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Arquitectos: Taller Ezequiel Aguilar Martinez
- Área: 1503 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Jaime Navarro
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Proveedores: Helvex, Interceramic, CEMEX España, Iluminamos , Tecnolite, Ternium Hylsa
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Pedrera es el nombre del edificio que alberga la casa club del desarrollo denominado Cola de Lagarto, ubicado en las afueras de Atlixco, en el estado de Puebla, a unas dos horas de la Ciudad de México. El entorno en el que se desarrolla el proyecto está dentro de la sierra del Tentzo, una zona con vegetación semidesértica, compuesta principalmente por acacias, yucas y pastos salvajes.
El proyecto ocupa intencionalmente una colina dentro del desarrollo, desde donde se pueden apreciar, además de los campos de golf, los imponentes montes que marcan el inicio de la sierra, el valle de Atlixco y los majestuosos volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Este entorno privilegiado define el planteamiento del proyecto, el cual responde con una planta circular que le permite abrirse a estos puntos y, además, concentrar espacios para actividades de la casa club, tales como restaurante, salas de ocio, sanitarios y equipamiento en general.
Conceptualmente, el proyecto se resuelve mediante una serie de pieles concéntricas dispuestas alrededor de un espacio central que constituye el corazón del lugar, donde se ubica un espejo de agua. La piel exterior, el primer elemento de contacto visual y táctil con los usuarios, se define por muros curvos de piedra de la región. Estos elementos emergen del terreno en diferentes topografías y sirven de soporte estructural para la plataforma donde se desplanta la mayor parte del programa arquitectónico, ubicada a una cota que permite que parte del edificio se sitúe de forma subterránea, aprovechando la topografía de la colina.
Así, la totalidad del programa se resuelve en la planta baja y nivel subterráneo, dejando la losa "tapa" como un espacio mirador a 360 grados, en el cual también se destinó una zona para usos múltiples de carácter temporal. Un corredor perimetral externo se ubica entre la piel exterior y el segundo anillo; este corredor sirve como balcón para el restaurante, así como de zona de servicio en otras áreas privadas del programa. Dicho anillo, constituido por una fachada acristalada, permite la integración de los espacios interiores al contexto, además de una óptima iluminación de las áreas interiores. Entre esta segunda piel acristalada y el tercer anillo interior se dispusieron las zonas específicas que el programa requería.
Finalmente, el anillo más cercano al centro está formado por un cerramiento de puertas rotatorias de madera, permitiendo que los espacios sean tan fluidos o cerrados hacia el exterior como la situación lo requiera. El corazón del edificio está enmarcado por un gran óculo en la losa de concreto, a través del cual sobresalen elementos paisajísticos, subrayando la presencia sutil del inmueble.
Parte fundamental del concepto del edificio fue mantener una escala respetuosa con el contexto, así como una materialidad que le permita integrarse a la pátina del lugar. La piedra de la región, el concreto aparente en las losas y los muros terminados con aplanados de tepetate (tierra de la región) envejecerán dignamente, integrando el edificio al contexto natural.