas de la materia, la estabilidad física, la fortaleza, la solidez y el momento de la humanidad asociado a la energía motriz.
En el octógono se encuentra la proporción geométrica raíz de 2 en la diagonal interna que equivale también a la diagonal de un cuadrado. Esta es una de las razones por lo cual el número cuatro y el número ocho están asociados con el aspecto de la Gran Diosa Madre (Patxamama, Amalur, Venus, Afrodita, etcétera…), aquella que nutre y da sustento. Este simbolismo se ve representado a nivel de arquitectura religiosa en la estrella de 8 puntas o en la geometría del templo hindú dedicado al dios Shiva, “el transformador”, que tiene una retícula de 8x8.
TECHO RECIPROCO
El sistema estructural recíproco de las llamadas estructuras recíprocas3 confirma una de las leyes físicas presentes en la Naturaleza, cuando sin apoyos verticales o sin sistemas de pórticos, las estructuras se mantienen con la máxima eficiencia. Este tipo de estructuras se manifiesta casi de forma intuitiva cuando un ser humano pretende sujetar una serie de palos coincidentes en uno solo nudo. Esta misma intuición ha servido para que a lo largo de la historia el ser humano, a partir de tecnología simple y de acorde a los materiales disponibles en su entorno, haya podido generar sus refugios en función de las condiciones propias del lugar. Tal vez el ejemplo más conocido de esta forma intuitiva y básica de conformar un techo a partir de elementos individuales constitutivos, son las Tipis, construcciones de plantas ovaladas y geometría cónica, realizadas por tribus indígenas de Norteamérica.
Como hemos visto las estructuras reciprocas nos transportan al imaginario orgánico presente en la Naturaleza biológica. Rescato la palabra orgánico como un sistema complejo originado a partir de patrones simples y compuesto de partes que integran una totalidad, como sirve de ejemplo la trama hexagonal de las alas de una Libélula. Este es el imaginario del cascarón de un animal o de cualquier volumen de un nido que envuelve y protege a quien penetra en su interior.
Además son estructuras “altruistas” en el sentido que dan y reciben en la misma proporción, manteniendo un sistema equilibrado con el esfuerzo parejo activo de todos los elementos que lo constituyen. Todos hacen falta y ningún puede faltar a la totalidad dado que la totalidad se alimenta del elemento individual y viceversa.
Nos referimos a esto porque estos conceptos son la premisa base para el uso de un techo recíproco.
Obviamente que a esto le juntamos el valor agregado que podemos vencer un amplio vano sin ningún apoyo intermedio vertical, tal como pasa con los techos Hógan. Una estructura reciproca se diseña para un espacio abierto sin elementos que se interpongan en el espacio y sin partición del mismo con paredes. A nivel funcional resulta valioso para que se pueda dejar un espacio libre.
Los parámetros que definen la geometría de un techo recíproco y que determinan el proyecto derivan de una serie de ecuaciones de base trigonométrica propuesta por Chilton y Choo (1992). [7] Sin embargo no nos detendremos en la ecuaciones, dado que las tenemos no como ámbito de proyecto sino más de investigación.
En el ámbito proyectual, el método más utilizado por nosotros son las maquetas, tanto virtuales como analógicas.
Los parámetros a tener en cuenta son: Ф corresponde al ángulo entre vigas dimensionado en planta; x é a distancia entre el apoyo en el círculo exterior del techo (el pie de la viga) y el momento donde se apoya en la próxima viga en el centro interior del techo, así como x1 es la distancia en planta desde el pie de la viga al primera apoyo y x2 es la distancia entre apoyos de las vigas; H es la altura que asume el techo recíproco y tiene que ver con el ángulo y la pendiente que hace con el plano horizontal, así como h2 se puede considerar como el espesor de la viga ; re es el radio del círculo exterior; el ri es el radio del círculo interior que corresponde al punto de intersección (apoyos) entre las vigas; n es el número de elementos (vigas) que componen la estructura; y L es la dimensión real del largo de la viga. (fig.8)
Por facilidad proyectual empezamos naturalmente por fijar el radio del círculo exterior (re), dado que determina el área que pensamos cubrir con la estructura recíproca. En seguida determinamos el radio del círculo interior (ri). Prácticamente a par de esta decisión viene la determinación del número de vigas (n) elección que tiene que ver con la índole estética del proyecto pero también con la determinación de la eficiencia estructural. Estas dos últimas opciones proyectuales definen la pendiente del techo y conjuntamente con el número de elementos estructurales (vigas) tenemos todos los datos para poder maquetar el techo recíproco. (fig.9)
A partir de este momento a nivel de proyecto podemos hacer una maqueta virtual en programas como el 3d Studio Max o también hacer una maqueta analógica. Cualquiera de los casos tendrá el objetivo de conseguir dispositivos proyectuales importantes que posteriormente serán determinantes en obra: la altura del techo recíproco (H), el número de vigas (n) y el largo real de cada elemento estructural (L), así como el punto de partida proyectual que son los radios de los dos círculos exterior e interior.
Al inicio del proyecto, en plano y una vez definido el círculo exterior, aplicamos un movimiento de rotación a los elementos estructurales teniendo como punto de rotación el pie de la viga (el punto que coincide con el círculo exterior). Si aplicamos el mismo ángulo de rotación (positivo o negativo) a todos los elementos estructurales podemos, por experimentación, definir el círculo interno.
