- Área: 3486 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Julien Lanoo
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Proveedores: Aurubis
Descripción enviada por el equipo del proyecto. En 1990, en su prólogo titulado "Salto Cuántico" en su presentación del proyecto de Euralille, Rem Koolhaas escribió: "En nuestro mundo contemporáneo, los programas se vuelven abstractos en el sentido de que ya no están ligados a un lugar o ciudad específico. Ellos flotan y gravitan de manera oportunista en torno a esos lugares que les proporcionan la mayor de las conexiones. "Y luego, "Todos estos hechos describen una nueva condición que es a la vez local y global, tan importante para los japoneses como lo es para los habitantes de Lille”.
En su explicación del proyecto de “Lille-Europa”, este texto nos permite comprender que la intervención fue relacionada a la vez con la construcción de Europa, y también y más importante aún, con la idea de la inserción de estos lugares en una red de hiperterritorios conectados. OMA ha integrado plenamente la idea de que la escala de un barrio construido en torno a una estación de tren se puede aumentar y amplificar, hasta el punto de soltar totalmente su conexión formal con la ciudad antigua.
Veintiséis años después, este proyecto de planificación urbana ha cambiado totalmente el rostro de Lille.
El proyecto de la Torre Euravenir ocupa la última parcela libre de la Fase Uno de la Zona de Euralille, que comenzó en 1998 con el proyecto de OMA construido en asociación con François Delhays.
¿Es posible consolidar una ciudad a través de un proyecto arquitectónico?
Esta audaz pregunta fue el punto de partida para el diseño de distribución espacial del proyecto. La posición estratégica del terreno, ubicado en la intersección de diferentes ejes, empujó nuestra investigación hacia una solución sofisticada que actuara como un núcleo, que reuniera los elementos que gravitan alrededor de él. Nos esforzamos por concebir una arquitectura "multiforme" cuya geometría pudiese dar una respuesta específica a los distintos retos vinculados a la escala del proyecto, su geografía, y programa.
Al continuar y cruzar los ejes dentro del terreno, la extrusión inicial fue moldeada para obtener una especie de pequeña torre. Al completar la avenida Le Corbusier, este elemento vertical es también un edificio esquina de la Plaza Valladolid, que señala la ciudad, a los conductores que vienen de la carretera de circunvalación.
Esta arquitectura ha creado un nuevo espacio urbano que combina lo privado y público, mas lo vertical y horizontal. La base del proyecto proporciona a los habitantes y trabajadores de la oficina, un espacio público que fomenta la interacción social; y funciona en una escala humana. Debido a la prohibición de construir fuera del límite de la parcela, una especie de pórtico proporciona la sensación de permeabilidad, así como de protección contra las inclemencias del clima. Se trata de un espacio animado, al aire libre, en el cual las personas que viven y trabajan en el edificio pueden relacionarse con los transeúntes y clientes de las tiendas.
Este proyecto de oficinas tiene un programa muy flexible; su forma dicta el uso y no viceversa. Cada nivel está organizado en torno a un núcleo central que contiene todos los espacios de servicio y circulaciones verticales. Las plantas de las oficinas fueron concebidas para permitir un diseño racional y flexible, y para fomentar la división de los espacios en dos superficies equivalentes.
Por otra parte, la geometría facetada de la torre a la vez libera las vistas y abre por completo la intersección con el fondo arbolado del cementerio del norte.
Con el fin de completar este proceso de interrelación, las fachadas fueron diseñadas para convertirse en una serie de ventanas que proporcionan un panorama de 360 grados de la ciudad, destacando diversos puntos de vista como los nuevos sectores de la ciudad, sus espacios verdes, y su centro urbano.
La materialidad de las fachadas: Celosías y cobre
La envolvente del edificio fue diseñada como una manera de reinventar visualmente la ciudad. Las fachadas se caracterizan por diseños diferentes en respuesta a su orientación, su uso y sus requerimientos térmicos. De esta manera, las áreas que son predominantemente acristaladas, y que en algunos sectores tienen una doble piel, se recubren con aplicaciones de diferentes formas de revestimiento de cobre más o menos porosas.
El diseño de las fachadas y los espacios de construcción se rigen por un patrón reticular base de 1,35 metros de altura, que se extiende alrededor de toda la parte superior del edificio. Se caracteriza por un componente metálico en forma de U, al cual se unen los diversos elementos que componen el envoltorio.
Este motivo vertical está interrumpido por tres bandas diferentes que enfatizan la composición horizontal del edificio y forman una especie de corona en el nivel del antepecho. Un motivo secundario que se forma por las bandas y los muretes entre paños de vidrio, corta las fachadas.
El cobre se utiliza como una especie de revestimiento fijo a lo largo de los tramos opacos o semi-acristalados de la fachada. También está presente como paneles perforados que ayudan a regular con precisión la cantidad de luz que penetra en el edificio, dependiendo de la orientación.