Hasta hace poco, el Sexto Panteón de Chacarita era un icono de la arquitectura moderna argentina que pasaba desapercibido. Ubicado en el corazón de la ciudad de Buenos Aires, este panteón representa uno de los primeros y uno de los mayores ensayos de arquitectura moderna funeraria de semejante envergadura en el mundo.
El proyecto surge en un contexto de posguerra, marcado por el ascenso de Juan Domingo Perón a la presidencia y un notable crecimiento demográfico en Buenos Aires. Entre 1920 y 1960, la población porteña se triplica, pasando de un millón a tres millones. La saturación de los cementerios se convierte en una necesidad que los poderes públicos debían abordar.
En ese contexto, la Dirección General de Arquitectura y Urbanismo de la ciudad encargó a Itala Fulvia Villa, su coordinadora, y a su equipo compuesto por Leila Cornell, Raquel S. de Días, Gunter Ernest, Carlos A. Gabutti, Ludovico Koppman y el entonces joven Clorindo Testa, el diseño de un nuevo panteón público en el cementerio de Chacarita.
Inspirada en los preceptos del CIAM (Congreso Internacional de Arquitectura Moderna, 1928-1957) que fueron concebidos por Le Corbusier, y por otro lado, en la visión de Jorge Ferrari Hardoy, Juan Kurchan y Antonio Bonet, quienes formaban parte del EPBA (Estudios del Plan de Buenos Aires, creado en 1947), la arquitecta Itala Fulvia Villa plasmó ideales urbanistas alineados con el movimiento moderno y propuso reinventar el Cementerio Moderno. Su enfoque trasciende la dimensión arquitectónica para representar una visión social y cultural más amplia: la concepción de la muerte, las creencias e ideales compartidos, y la búsqueda de una dimensión igualitaria en la sociedad.
El Cementerio de Chacarita se erige como una pieza urbana destacada en la capital argentina. Con sus 95 hectáreas, es uno de los cementerios más extensos del mundo. Funciona como una ciudad dentro de la ciudad, ofreciendo un reflejo de los estratos históricos y socioeconómicos de Buenos Aires. Esta necrópolis exhibe un impresionante eclecticismo arquitectónico, fusionando bóvedas, mausoleos, panteones, tumbas y galerías de nichos.
La ubicación seleccionada para la construcción del Sexto Panteón es especialmente simbólica, ya que se encuentra en el centro de la planta diseñada por el arquitecto del cementerio, Juan A. Buschiazzo, a finales del siglo XIX. Está alineado con la entrada principal y el crematorio.
El proyecto del nuevo panteón implicaría la construcción de nueve galerías de nichos (galerías 15 a 23) en un terreno cuadrado de 300 metros de longitud. Este terreno estaba previamente ocupado por sepulturas de tierra que serían trasladadas de manera progresiva.
Dada su escala monumental, la obra del Sexto Panteón se desarrolla en tres fases, distribuidas entre 1949 y 1966. El proyecto de la primera fase (1949-1953), que abarca las galerías 15, 17 y 21, tenía inicialmente un solo subsuelo. A partir de la segunda fase (1955-1958), se decidió densificar el diseño original añadiendo un segundo nivel de subsuelo para crear las galerías 18, 19 y 20. El proyecto concluye con la construcción de las galerías 16, 22 y 23, correspondientes a la última fase (1958-1966).
El Sexto Panteón propone una tipología subterránea de nichos agrupados en filas verticales, buscando un aprovechamiento eficiente del área y la liberación del espacio en la superficie. Rompiendo con las tradicionales formas funerarias de la antigüedad y reinterpretando de manera moderna las catacumbas romanas, la organización bajo tierra permite, a través de patios, la ventilación natural (complementada por un sistema mecánico) de las estructuras funerarias y da lugar a la creación de un jardín que funciona como parque público en el nivel cero.
