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Arquitectos: Arq. Natalia Leves
- Área: 1450 m²
- Año: 2022
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Fotografías:German Curihuinca
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Proveedores: PreNova
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El edificio Chile 893 se encuentra en la ciudad de General Roca, Rio Negro, en una antigua zona industrial de la ciudad. Considerando la ubicación del lote en esquina de 20 mtrs. x 20 mtrs., se plantea la planta baja del edificio ofreciendo un espacio abierto a la vida pública de la ciudad, eliminando la fragmentación público-privado, favoreciendo el uso de ambos en simultaneo. Esta disposición fomenta el encuentro tanto para los residentes como para los vecinos.
A partir de dos patios internos se organizan las unidades funcionales del edificio para favorecer el asoleamiento y cooperar con el bienestar energético, a través de energía pasiva. La disposición vertical del edificio sigue una lógica clásica de base, desarrollo y coronamiento, donde la base como el coronamiento tienen una función material y funcional similar, siendo ambos espacios públicos tanto para los habitantes del edificio como los vecinos de la ciudad.
El edificio cuenta con una terraza pública equipada con parrillas, además de dos terrazas privadas. Esta situación pone al usuario en una nueva relación respecto del paisaje, ya que la visión es de 360º logrando visuales a la topografía de bardas, poniendo en valor el territorio de la zona.
Siguiendo la premisa de "exteriores dentro de interiores", las unidades funcionales están planteadas de tal manera que los espacios están directamente vinculados con patios-balcones, beneficiando la relación entre el exterior y el interior en la mayoría de las áreas.
Las unidades habitacionales están concebidas para permitir la flexibilidad de usos, adaptándose a las necesidades y preferencias de sus habitantes, donde divisiones plegadizos se despliegan para modificar los espacios según sea necesario. Estas unidades intentan dar soluciones a la diversidad de usos de múltiples estructuras familiares, un modo combinatorio de ser habitado.
El uso predominante de ladrillo como material se debe a su disponibilidad local y a la familiaridad de la mano de obra con esta técnica constructiva. El ladrillo se desarrolla en el exterior, siendo una piel que recubre el afuera de las unidades y se “desarma” a modo de parasoles en los balcones. considerando que el lote tiene la cara más extensa expuesta al oeste. Se ha empleado el cribado como un dispositivo regulador de esta orientación, otorgando carácter a toda la construcción.