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Arquitectos: Grupo Culata Jovái
- Área: 135 m²
- Año: 2022
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Fotografías:Federico Cairoli
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en un enclave privilegiado entre la cordillera de Yvytypanema y el lago Ypacarai, este proyecto residencial es un ejercicio de proyectar con el lugar, donde la topografía, el comportamiento del agua y la disposición arbórea revelaron las posibilidades y restricciones del proyecto.
"Construir en un lugar bello es casi la certeza de su destrucción" diría Álvaro Siza. La intervención nos impuso reflexionar sobre la convivencia entre la arquitectura y el paisaje, la presencia humana con la preservación de la notable belleza y quietud del sitio.
El terreno, parte de un remanente del bosque vecino al Área Metropolitana de Asunción. El volumen de la casa se sitúa estratégicamente al fondo del terreno, en un claro entre los árboles, asegurando así la privacidad desde la calle y manteniendo una conexión visual y física con el entorno natural.
Las terrazas exteriores se diseñaron como un basamento que construye sus formas según la cercanía a los árboles, desviando el agua pluvial y creando espacios complementarios a los interiores. Este basamento no solo actúa como una extensión de los espacios habitables, sino que también facilita una transición fluida entre el interior y el exterior, permitiendo que la casa se perciba como un gran espacio intermedio en continua interacción con la vegetación circundante.
La flexibilidad del proyecto se evidenció durante su desarrollo, con la incorporación espontánea de un segundo piso para satisfacer necesidades emergentes. Sobre los materiales: locales, obtenidos en cercanía, predominantemente piedra y cerámica.
Particular atención se prestó al diseño de los baños, los cuales incluyen un jardín interior y un bloque sanitario autónomo, subrayando la intención de generar microambientes internos que reflejen la vegetación exterior. Además, el tratamiento de residuos fue abordado con una cámara de evapotranspiración, que protege a las napas existentes aislando las aguas residuales en un sistema cerrado.
Las aberturas de la casa se concibieron como cuadros verdes, capturando vistas específicas y enmarcando la belleza del paisaje, reforzando la relación entre el interior y el exterior. La integración de la cocina y la sala en un gran espacio de convivencia fomenta la interacción social y el disfrute del entorno natural.
Creemos que el proyecto es una manifestación de cómo la arquitectura puede cohabitar con la naturaleza, respetando y realzando la belleza intrínseca del sitio. Cada decisión de diseño, desde la implantación del volumen hasta la elección de materiales, refleja un compromiso con la sostenibilidad y la armonía con el paisaje, creando una residencia que no solo habita el lugar, sino que lo celebra.