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Arquitectos: gon architects
- Área: 46 m²
- Año: 2023
'Mi casa ideal existe'. Esto fue lo que Álex, el propietario de esta vivienda de 46 m2 próxima a la concurrida Plaza de Callao de Madrid, pensó la primera vez que entró en el apartamento que adquirió en 2006 para vivir solo; una casa en la que la cocina era un volumen aislado y a la vez conectado con un pequeño salón a través de una pequeña ventana y una habitación con un baño donde lo más característico era la presencia de una pared roja y otra de teselas de piedra natural.
Quince años después, con una forma de vida más asentada y estable, centrada en el periodismo, y el interés en la lectura y el diseño, las necesidades vitales de Álex habían cambiado, y con ellas su manera de habitar el espacio doméstico. Es entonces cuando nos llama con el deseo de encargarnos la reforma, radical y adaptada a su realidad presente, de su apartamento.
Frente a la laberíntica situación espacial de la casa precedente, la nueva vivienda se plantea como un conjunto de cinco habitaciones, de distintos usos y tamaños, concatenadas. La función de cada una de estas habitaciones responde a un esquema tradicional doméstico que, visto desde la calle hacia el interior de la casa, se despliega en dos cuerpos desplazados según esta secuencia de espacios: salón, cocina/comedor, y entrada, y dormitorio con cuarto de baño.
Entre la cocina y el salón se dispone una doble puerta corredera de policarbonato traslúcido que otorga flexibilidad visual y espacial a la casa. Este mecanismo facilita la independencia física de ambas piezas, a la vez que permite distintos grados de privacidad en ambos espacios cuando se necesita. En una de las paredes laterales que dan paso a la siguiente estancia se disponen unos espejos de suelo a techo que alteran y subvierten la percepción visual del espacio.
Todas las habitaciones tienen en común un sistema de almacenaje modular vinculado, al menos, con una pared que da servicio al espacio en el que se encuentra. Este sistema va de suelo a techo y tiene una longitud y ancho variables en función de aquello que almacene: libros, electrodomésticos, una colección de revistas, ropa o todos aquellos objetos de diseño con los que tanto disfruta Álex. Esta estrategia espacial perimetral libera el resto del espacio de cada estancia, que se ocupa con un mobiliario específico, donde tienen lugar las acciones domésticas de leer, descansar, comer, trabajar o dormir.
Tanto la organización interior como exterior de cada módulo es propia de cada estancia, y se define mano a mano, de forma precisa, con el cliente, según sus necesidades de almacenaje. El diseño de los módulos de la cocina-comedor y salón se estructuran alrededor de una hornacina de tablero marino con puertas de distintos acabados, laminado de abedul o un lacado verde menta como homenaje al color que la firma Prada utiliza en sus tiendas desde la década de los noventa en Europa. Y menta es también el nombre de la casa que, como las propiedades de la planta, concentra en un mismo elemento distintas utilidades.
El resto de los módulos, el de la entrada y dormitorio, se realiza con puertas de espejo que duplican el espacio, generan visiones abstractas e inesperadas y, en el caso de la entrada, construyen un acceso secreto al espacio privado. Asimismo, también está escondida -tras una puerta de madera al final de la casa- la estancia donde tiene lugar el cuidado y mantenimiento del cuerpo: el cuarto de baño. Este espacio se diseña como el interior de una cueva: a oscuras. Se alicata con piezas rectangulares de color antracita que otorgan al espacio un carácter tan íntimo como relajante. Una burbuja mágica y silenciosa ajena al bullicio de la ciudad y de los vecinos.
Resulta difícil imaginar una casa para toda la vida. Ni hay usuarios tipo ni un prototipo de vivienda perfecta, sino una vivienda perfecta para una persona concreta en un tiempo muy determinado de su periplo vital. Y a veces ni eso. Álex vive en la casa que ahora necesita: más flexible y adaptada a como él ha cambiado. Y disfruta de ella solo o en compañía, explotando su domesticidad; cocinando -siempre con una copa de vino-, leyendo, trabajando… Empapándose de las noticias del día, viendo una película o simplemente escuchando el bullicio de la Gran Vía con la ventana abierta de par en par.