El nivel superior del Sexto Panteón se presenta como una amplia explanada de césped de 90,000 metros cuadrados, atravesada por senderos peatonales y perforada por una veintena de patios rectangulares de diversos tamaños. En las esquinas de la parcela, en sus lados laterales y en su centro, se encuentran nueve techos/templetes de hormigón. Estos elementos, imponentes y escultóricos, funcionan como diferentes entradas hacia las galerías subterráneas y protegen las circulaciones verticales de las inclemencias del tiempo. Además, otros elementos formales dinamizan este parque, como los muros de hormigón con formas geométricas que juegan con la percepción del visitante. La mirada de estos ahora oscila entre perspectivas de toda la explanada y un campo de visión más restringido. Las alineaciones de las bocas de extracción de aire aportan toques de color, mientras que las copas de los árboles plantados en los patios sorprenden la vista y permiten percibir la organización subterránea de la necrópolis.
El artículo publicado en la revista 'Nuestra arquitectura' en junio de 1961 especifica que el proyecto paisajístico de Ítala Fulvia Vill fue "diseñado en conexión con la arquitectura de tal manera que ambas se compenetran”. En el jardín superior y en los patios, se había planificado una paleta vegetal donde "las combinaciones de plantas y flores se estudiaron teniendo en cuenta el color de las hojas, su tamaño, su textura y su brillo, así como el periodo de floración". Lamentablemente, estos detalles, al igual que los espejos de agua y fuentes destinados a ocupar los patios, nunca se llevaron a cabo debido a razones económicas, dejando el proyecto del Sexto Panteón parcialmente inconcluso en la actualidad.
Las galerías subterráneas del Sexto Panteón se extienden de manera perpendicular a patios con una altura que puede llegar hasta los 12 metros. Estas galerías albergan tres tipos de nichos funerarios: la mayoría son nichos para ataúdes, también hay nichos destinados a osarios, y nichos más pequeños reservados para urnas de cenizas.
En la segunda fase, se diseñó un sistema doble de ventilación, actualmente fuera de servicio, con el propósito de garantizar la eliminación de los olores provenientes de la descomposición de los cadáveres. Por un lado, el aire que escapaba por la parte trasera de los fuegos era tratado con nitrógeno antes de ser liberado a la superficie a través de las rejillas de ventilación. Por otro lado, los espacios de circulación contaban con un sistema de impulsión de aire para potenciar la ventilación natural.
Ítala Fulvia Villa presta una atención particular a las transiciones entre la superficie y los subsuelos de la necrópolis. Las circulaciones verticales, como los núcleos de acceso (montacargas para ataúdes, ascensores para visitantes, escaleras sobredimensionadas que parecen escaleras mecánicas), demuestran tanto un deseo de situar su proyecto en la modernidad como una intención simbólica. A medida que se desciende, se revela una experiencia mitológica que evoca el descenso hacia el reino de los muertos: un laberinto entre galerías se ilumina naturalmente, mientras la luz ingresa en el inframundo tamizada por distintos filtros.
Con este proyecto, Ítala Fulvia Villa no solo propone una solución que responde funcionalmente a la demanda de espacio para una necrópolis, reemplazando la sepultura por la multiplicación de nichos, sino que también inventa un nuevo lenguaje funerario. Ella invoca la plasticidad del hormigón y su imaginario abstracto para brindar al Sexto Panteón la monumentalidad y la condición sagrada necesarias para un lugar de contemplación. Similar a los vitrales de las catedrales góticas, la delicadeza de las texturas y los motivos ornamentales del hormigón potencian la fuerza expresiva de las imponentes estructuras de la necrópolis, creando así una experiencia espacial única.
Fotografías: Léa Namer & Jeffry Paredes para las vistas de drone
Referencias Bibliográficas:
- Nuestra Architectura n°379, junio 1961
- chacaritamoderna.com, investigación de Léa Namer
- Léa Namer, Chacarita Moderna, la necrópolis brutalista de Buenos Aires, Building Books, con las fotografías de Federico Cairoli y un texto de Ana Maria Leon. Apoyo a la publicación de la Graham Foundation. Publicación en Marzo 2024.
- Declaración del Sexto Panteón de Chacarita como patrimonio cultural de la ciudad de Buenos Aires - Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 27 février 2023, en línea : saij.gob.ar.
