Este año la Bienal de Arquitectura y Territorio vuelve a la Estación Mapocho, uno de los espacios urbanos interiores más emblemáticos y notables de Santiago, por su ubicación, sus dimensiones y su arquitectura. Una nave de 120 metros de longitud orientada paralela al río Mapocho fue construida a principios del siglo XX para contener lo que llegó a ser la principal estación de trenes de Santiago con destino a Valparaíso y el Norte. Actualmente funciona como centro de eventos, albergando ferias, exposiciones y conciertos, entre otros usos. Su estructura está compuesta por 22 arcos metálicos articulados que constituyen una nave con cubierta de cobre y cielo de entablado de madera, que reemplazó el original cielo vidriado. Está rodeada por construcciones de dos pisos en sus lados sur, oriente y parte del norte. El suelo está organizado en dos niveles; uno superior a nivel de la calle que genera el acceso y una zona alta dentro de la nave que se extiende a través de corredores laterales. El nivel inferior esta 2.2 metros más abajo y corresponde al antiguo nivel de andenes y hoy configura el espacio mayor de exhibición. Al ingresar a la nave desde el acceso principal, la bóveda que se produce por la superposición de arcos se refleja sobre el suelo, destacando la luz que ingresa desde el fondo de la nave. Se ven las figuras a contraluz y la profundidad de la nave aparece en su dimensión total.
Montaje:
La bienal tiene como objetivo por una parte, presentar obras de arquitectura, y por otra, ser un espacio de encuentro y discusión sobre la disciplina y relación con la sociedad. Para dar lugar a estas dos instancias el montaje se plantea como una instalación que permita fragmentar el espacio de la nave de la Estación Mapocho en una secuencia continua de espacios contenidos y recorridos cruzados que permitan la intimidad para ver los proyectos y que produzcan distintos espacios de encuentro.
Por otra parte la instalación de exposiciones en la estación requiere agregar elementos de soporte, iluminación y mobiliario. Por su naturaleza, estos elementos quedan en una escala insignificante con respecto al espacio que las contiene. El montaje se plantea entonces en respuesta a dos ideas; una es destacar la dimensión total de la nave como espacio interior urbano y otra densificar la nave con elementos que permitan exhibir en espacios intersticiales, filtrando vistas, luces y sonidos para construir instancias de encuentro. La configuración no se materializa a partir de grandes elementos, sino articulando una masa crítica de partes que tienen una configuración individual y que al mismo tiempo su sumatoria configura un total coherente.
La muestra se organiza a partir de 204 módulos de cartón colgados desde 17 arcos de la nave. Las alturas de los módulos reproducen la figura del reflejo de la bóveda sobre el suelo, destacando la espacialidad de la estación. Los módulos tienen forma de rombo en planta y permiten crear tanto corredores de exposición con distintos grados de permeabilidad, como definir lámparas colgantes sobre corredores y mesas de exhibición. La circulación se organiza a través de un recorrido central que nace en el acceso principal desde la calle y atraviesa la nave zigzagueando entre las distintas áreas temáticas, desde el cual se desprenden recorridos transversales siguiendo la configuración de los arcos.
A partir del cambio de nivel de suelo los módulos colgantes varían la altura de su base, definiendo espacios intersticiales de distintas dimensiones, configurado en tres situaciones principales: corredores de exhibición; espacio reunión y exhibición de obras destacadas; y espacio de universidades contenidas en cubos de 3 metros de lado. En el extremo poniente los módulos aumentan su altura para actuar como pantallas que filtran el sol poniente en las tardes.
Arquitectos
Ubicación
Independencia, santiagoArquitecto a cargo
Arturo LyonCliente
Bienal de Arquitectura de Chile 2012Año Proyecto
2012Fotografías
Cortesía de Arturo Lyon