El Muro Trombe es un sistema de captación solar pasivo que no tiene partes móviles y que no necesita casi ningún mantenimiento. Esta alternativa propone potenciar la energía solar que recibe un muro y así convertirlo en un sencillo sistema de calefacción.
Su componente principal es un muro orientado hacia la posición del sol más favorable a lo largo del día – variando según el hemisferio – construido con materiales que le permitan absorber el calor como masa térmica, como el hormigón, la piedra o el adobe.
Este sistema se basa en la captación solar directa y la circulación de aire que se produce por la diferencia de temperaturas. Gestionado adecuadamente, entrega calor durante los meses fríos y permite una mejor refrigeración en los meses cálidos a través de una ventilación cruzada.
El sistema se compone de las siguientes partes:
1. Un muro interior de gran inercia térmica; puede ser de piedra o adobe pintado de negro o de un material que refleje el calor, como una lámina metálica, pero en todo caso, siempre protegida con un aislante al interior.
2. Una lámina de vidrio lo más espesa posible; mejor si es triple o doble con una cámara de aire interior.
3. Un alero superior que proteja el espacio interior para que no caiga ningún cuerpo extraño entre el muro interior y la lámina de vidrio.
4. Un espacio intermedio delimitado por el muro y el vidrio, que debido a la radiación solar siempre tendrá una temperatura mucho mayor que el exterior e interior, a través del efecto invernadero. Ésta es la clave del funcionamiento del muro Trombe.
5. Cuatro orificios con sus respectivas válvulas; dos superiores (interior y exterior) y dos inferiores (interior y exterior).
El sistema puede tener variaciones según el proyecto. Por ejemplo, en el refugio de montaña de los arquitectos chilenos Emilio Marín, Nicolás Dorval-Bory y Juan Carlos López, el muro Trombe es parte fundamental de la casa por su emplazamiento. En este caso el espacio intermedio entre el vidrio y el muro es de 20 cm, y el sistema es apoyado por una bomba de calor geotérmica, que lleva al muro aire pre-calentado gracias a su circulación bajo tierra.
Durante el día, el sistema permite a la casa calentar el aire fresco a través del efecto invernadero entre la pared de cristal y la pared oscura. En la noche, por el cambio de fase, el calor almacenado en el muro de inercia termal son redistribuidos por irradiación. En este caso el sistema es controlado por válvulas motorizadas para prevenir un flujo inverso de aire de la noche a la mañana.
La forma del refugio ayuda a la distribución del calor a todos sus recintos por convección alrededor de un patio interior. El aire se renueva al ser aspirado en los baños y es expulsado al exterior completando el proceso.