"Me siento un inadaptado en mi propio tiempo", dice Rem Koolhaas, estableciendo el tono de su discurso. Instalado en el edificio, pronto a ser renovado, de la Galería Lafayette en París, Koolhaas se expone intelectualmente, a través del curso de su conferencia. Como fundador de OMA, con sede en Rotterdam, y proyectos construidos en todo el mundo; la oportunidad de una conversación sincera e informal con Koolhaas, es un momento especial. La discusión ofreció una ojeada al proceso creativo de uno de los principales arquitectos del mundo y curador de la actual Bienal de Arquitectura de Venecia. Koolhaas le confió al público desde el principio, su malestar con la arquitectura actual. "Desde el interior de mi condición presente, me siento profundamente fuera de sintonía con la arquitectura contemporánea", declara, y agrega: "Estoy muy molesto por la creencia contemporánea de que la comodidad es la máxima virtud de la Arquitectura."
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Koolhaas plantea su punto de vista sobre el cruce entre el arte y la arquitectura, analizando la evolución del diseño de los museos. Utilizando el “Turbine Hall” del museo Tate Modern de Herzog & de Meuron como ejemplo, Koolhaas afirma: "Con el fin de llenar espacios como este, los artistas se ven obligados a expresarse de un modo apocalíptico en el que sólo es válido transmitir emociones muy fuertes; esta sala no es un espacio que pueda ser ocupado con delicadeza". La solución de Koolhaas para el problema que genera el diseño de espacios de exposición a una escala desmesurada, se puede encontrar en su reciente propuesta para la renovación de la Galeria Lafayette, un edificio patrimonial de París, en el que es inaceptable cualquier modificación estructural. El diseño propone suelos móviles, instalados en un amplio hall interior enmarcado con una estructura de acero, como única intervención permitida en el edificio protegido. "La belleza de la preservación patrimonial, es que comienza con reconocer que vale la pena conservar la arquitectura diferente a la contemporánea", concluye Koolhaas.
