- Área: 23 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Niccolo Guasti, Gabriel López, Luis Asin
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Proveedores: Corian
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El pasado 31 de marzo tuvo lugar la inauguración del nuevo Museo Arqueológico Nacional, una reapertura más que esperada a juzgar por la afluencia de visitantes que en las primeras semanas ha superado los 5.000 diarios. Aunque el museo sólo ha permanecido cerrado al público los últimos dos años y medio de los seis que han durado las obras, la expectación por visitar el museo de historia más importante de España después de su reforma es evidente.
En 2008 y bajo la dirección del Frade Arquitectos, comenzaron las obras de esta compleja remodelación que ha dado lugar a un museo nuevo, más claro y cómodo para el público que se ha convertido en uno de los ejes de la propuesta.
El visitante que decida reencontrarse con el Museo tras la remodelación va a descubrir un edificio actualizado que no enmascara su origen (el antiguo “Palacio de Biblioteca y Museos” construido a finales del siglo XIX) sino que lo potencia, consiguiendo formalizar un museo actual de gran valor comunicativo y arquitectónico.
Cobran especial relevancia los patios que se cubren recuperando la tipología de patio con montera con la que fueron ideados, lo que permite configurar un espacio de referencia muy adecuado para la exposición de piezas de gran formato. Resulta un espacio amplio y novedoso, con luz natural, que facilita la comprensión y orientación dentro de los rígidos muros del edificio original.
El mismo respeto que subyace en la remodelación arquitectónica ha guiado el diseño de la implantación museográfica. Se ha trabajado con la convicción de que el edificio es una parte importante de la imagen del museo, lo que ha dado lugar a una museografía que dialoga con el palacio sin enmascararlo.
El proyecto museográfico se formaliza como una continuación de la arquitectura, con los mismos materiales y el mismo lenguaje sobrio y contenido del propio edificio. El diseño compagina los aspectos contemplativos con los interpretativos, apostando por exhibir y explicar las colecciones de forma sugerente pero evitando diseños rígidos y efímeros.
El resultado es un museo abierto, con un gran espacio de acogida que da la bienvenida al visitante y se abre a la ciudad mediante una arquitectura sobria que resalta la nobleza del edificio y de la propia institución a través de la calidad arquitectónica y calidez espacial.