-
Arquitectos: Langarita Navarro Arquitectos
- Área: 6805 m²
- Año: 2022
-
Fotografías:Luis Díaz Díaz
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Olimpo Nômade es una ciudad itinerante para los artistas de un festival de música. Es el lugar donde se preparan los músicos antes de una actuación y donde liberan la tensión con sus pares tras el concierto o la sesión. Es un ciudad ligera, plegable, transportable, galáctica que, allí donde se despliegue, ha de servir de fondo y soporte de experiencias memorables, de encuentros míticos.
En su primera implantación se desplegó sobre la arena de la playa de Portimao, en el Algarve portugués. Una serie de dispositivos daba servicio a las necesidades del festival creando a su vez forma a una colección de plazas y zonas de descanso y recreo exteriores significadas y protegidas del sol mediante diversos tipos de palmas y redes de pesca.
El conjunto palatino convoca en un oasis de arena y palmeras a un donut estirado, unas burbujas y un palacio reflectante que tiene la capacidad de desaparecen en el entorno.
El donut es un salón. Una estructura continua, sin aristas, blanca e inflable de quinientos metros cuadrados intersecado por un cilindro y un prisma triangular amarillo que hacen la función de exclusa de aire, acceso y salida de emergencia. En su interior, un patio tranquilo con unas palmeras.
Un campamento de burbujas son los camerinos. Cada un de ellas está formada por dos pompas de distinto tamaño, una hace de vestuario y la otra, con un gran hueco abierto al cielo, sirve para divertirse con amigos y miembros del equipo antes de salir a escena.
El palacio agrupa tres camerinos para los “cabeza de cartel”. Un cubo perfecto de espejo sobre estructura de andamio de 9 x 9 x 9 metros, horadado en cada cara por un vacío de 3 x 3 x 3 m que hace de terraza privada y acceso independiente. En la cubierta un mirador de moqueta azul y peto de reflectante parece volar sobre el entorno. Un objeto extraño como traído de otro planeta.
El objetivo del proyecto es proveer al festival de una infraestructura práctica, ligera, duradera y plegable, que pueda ser almacenada y transportada en la mínima cantidad de contenedores, que mantenga su vigencia estética la mayor cantidad de años posible sin renunciar por ello a cierta monumentalidad mítica. Un Olimpo portátil para unos dioses contemporáneos.