- Área: 281 m²
- Año: 2009
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Fotografías:Fernando Gabriel
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Esta obra se encuentra en la cumbre de Antas, en el lado sur que mira al valle de Campanhã. Estudios recuerdan que en este lugar han existido monumentos funerarios megalíticos (dólmenes), sin embargo esta es una de las zonas de la ciudad de Oporto que ha sufrido más con las sucesivas transformaciones de las últimas décadas, como por ejemplo la construcción del nuevo Estadio del Dragón, inserto en el plano de detalle de Antas (1999-2003), diseñado por el Risco, y la construcción del cruce de carreteras de la Vía de Cintura Interna / Antas, que se produjo en los años 80. Este último dio lugar a la demolición de la mitad norte de la calle Vasques de Mesquita y parte de la mitad sur.
Al principio de los años 50, los partidarios de fútbol Clube do Porto se reunieron en este lugar, para ver los juegos (desde afuera) en el antiguo Estadio de Antas, actualmente demolido, siendo su autor el arquitecto Francisco Oldemiro Carneiro.
De esta época también hay una casa, diseñada por el mismo arquitecto, en una etapa temprana de la modernidad, arraigada en el afloramiento rocoso, con una cubierta intervita y rodeada de vegetación autóctona.
El “espíritu del lugar” se ha tenido en cuenta en la unión difícil entre la memoria reciente y la ancestral: la primera, relacionada con el juego (banco natural, frente a un campo donde se producen los eventos deportivos), y la segunda, que se refiere a la evocación de los dólmenes megalíticos que faltan (creado por un acceso a la galería, la cámara y la losa de cobertura en el equilibrio, apoyada sobre soportes verticales).
De esta “delicada” unión, nació la intervención en el lote, que, aunque depende de la calle, se manifiesta principalmente en la relación que busca establecer con el interior del bloque, en donde la luz es muy buena, la vegetación es variada y se encuentran los jardines de las casas. Desde éstos, se puede ver el paisaje cortado por una escalera hacia el vacío, en una línea diagonal, que anima todo el jardín y el movimiento en el espacio exterior.
En este contexto, y en relación con la discrepancia introducida con el programa, se intentó respetar la tranquilidad interna del bloque y para evocar la memoria actual y la memoria espiritual ancestral.
En un propósito inicial de una restauración funcional de la totalidad del lote, la obra incluye la rehabilitación y la ampliación de una construcción urbana de dos niveles, construida en la primera mitad del siglo XX, así como el reordenamiento del paisaje del jardín.
El interior del edificio existente, en la planta baja, fue renovado por un restaurante y en la parcela donde había una dependencia adjunta demolida por completo, se diseñó un nuevo edificio para un "Tea House".
Desde el desnivel existente, lo que equivale a un piso, se crearon dos vínculos, entre el área cubierta y el espacio exterior, una en el exterior, a través del patio, y otra interior, a través de una galería cubierta en el sótano, donde hay es un jardín rodeado por un seto de bambú
La planta baja se organiza con una articulación entre el comedor al lado del restaurante, cerca de la calle, y el área de mostrador de servicio, lo más cercano al patio comunicado con el jardín.
El área de transporte que se ajustó a la ampliación del edificio existente, tiene una escalera interior que garantiza la abundante luz en la galería del sótano, la articulación funcional y espacial entre las dos plantas.
El nuevo edificio del "Tea House", diseñado con un dispositivo de hormigón blanco y negro pizarra de Valongo, se propone para evocar tanto la memoria de los antepasados "dólmenes", como el "banco" para el gran juego, lo que se manifiesta en la cobertura de equilibrio de ancho a través de la luz. Este dispositivo es formalmente convertido en una pérgola de sombra que produce en el cristal y, junto con la estructura del edificio de la casa de té, llena el vacío de las volumetrías inferiores, minimiza el impacto de los mayores edificios cercanos creando un ambiente protegido lo que favorece la quietud y la contemplación.
