En la actualidad, el desarrollo de cubiertas verdes, tanto en muros como techos, es un componente importante en el desarrollo urbano sostenible, y el paisaje de nuestras ciudades ha cambiado de forma sustancial, dejando en segundo plano las cubiertas con acabado de gravas.
Tal es el caso de Santiago, donde cada vez es más usual este tipo de construcción sustentable, sin embargo aunque aporte a la estética del edificio o al valor arquitectónico, al parecer no se estaría adaptando en la ciudad. Fue así como lo determina una investigación (que se encuentra en la etapa final del proyecto) realizada por los académicos de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica (UC), donde prontamente se revelarán las primeras soluciones integrales para el desarrollo de cubiertas vegetales.
Qué factores podrían insidir en esta problemática y cuáles son los beneficios de las cubiertas verdes y jardines verticales a continuación.
La Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica (UC) se encuentra en la etapa final de un proyecto de investigación que revelará las primeras soluciones integrales para el desarrollo de cubiertas vegetales, tanto en muros como techos, de forma sustentable en los edificios de Santiago, a través de la primera iniciativa latinoamericana de este tipo, el Laboratorio de Infraestructura Vegetal de Edificios (LIVE).
"No hay nuevos grandes parques y esta es una de las alternativas", comenta Sergio Vera, ingeniero que lidera la investigación en el Departamento Ingeniería y Gestión de la Construcción UC.
¿Cuál es el problema que hay detrás de todo esto?.
Las condiciones climáticas de Santiago registradas en el último año, períodos prolongados de altas temperaturas, radiación solar y escasas precipitaciones, estaría complicando el desarrollo de muros y techos con plantas, y al parecer, el estilo de construcción sustentable no se estaría adaptando a la ciudad.
Los muros y techos vegetales en las construcciones de la capital utilizan casi en su totalidad (98%) especies foráneas que no se adaptan, y por tanto dificultan su desempeño y adaptación a las condiciones de la zona. Se hace visible la necesidad de cuantificar estos beneficios en climas semiáridos como los de la zona Central de Chile, para lo que es necesario un enfoque interdisciplinario.
"La selección vegetal es crucial. Lo mismo del sustrato para mantener las plantas y los sistemas de drenaje. No es algo de jardinería", recalca Vera, quien además recomienda el "uso de vegetación nativa capaz de sobrevivir al clima de la zona, tales como la planta "sedum" que se adapta a la sequía, debido a la capacidad de almacenar agua en sus hojas carnosas, y las "gramíneas", que presentan una gran amplitud ecológica, ya que se encuentran en las ciudades y el campo".
¿Cuáles son sus beneficios?.
El uso de cubiertas verdes y jardines verticales no solo recae en el valor arquitectónico, sino en las ventajas que ésta provee. En cuanto a sus beneficios económicos y constructivos, se encuentra la protección de la impermeabilización o de protección térmica donde la capa de vegetación amortigua el estrés de temperatura durante el verano y el invierno y las diferencias de temperatura entre el día y la noche, además de una protección frente a acciones físicas, como granizo, viento, e incluso vandalismo.
También aporta con aislamiento acústico - reduciendo la reflexión del sonido y mejorando la calidad de vida de las personas que viven cerca de aeropuertos, zonas de ocio ruidosas o parques industriales, y con el aislamiento térmico provocando la reducción del uso de energía para calentar o para refrigerar los edificios, y evitando el calentamiento excesivo durante el verano, y las pérdidas de calor durante el invierno.
Con respecto a sus beneficios económicos y de mejora urbana, está la reducción del efecto isla calor a través del proceso de la transpiración y de humidificar el aire seco, mejorando el clima y el ambiente urbano. Además existe la retención de aguas pluviales, donde los techos verdes son un instrumento muy importantes en la prevención de inundaciones locales, reduciendo el estrés en el sistema de alcantarillado durante el año y en los períodos de precipitación máximo, dando como resultado un menor dimensionamiento de las redes de alcantarillado y en consecuencia menores costes de construcción y mantenimiento de éstas.
A su vez se encuentra la reducción de los niveles de contaminación, ya que la vegetación es capaz de mejorar la calidad del aire. Según la Asociación Española de Cubiertas Verdes "un metro cuadrado de cubierta verde puede filtrar 0,2 kg de polvo en aerosol y partículas de smog por año".
Otros puntos a destacar son la creación de nuevos hábitat para la fauna, generando oasis en medio de los estériles centros de la ciudad, y la mejora del paisaje urbano como solución a la alta densidad de edificación de la mayoría de las ciudades.