Esta es una interesante experiencia desarrollada por un equipo de estudiantes de la Universidad de Virginia, quienes viajaron hasta la frontera tibetana de Langmusi para diseñar y construir un centro comunitario en base a madera, piedra, tierra y botellas de vidrio reutilizadas.
Revisa cómo el equipo levantó paso a paso sus "muros de luz", después del salto.
Descripcion por el equipo. En asociación con la Universidad de Virginia, seis estudiantes se dispusieron a construir un centro comunitario en Lhamo, una ciudad en la frontera tibetana de las provincias de Sichuan y Gansu, en China (también conocida como Langmusi). Este centro aprovecha y recoge las botellas de colores que son botadas en los arroyos contaminados cercanos, utilizando al mismo tiempo las técnicas y estilos tradicionales de construcción.
Establecido para crear un espacio que despierte la conversación acerca de la basura, la planificación ambiental y los esfuerzos unificados entre los nómades, el centro tiene como objetivo evitar la desertificación de las praderas tibetanas y reducir la prevalencia de la basura en los arroyos locales. La nueva estructura se yuxtapone a una biblioteca que ofrecerá libros basados en el medio ambiente, potenciando los esfuerzos del centro.
El centro eco-comunitario será un lugar para que los nómades y los locales afronten y aprendan sobre la desertificación de la zona. Esta área vulnerable tiene los pantanos más altos del mundo y cuatro reservas naturales con un tercio de las aves y las dos quintas partes de los mamíferos que figuran en las listas internacionales o nacionales de especies protegidas.
Las alguna vez exuberantes y verdes praderas se han transformado en desiertos con superficies pedregosas. Como los nómades son los principales habitantes de la zona, es importante que se escuchen sus voces, mientras se busca una solución para revertir la desertificación de los pastizales. Debido a que Lhamo sirve como punto de encuentro para comprar y vender bienes, es un lugar ideal para que esta colaboración se produzca.
En julio de 2014, los estudiantes se unieron a los miembros de la comunidad, entre ellos Palzang, un líder comunitario y ex-nómade que aboga por la preservación y la salud de las praderas tibetanas a través de la ONG estadounidense, Winrock International. Su sueño es ver un centro "que actúe como un lugar de educación para los locales, nómades y turistas que frecuentan este impresionante y colorido lugar". El diseño de la estructura y los materiales, propuestos por los estudiantes, se incorpora a la experiencia de un arquitecto local, un carpintero y algunos defensores del medio ambiente, con el fin de ajustarse a su contexto. Durante la construcción de la estructura, la comunidad se unió a los estudiantes en la recolección de botellas y otros materiales y también en el proceso mismo de construcción.
El objetivo principal de la estructura de botellas era mostrar la arquitectura tradicional tibetana, un arte que se ha desvanecido en los últimos años en manos de las estructuras modernas de metal y cemento. La madera, la piedra y la tierra son tres componentes clave de la arquitectura tibetana, por lo tanto, la estructura incluye una base de piedra y tierra + marcos de madera reutilizada.
La estructura también cuenta con un diseño tradicional tibetano. Las ventanas y los armarios interiores son piezas recuperadas, mostrando el patrón tibetano único. Botellas pop-out son dispuestas sobre las ventanas y justo debajo del techo, un diseño normalmente creado con pequeñas vigas de madera. En el futuro, un patrón triangular será pintado alrededor de la ventana y las puertas. Además, el techo utiliza la práctica común de las tejas de madera lastrada por cantos rodados de piedra.
Proceso constructivo
Antes de su colocación, todas las botellas fueron lavadas para eliminar las etiquetas y la suciedad. Se realizó una mezcla de mortero en base a estiércol de yak, paja y tierra, guiada por las mujeres tibetanas de edad avanzada dentro de la comunidad. Cuando todo estaba listo, los estudiantes y voluntarios apilaron las botellas, poniendo capas de mortero en su parte superior, para luego repetir el proceso.
El mayor cuidado se puso en la alineación constante de las botellas, asegurando que quedaran siempre al ras de la pared frontal. A continuación, para mantenerlas rectas, se amarraron a través de alambre entrecruzado en sus cuellos. Cuando la cara del muro estuvo lo suficientemente seca para no poder remover las botellas a la fuerza, el equipo limpió las botellas de la pared frontal, rellenando las grietas con mortero y alisándola con fines estéticos.
Cuando la estructura estuvo totalmente completa, el equipo llevó a cabo su primer evento: un grupo de trabajadores de la ONG, en visita, discutió con los estudiantes los desafíos de la prevención del VIH-SIDA en la región tibetana.
* El grupo multidisciplinario incluyó a Christina Leas, estudiante de Antropología y Desarrollo Global, Maddy Brehaut, estudiante de Ingeniería Civil y Ambiental, Katie Gronsky, estudiante de Urbanismo y Medio Ambiente, Qijin Wu, estudiante de Estudios Ambientales, Yuwei Wang, estudiante de Medicina China y Yutong Li, estudiante de Estudios Religiosos. El equipo también ha reclutado con éxito a docenas de voluntarios, incluyendo a lugareños y estudiantes de China y los Estados Unidos. El proyecto no podría haberse completado sin el increíble apoyo de la comunidad local y el mayor defensor del proyecto, Palzang.
Equipo de Proyecto: Christina Leas, Katie Gronsky, Maddy Brehaut, Qijin Wu, Yuwei Wang, Yutong Li
Voluntarios: Tongxu Cai, Boning Luo, Yuwei Wang, Liu Hongzhi, Jiayin Zhao, Michelle Lin, Haotian Li, Christina Dou