En algunos casos cuando el espesor de las vigas (h2) es muy grueso y el radio del círculo interior (ri) se aproxima de cero no nos permite cerrar el recíproco. El caso extremo es cuando ri = 0 el recíproco se anula y pasa a ser un techo con apoyo central donde todas las vigas coinciden.
Igualmente el principal punto a tener en cuenta antes de todo es si a nivel geométrico es posible, o sea si no estamos cayendo en una geometría poco simétrica que debilite la estructura o si se puede elaborar la trama tridimensionalmente.
Para su montaje se utiliza un primer puntal que apuntala la primera viga colocada. Luego de cerrado todo el círculo con todos los elementos dispuestos, se saca el puntal y la estructura se ajusta automáticamente trabándose a sí misma. (fig.10)
Por último, el ejemplo del techo recíproco de la vivienda M&M expresa las anteriores consignas a nivel proyectual y geométrico. Este techo incorpora una simetría rotatoria compuesta por 16 elementos en un movimiento de rotación positivo. Cada elemento tiene un movimiento de rotación cuyo ángulo (Ф) = 22º. El radio del círculo interior (ri)=0,60m y el radio del círculo exterior (re)=3,65m. (fig.11)
* Revisa con más detalle el trabajo de Marco Aresta y Giulia Scialpi en el siguiente link.
1 Es el crecimiento de los elementos geométricos que no sufren alteración salvo en su magnitud. A esta característica de crecimiento y al fenómeno matemático los griegos le llamaban gnomon. Herón de Alejandría lo definió así “un gnomon es cualquier figura que añadida a una figura original, produce una figura semejante a la original” [5]. Esta es una de las formas de crecimiento más comunes en la Naturaleza y que vamos a encontrar en distintos techos.
2 “La Palabra simetría proviene del griego sy’mmetros – que significa mensurado, adecuado, proporcionado, de proporción apropiada, de medida conveniente o también en el momento oportuno -, e indica la posición que ocupan las partes de un todo entre sí. La simetría está dada por la relación (bella) de una parte con otra y de las partes con el todo. Su expresión manifiesta se encuentra en la repetición regular de motivos y circunstancias similares o iguales, parecidas o afines. La simetría provee la base natural para un ordenamiento sistemático de la variedad de todas las formas (espaciales, temporales u otras).”(Wolf, Kuhn; 1952) [4]
3 Se llaman Estructuras Recíprocas a una trama tridimensional basada en el mutuo soporte de sus elementos constitutivos conformando así un circuito de fuerzas cerrado. Cada elemento estructural a su vez se apoya y sirve de apoyo al otro. La estabilidad de la estructura depende del equilibrio entre las fuerzas de tracción y compresión para que simultáneamente se anulen en los nudos o puntos de unión de los elementos constitutivos. [8]
BIBLIOGRAFIA
[1] ALONSO-NÚÑEZ, María Pitar; «El hógan: “Es más que mi casa... Es el lugar donde yo rezo”»; Revista Española de Antropología Americana, nº29 – 1999 – 233259; ISSN: 556—6533
[2] ARESTA, Marco; “Arquitectura Biológica – La vivienda como organismo vivo”; Buenos Aires; ed. Diseño; 2014; ISBN: 978-987-3607-26-4
[3] DOBERTI, Roberto; “Espacialidades”; Ediciones Infinito; Buenos Aires 2008; ISBN: 978-987-9393-56-7
[4] KUHN, D.; WOLF, K. L.; “Forma y Simetría – una sistemática de los cuerpos simétricos”; ed. Eudeba; Buenos Aires 2007; ISBN: 978-950-23-1603-1
[5] LAWLOR, Robert; “Geometría Sagrada”; editorial Debate; Madrid 1993; (Tr. María José García Ripoll, Titulo original: “Sacred Geometry”; ed. Thames and Hudson; 1982 London); ISBN: 84-7444-748-8
[6] MANDELBROT, Benoît. “La Geometría Fractal de la Naturaleza”; Metatemas 49, Tusquets editores, traducción de Josep Llosa, Barcelona 1997; ISBN: 978-84-8310-549-8
[7] POPOVIC, Olga; “Reciprocal Frame Architecture”; Larsen Slovenia, ed. Architectural Press y ed. Elsevier; 2008; ISBN: 978-07506-8263-3
[8] RUIZ, Jorge Orlando Ariza; “Estructuras Recíprocas: Bases para su aplicación Arquitectónica”; Bogotá; ed. Universidad Nacional de Colombia – Facultad de Artes, Sede Bogotá, Colección “Punto Aparte”; 2009; ISBN: 978-958-719-210-0
[9] SPINADEL, Vera W. de, PERERA, Jorge G., PERERA, Jorge H.; “Geometría Fractal”; Nueva Libreria S.R.L.; Buenos Aires 2007; ISBN: 978-987-1104-45-1
[10] SPINADEL, Vera W. de.; “From the Golden Mean to Chaos”; ed. Nueva Librería (3ª edición); Buenos Aires; Junio de 2010; ISBN: 978-987-1104-83-3
[11] THOMPSON, D’Arcy; “Sobre el Crecimiento y la Forma”; ed. Akal; Madrid 2003; ISBN: 84-8323-356-8