-
Arquitectos: MA-SA
- Área: 85 m²
- Año: 2023
-
Fotografías:Diego Soto Madriñan
-
Proveedores: Eternit
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Esta pequeña casa es una reinterpretación de la arquitectura vernacular en del campo colombiano.
La arquitectura vernacular, tiene una gran importancia dentro del arraigo e identidad cultural, especialmente en regiones rurales como Anolaima, Cundinamarca, donde convergen paisajes diversos, reflejando una fuerte conexión con el patrimonio de lo que da la tierra. Estas prácticas constructivas tradicionales no solo se adaptan a las condiciones ambientales locales, sino que también encarnan los valores y aspiraciones de las comunidades a las que sirven en el tiempo.
La casa integra todas las relaciones espaciales y actividades bajo un solo techo a dos aguas, abriéndose a través de corredores perimetrales que sirven como extensiones naturales del espacio habitable. Al difuminar los límites entre el interior y exterior, la casa invita a los habitantes a estar en contacto permanente con su contexto natural, fomentando un profundo sentido de pertenencia con el lugar.
En un entorno donde los recursos son escasos, la dependencia de materiales locales trasciende la practicidad. Hay un intento por reciclar y/o reutilizar la mayor cantidad de materiales posibles y elementos de construcción, un gesto hacia la recursividad el rebusque. La estructura del techo está elaborada a partir de un antiguo piso de pino y los marcos de madera en zapáa reforestada. La casa descansa sobre los cimientos existentes de un antiguo molino.
La distribución prioriza la ventilación cruzada y la iluminación natural, mejorando el confort y la eficiencia energética.
Este diseño fusiona las tradiciones arquitectónicas locales con los requisitos modernos de vida, conectando el pasado y el presente para garantizar la relevancia y la adaptabilidad de la arquitectura vernácula en un contexto en constante evolución.
Al abrazar estos principios, la casa encarna la noción de "arquitectura sin arquitectos", honrando el patrimonio cultural, promoviendo prácticas tradicionales y desafiando las nociones convencionales del tiempo dentro del campo de la arquitectura. Se erige como una alternativa al legado de la arquitectura "local" y su capacidad para crear espacios que resuenan profundamente tanto con las generaciones pasadas como con las futuras.