Arquitectos: Luppi Ugalde Winter arquitectos (A3digital) + Bonta Donozo (BD Emprendimientos) Ubicación: J.A. Cabrera 5556, Palermo Soho, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina Arquitectos colaboradores: Gilda Mendez, Celeste Franceschini, Gisela Carreras, Angeles Cases Bocci, Carolina Molinari Proyecto: May 2007 Diseño: Jul 2007 – Dic 2007 Construcción: Feb 2008 – Jul 2009 Promotor: Hoteles Urbanos SA Propietario: Hoteles Urbanos SA Constructor: Hoteles Urbanos SA Superficie: 899 m2 Fotografías: Alejandro Leverato + Santiago Luppi
Filtros Un recorrido de estímulos. La idea fue hacer participar al visitante de una experiencia en cuanto a la percepción del espacio. Es en esta instancia que surge el concepto de filtros, dialogo entre la luz y la sombra, llenos y vacíos. Las fachadas, tanto frente como contrafrente son un juego de planos trabados de hormigón y vidrio. La tradición constructiva y el clima de nuestro país, nos llevan a proyectar paramentos verticales macizos, de fácil elaboración en técnica y costos reducidos. La imagen maciza que se percibe desde el exterior se contrapone por completo con la luminosidad de las habitaciones. El hormigón gana en presencia afuera mientras que adentro el protagonista es el vidrio.
Contrastes Un hotel encierra misterio, es propio por pocos instantes y en realidad no es de nadie. Debe mostrar personalidad a la vez que ser anónimo. La totalidad de los espacios del hotel propone un juego de contrastes. La porosidad de los cielorrasos de hormigón visto dialoga con la perfección de los pisos de goma. Las juntas del encofrado arriba, la continuidad de los modulo abajo. Todo el equipamiento y la ambientación esta personalizado para el hotel aun cuando cada objeto o gesto conserva la referencia de lo tradicional.
Pupilas La idea fue generar en los visitantes un juego de percepciones que se sucedan mientras se llega desde el lobby hasta las habitaciones, desde lo público hasta lo privado.
Espacios oscuros y espacios claros se suceden en este recorrido. Desde la calle y su iluminación natural, los materiales se ven lisos y los brillos ganan en reflejos. Al acceder al lobby la luz comienza a desaparecer en los paños negros de vidrio y paredes mientras que las texturas se tornan rugosas. Al ingresar en el ascensor la luz solamente aparece jugando en las paredes y techo en una trama de puntos iluminados. Luego los palieres, casi la oscuridad absoluta. Únicamente el color de las puertas púrpura y el reflejo de los números.
Finalmente, llegar. Abrir la puerta de la habitación para que el reflejo de los vidrios blancos y las paredes nos devuelvan la claridad. Un destello, que penetra en las pupilas abiertas y que dan fin a este recorrido.
